Narra Villamil
Llegaron los Vargas a la casa de Isaza, me vieron, y se sorprendieron al verme con una bebé sentada en el sillón y yo de rodillas en el suelo, jugando con su peluche de Minion...
-Juan Pablo Villamil Cortés, ¿quién es ella?- Dijo el menor de los Vargas, se acerca, y miró a mi hija, la cual, al verlo sonrió muy inocentemente, y Martín la cargó y empezó a hablar como bebé -Hola preciosa, ¿cómo estás? Que lindos hoyuelitos y ojazos tienes- Empezó a jugar con ella para hacerla reír-.
Mientras Martín jugaba con Marina, Simón, Isaza y yo fuimos a la cocina para yo prepararle su biberón a mi hija. Como era de esperarse, empezó el interrogatorio de mis amigos, y yo, pacientemente contesté todas sus preguntas.
Fuí a la sala, donde estaba mi hija con Martín, y la ví reír. Eso me llenó el corazón, la cargué y le dí de comer, mientras ella comía, mis amigos y yo platicábamos...-Mire Villaco, cuenta con nosotros para todo, y lo sabe- Dijo Simón -Pero díganos, ¿cómo se llama?- Dijo curioso-.
-Está hermosura de niña, se llama Marina Villamil. Le puse Marina por sus ojos azulitos. Y como les dije, decidí quedarme con mi hija, pase lo que pase, no quiero dejarla nunca- Dije muy feliz-.
-Está bien, aceptamos tu decisión, te ayudaremos en lo que sea Villaco- Dijo Isaza-.
-Yo me enamoré de tu hija, su sonrisa me llenó el corazón- Dijo Martín-.
Mientras seguíamos platicando, mi niña se durmió en mis brazos. Como apenas eran las 5 de la tarde, Isaza me dejó acostarla en su cama en lo que ensayábamos un rato. Coloqué a mi hija en la cama de Isaza, le puse su peluche de Minion en sus brazos. Le dí un besito en su mejillita, y salí cuidadosamente.
Empezamos a ensayar en la parte de abajo.
Dieron las 9 de la noche, y fuí a ver a mi hija. Ella seguía durmiendo, me sorprendió su sueño pesado, tanto que no lloró. La cargué cuidadosamente, y Simón nos llevó al supermercado para yo comprar todo lo necesario para mi hija, compré más pañales, leche, ropa, una silla para automóvil y unos radios por si acaso. La verdad no se cómo se llaman, solo sé que se ponen en la habitación del bebé para escuchar cuando llora.
Por el momento, ella dormiría conmigo, la cama es muy grande y no me molesta. Simplemente los compré para casos en los que esté ensayando y la deje durmiendo en otra habitación.
Llegué a mi departamento, ella estaba jugando con su Minion.Pasaron los meses, y mi familia le había tomado cariño. Pedro igual, dijo que no habría problema en conciertos, ya que él se encargaría de cuidarla.
Nueve meses desde la llegada de Marina...
Hoy se cumplen 9 meses desde que mi hija está conmigo. En conciertos, ella se ha portado muy bien, según Pedro. Mis amigos ya la trataban como si fuera su hija.
Por suerte mía, ya teníamos un mes de vacaciones, y así descansar un poco de mi trabajo.
A mi hija ya le estaba creciendo un poco el cabello, y era de un tono como que rubio pero castaño.
En mi departamento, estaba dándole Gerber a mi hija, en eso, me lanzó un tanto en la cara, y tocaron la puerta.
Fuí a abrir, y eran mis amigos, me vieron con papilla frutal en la cara, y solo rieron.
Acabé de darle de comer a mi hija, la bañé, la arrope y la arrullé cantándole suavemente "Eres tú", y solo se durmió. Pero se durmió con su peluche de Minion. Nunca se despegaba de él.
La coloqué en la cama y ella solo durmió, prendí la radio, y me llevé la otra a la parte de abajo con mis amigos.-Mire, si se le da lo de ser padre ehh- Dijo Simón sorprendido-.
-Tuve que aprender de una u otra forma- Contesté orgulloso-.
Seguimos platicando y se escuchó en el monitor que tenía, a mi hija llorar. Corriendo me dirigí a donde estaba ella, y efectivamente, ella estaba llorando. La cargué y la llevé conmigo.
Me resulta increíble ver que mi hija, al verme, deja de llorar.
La puse en su zona de juegos que estaba en la sala junto a nosotros.
Seguimos platicando viéndola, y ella empezó a gatear y reír...-Marinita, hija ven- Empecé a decir para que se acercara a mí -Vamos mi niña- Al decir eso, se acercó a mi gateando y abrió sus brazitos para que la cargara -Muy bien mi niña hermosa- Le agarré su naricita-.
-Me sorprende que Marina siga conservando sus ojos azules- Dijo Simón -Por lo general, con el color de ojos que nacen, no es el permanente, pero ella lo sigue teniendo-.
-Sus ojos me enamoran- Dijo Martín-.
-A mi igual- Dijimos Isaza y yo casi al unísono-.
Día del cumpleaños de Marina, número uno...
Hoy es el cumpleaños de mi hija hermosa. Ella se encontraba muy emocionada y feliz, aunque no supiera, o tal vez si, qué se celebraba hoy. Ella al verme emocionado, se sentía igual. Habíamos creado un lazo tan grande, que nos solíamos sentir igual y comunicarnos con simples miradas o silencios.
Le organicé un pequeño festejo en el hotel. ¿Por qué en el hotel? Porque justamente estábamos en gira en México. Así que solo le hice una pequeñita fiesta donde estaríamos Isaza, Martín, Simón, Pedro, Marina y yo. Nadie más.
Me levanté temprano, me bañé y me puse ropa cómoda.
