Capítulo 25

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Nathan se encuentra en la cama a la espera que me acerque para besarlo, lo extrañe tanto, camino lentamente hacia él, no apresuró el paso, al llegar junto a Nate me percató que me espera a alguien más.

-Ahora seremos los tres- dice, lo miro confundida sin entender, cuando veo a Liam apoyado en la puerta sonriéndonos, me sorprendo buscando las palabras para explicar lo que sucede.

-Me tocaba a mi – expresa un molesto Liam.

-Mañana yo y tú en la tarde- le responde Nathan, me siento como si fuera un juguete que tienen que compartir.

-Pero ayer la tuve en la tarde- gruñe Liam

-No, no es cierto- le saca la lengua Nate, los miro de uno al otro, sin captar lo que realmente está pasando.

- Si lo es- sentencia Liam- yo mando, yo supervisó, Geoffroy te dirá quién tiene la razón- que carajos pasa miro donde señala Liam y en efecto en una silla se encuentra mi jefe sentado tomando una copa de champan, vestido como si fuera la playa.

- ¿Que está pasando? - pregunto desconcertada.

- Nada Sofía, tu solo sigue seduciéndome- me responde Nate solo con bóxer en la cama.

- Pero...

- Liam puede esperar... por cierto nosotros decidimos a qué hora estar contigo- relata saboreando una fresa.

- Podríamos estar los tres esta vez, Sofía no tiene problemas- sentencia mi jefe- Yo anotare todo el proceso- añade comiendo palomitas.

- ¿Mi opinión no vale? – pregunto sin que nadie me preste atención- ¡no estoy de acuerdo! -exclamo casi gritando.

- Calma esta todo bien, no querías decidir entre los dos, pues ahora no lo harás, tienes la oportunidad de besar ambos y al mismo tiempo- me guiña el ojo un cuarto espectador, que no tengo idea de quien se trata.

- ¡No, no, no! ...- me despierto abruptamente de ese extraño sueño o más bien pesadilla.

- ¡Qué manera de comenzar mis 25!

La alarma aun no suena, le queda media hora, el sueño se fue por completo y decido levantarme. Hago todo mi proceso de la mañana relajada, me sirvo un desayuno rápido, pero exquisito y aun así me queda tiempo para no hacer nada, prefiero encaminarme al trabajo para llegar a una hora prudente.

***

En la editorial algunos me felicitan y otros me preguntan si están invitados a la celebración, niego que haya alguna diciendo la verdad y comienzo el trabajo del día.

A la hora de almuerzo me llama Cat cantando muy desafinada feliz cumpleaños, se disculpa por no pasarla conmigo, pero Rodrigo quería salir en una cita y ella a pesar que se negó la obligue a ir, mi cumpleaños se podrá celebrar en otra ocasión, además iré a la casa de mis padres. Después de muchas insistencias cedió.

Mi jefe me escribe un sutil y nada comprometedor mensaje por mi cumpleaños, solo unas felicidades, le agradezco formalmente y ahí acaba el intercambio de mensajes. Después de la charla que tuve con él sobre Cat, no hemos hablado mucho, lo justo y necesario si es que nos encontramos en el edificio y no hemos coincidido afuera, la formalidad que hay entre nosotros es la justa que debería haber dadas las circunstancias.

Llamadas de mi mamá y papá y un mensaje de Vale. Eso es lo único que he recibido, me sorprendo esperando impaciente un par de mensajes, me calmo, pero la incertidumbre está ahí, me digo que es lo mejor.

Al final pasare el día en la casa de mis padres en una cena que se ofrecieron a darme, no daré ninguna fiesta, ni nada por el estilo, a pesar que muchas amigas me insistieron con celebrar en grande, por el momento ninguna de ellas se ha dignado a saludarme, no que muy interesadas.

Mis chicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora