"Pongo en modo avión el mundo, si se trata de ti"
Un domingo lluvioso y frio, ¿Qué más se podía pedir para un día perfecto?.
Cierto.
Tranquilidad y paz mental.
Cosa que Escorpio Cudie, no tenía ni por casualidad.
La chica estaba tirada en el sofá de la sala de su equipo, solo estaban Capricornio y Cáncer charlando de varias cosas. Sus amigas estaban durmiendo con comodidad en su dormitorio mientras que el resto de los chicos... también durmiendo.
Mientras movía uno de sus pies, leía una revista que Libra le había recomendado y que le venía jodiendo para que la leyera, así que aquí la ven, leyendo una revista que estaba de moda.
-No, no puedes hacer eso, tu personaje se morirá automáticamente —se escuchó a Capricornio retarle a su amigo.
-¿Quien lo dice?
-¡Las reglas del maldito juego! —Escorpio sonrió por la estupida pelea que tenían sus mejores amigos.
Aunque esa pelea fue interrumpida porque alguien tocó la puerta. Los tres miraron hacia la puerta con algo de intriga; sus amigos no eran ya que ellos tenían la llave y el director menos, él entraba de la nada, sin tocar.
-Escorp, abre —ante el pedido de Cáncer, Escorpio asomó la cabeza por el respaldo del sillón con una cara de ni loca, hazlo tú.
-Vamos, que solo estas metros —se quejó Capricornio por la vagancia de la pelirroja.
-Ustedes también
-Pero que estas al frente —no sé si Cáncer sabía que sacarla de ese sillón era un caso perdido o... aún tenía esperanzas.
-Y ustedes al costado, ¿Qué descubrimiento no? —pasó de página con tranquilidad mientras que Capricornio bufaba y se dirigía a la puerta tan problemática.
Sin prestarle atención, Escorpio siguió leyendo cada apartado de lo que esa revista decía, al final su amiga tenía razón; esta revista era entretenida.
-Escorpio, tu novio —Capricornio se puso a un lado para que Cody pasara. Y así fue como su tranquila lectura terminaba aquí.
-¿Cody? —se sentó en el sillón dejando la revista en la mesita ratona que tenía al frente.
-Hola Escorp, solo quería verte un rato —Capricornio cerró la puerta mientras Cody tomaba asiento al lado de la muchacha.
-Te dije que veríamos una película más tarde —algo andaba mal aquí.
-Bueno, en realidad quería comentarte sobre varios de mis amigos —trató de hablar lo más bajo para que los otros dos chicos no escucharan, pero era imposible, parecían las viejas chismosas del barrio.
-¿A qué... a qué te refieres? —también bajó el volumen pero ella si sabía que era inútil. Solo le quería seguir el juego a Cody.
-Mira... varios de ellos terminaron con tus amigas y algunos... quieren saber como conquistarlas
-¡¿Qué?! —las voces de Escorpio y Capricornio se mezclaron.
La inesperada participación a la conversación de cierto castaño hizo que Cody girara la cabeza y lo viera con sospecha.
-¡¿Cómo que vendiste mi... —Capricornio vio de reojo al novio de Escorpio tratando de disimular ese grito. -mi... mi disco de los Beatles?!
-¿Qué yo que...? —su amigo le señaló con los ojos a Cody y fue ahí donde recién el foquito se le prendió. -Oh... ¡Oh!, es que necesitaba dinero
Sin más, el novio de la chica volvió a verla. Escorpio estaba pasmada ante esta noticia... ¿Acaso saben que cuando alguien dice no es no?, pero bueno, no podía esperar mucho de chicos que no pueden ver a sus ex felices de una buena vez.
-Mira Cody, no hay receta para conquistar a las personas... ellas simplemente no sienten lo mismo —aunque ella le explicara mil veces a su novio este tema, él no lo entendería.
-Pero pueden hacer algo, si ellos pueden —señalo a Capricornio que escuchaba los susurros con atención. -¿Por qué mis amigos no?
-Porque ellos —también resaltó la palabra. -tienen historia, Cody. Y nunca sintieron algo por Asher o Lowell
-Pero ahora MIS amigos tienen historia con ellas también —Escorpio rodó los ojos, ¿Cómo algo tan simple era difícil de entender?.
-Pero no una historia como la que tuvimos con los chicos —eso molestó a su novio e hizo que Escorpio comenzara a darse golpes mentalmente.
-¿Eso quiere decir que sientes algo por Sagitario? —levantó la voz con enojo y seguridad en cada palabra que decía.
-¿Qué?, claro que no
-Escorpio a mi no me engañas —se señaló a si mismo a medida que se levantaba poco a poco del sillón.
-¡¿Qué te hace creer que aún lo amo?!, ¡Pasó la mayoría del tiempo contigo, si no te quisiera estaría con él todo el día! —se levantó furiosa de su lugar.
Capricornio y Cáncer simplemente veían la escena como si de una telenovela se tratase, además de que querían información para decirle a Sagitario.
¿Qué?
No se quedarían callados solo porque Escorpio les daba miedo.
-¡Lo que tú quieres es aprender a amarme! —un silencio se emitió en toda la sala luego de lo que el chico gritó.
Ya está...
Él mismo lo había dicho.
Ella solo quería amarlo como él la amaba, pero era imposible... era...
Imposible sentir ese sentimiento porque ya lo sentía por otra persona.
-¡¿Sabes qué?! ¡Es verdad! —ambos chicos abrieron los ojos; aunque Cody ni siquiera los abrio, se le quedó viendo a la chica con sus puños tan tensos que los nudillos se le estaban volviendo blancos. -¡He tratado de amarte durante todas estas semanas pero es imposible, porque amo a Sagitario Cams y lo he amado desde que terminamos en secundaria!
Bajó sus brazos que en algún momento subió por tal exasperación. Se fue calmando poco a poco y se dio cuenta de lo que había dicho...
Lo había aceptado, estaba enamoradisima de Sagitario y no había manera de negarlo más. Hacerlo significaba caer en las manos del estrés y carcomerse la cabeza con pensamientos sobre el castaño.
Era algo tonto.
Pero ella inteligente.
-¡Lo he mantenido oculto durante mucho tiempo y yo ya no puedo más...! —Escorpio no se distinguía por ser la más casual y delicada. Ella era directa cuando se debía ser y eso... eso la hacía sentir culpable luego. -Lo siento, siento haberte ilusionado y permitir que pienses en un futuro conmigo...
-Te odio... —los ojos del chico inspiraban dolor y resentimiento hacia la muchacha que tenía al frente. -Tú y tus amiguitas no se merecen nada de nosotros —Escorpio simplemente se le quedó viendo. -¡Solo fuimos un maldito juego! ¡Un juego para olvidar a estos idiotas! —volvió a señalar a ambos chicos que ni se inmutaron por aquello.