Cargué a mi hija, agarré su pañalera, y fuí a pedirle ayuda a Simón y Martín para que cuidarán a mi hija en lo que iba a comprarle regalos, pastel y cosas para festejarle su añito de vida.
Ellos sin dudarlo, aceptaron.
Yo salí disparado al supermercado más cercano.
Compré todo lo necesario, y pues, saludé a algunas fans que me reconocieron.
Volví a la habitación de hotel, donde Isaza todavía dormía, que bueno que no le encargué mi hija pensé.
Arreglé todo y hasta un vestido nuevo le compré, azul. Ya que yo no quería educar a mi hija con ideas de: "El azul es para niños y el rosa para niñas"...Narra Martín
-Martín, tocan- Me despertó Simón-.
Abrí la puerta, y estaba Villamil con mi sobrinita Marina, me la encargó en lo que él organizaba todo para su mini fiesta de cumpleaños.
Al verme, ella empezó a reír. Hizo un puchero para que la pusiera en el suelo. Al ponerla, ella empezó a gatear por todos lados, hasta que se escondió. Maldecí internamente y le pedí ayuda a Simón. Empezamos a buscarla y pensé... "Okey Martín, si fuera bebé dónde me escondería".
Pasó una hora, y se escuchaban sollozos en la cocina. Fuí y la encontré metida en una esquina, llorando abrazada a su Minion.
No entendí por qué lloraba. La cargué, y ella se escondió en mi pecho y siguió llorando...-¿Qué pasó mi nina?- Dije muy preocupado-.
-¿Por qué llora Marina eh?- Dijo Simón-.
-No sé. ¿Por qué lloras bebé?- Dije como si ella fuera a contestar-.
-....Pa... Pa...- Dijo ella-.
-Espere. ¿Usted acaba de oír lo mismo me yo?- Dijo Simón muy emocionado-.
-Ella habló- Dije muy feliz -¿Extrañas a papá?- Le dije a Marina y ella solo movió su cabeza en señal de aprobación- Marina, él ya viene, no tarda. Mejor vamos a darte de comer mi niña linda- Dije para llevarla a la cocina y darle papilla frutal-.
Pasó una hora, y llegó Villamil por Marina. Ella al verlo, se puso mucho más feliz de lo que ya estaba...
-Hola Marto, ya llegué- Dijo Villamil entrando al cuarto-.
-¡Pa!- Dijo Marina, y extendió sus brazos para que la cargara su papá-.
-¿¡Ella dijo "pa"?!- Dijo mi amigo muy emocionado-.
-Exactamente- Dijo Simón-.
-¡Güevón, mi hija ya casi va a hablar!- Dijo con una cara de alegría que nadie le quitaba- Gracias amigos, en serio. Hoy va a ser su fiesta a las 6 de la tarde en mi habitación, los esperamos ¿O no Marinita?- Ella solo sonrió -Nos vemos. Gracias-.
Narra Villamil
Después de las compras, me puse a envolver el par de juguetes que le compré a Marina. Adorne, con ayuda de Isaza, la habitación. Pusimos globos de colores, serpentinas e incluso gorritos de cumpleaños.
Fuí por mi hija con los Vargas para ponerle su nueva ropita.
Al llegar, me sorprendió mi hija con un adorable "Pa". Morí al oír a mi hija. No sé qué sería de mí sin ella.
Salí del cuarto de los Vargas y me dirigí al mío, donde Isaza se encontraba cocinando comida para la fiesta. Mientras Isaza cocinaba, yo bañé a mi hija, le puse su ropita, una medallita de oro en forma de corazón que le compré hace unos días y sus aretitos. Es la bebé más hermosa que he visto en mi vida. Aún sigo sin imaginar un mundo, donde yo la haya dejado en un orfanato. Ella es la luz de mi vida.
Cuando acabé de cambiarla, ella estaba inquieta sobre la cama, entonces, agarré mi ukelele, y canté "Mi Vida Entera" para Marina. A ella le encanta esa canción, de verdad, cuando escucha que la canto, solo se sienta junto a su Minion, y se queda viendo asombrada viendo cómo toco el ukelele y sonríe.
Estos bellos momentos con ella, no tienen precio. Me encanta saber que ella es mi fan número uno, y que al cantar una canción, ella solo sonríe y se queda hipnotizada con el sonido de la música.
Acabé de cantar, ella solo sonrió y extendió sus brazos para que la cargara.
Le dí de comer y la arrullé, mientras tarareaba "En un solo día". Se durmió al instante en mis brazos, y yo no quise llevarla a la cama, y la dejé dormirse en mis brazos.
A las 6 de la tarde, llegaron los Vargas y Pedro. Hicieron una cara de ternura al verme con Marina dormida en mis brazos y yo viéndola como bobo. Ellos se sentaron en la sala y hablaron...-Awwwww, mire al perro. ¿Quién diría que acabaría siendo papá de una niña tan linda?- Dijo Simón-.
-Al principio, creí que era mala idea que él conservara a su hija. Ahora pienso que me equivoqué al pensar eso- Dijo Pedro-.
-Un año de vida. Que rápido ha pasado- Dije muy feliz-.
-Sonaste a una verdadera mamá- Dijo Isaza acompañada de su risa contagiosa-.
-Jaja, de hecho- Dijo Martín-.
Después de 15 minutos de charla, Marina despertó y lanzó un bostezo muy adorable. Todos empezaron a cargarla y felicitarla.
Como ya teníamos hambre, optamos por comer los espaguetis que Isaza preparó, y yo le dí su papilla de frutas a mi hija. Me sorprendió el hecho de que ahora que le dí de comer, no me hizo quedar en ridículo aventándome la papilla a la cara. Sin duda, si sabe comportarse públicamente.