VI

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Escuchamos a diario y leemos a diario de personajes valientes, formidables, héroes y muchas otras cualidades buenas que puede tener un protagonista.

La realidad dista mucho de  eso porque Alexander siempre ha sido muy miedoso y el episodio con la espuma malvada lo comprueba, él tiene miedo de muchas cosas (incluyendo a las arañas) pero no es motivo de burla, querido lector, pues será por sus temores que la historia no será un típico cliché.

Nuestros chicos estuvieron abrazados hasta que Alexander empezó a temblar porque recordemos que fue rescatado desnudo del baño y no, Magnus no aprovechó para meterse con él, ni se le insinuó o lo tocó.

Magnus lo dejó en la cama y fue por ropa al closet ya que la que Alexander había escogido se llenó de espuma, le llevó todo a sus pies y se encerró en el baño a limpiar todo el desastre que nuestro muchacho pálido dejó ahí.

Cuando Magnus terminó de limpiar la espuma y el baño quedó bien de nuevo, Alexander ya estaba sentado en la cama, cambiado y con el cabello seco.

- Lo siento

Dijo y al ver la cara de desconcierto de Magnus, señaló la parte de la cerradura que estaba rota por las patadas que le propinó Magnus para poder abrir.

- No fue tu culpa, debí enseñarte cómo usarlo primero.

Alexander pensó que de hacerlo enojar, no habría ninguna habitación en la que pudiera esconderse ni ninguna puerta que pudiera resistir la fuerza del moreno si es que quisiera hacerle daño.

- Gracias por la ayuda

Dijo bajito, Magnus se acercó a él y se puso de rodillas para poder hablar a su altura y más de cerca.

- Siempre estaré para tí, no importa la hora, el lugar o lo que me pidas, soy tuyo y puedes hacer conmigo lo que te plazca.

Llevó su mano directo a un mechón de cabello que había resbalado y lo metió detrás de su oreja.

Alexander no podía con el sentimiento de entrega que transmitían los ojos verdes del moreno, sus palabras parecían apenas dar razón de lo que sentía ese hombre.

Claro que Alexander no solo pensó en eso, también pensó en como la entrega del hombre podría ayudarlo en su propósito de escapar de ese lugar, digámosle manipulador, frío, calculador, aprovechado y lo que quieran pero él tenía un plan bien trasado y en ese momento solo pensó en factores que pudieran ayudar a realizarlo.

- Magnus yo – el aludido lo vió con toda la atención que puedes darle al amor de tu vida y Alexander supo que era el momento indicado para dar el primer golpe – Te daré una oportunidad.

Los ojos verdes brillaron esperanzados y Alexander se sintió un poco mal pero rápidamente silenció esa parte de su conciencia que le decía que le estaba haciendo daño al hombre, debatió que él lo había privado de su libertad.

"Una libertad donde reina la soledad"

Le respondió esa voz de su conciencia que estaba sonando extrañamente parecida a Magnus.

- ¿En serio?

Preguntó con tanta ilusión y temor de que fuera una broma cruel o una mentira pero se convenció de que su Alexander no era así, él no era malo y no podría jugar así con sus sentimientos porque era la persona más noble y hermosa que jamás había conocido.

Alexander volvió a sentirse un poquito mal por lo que no respondió con palabras, solo asintió.

- No sabes lo feliz que me haces, Alexander, no te defraudaré.

Las estaciones del Estocolmo #malecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora