Capítulo 36

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"¿Louis?" su voz sonaba rota y llena de sorpresa.

Me aparté el móvil de la oreja para poder ver qué hora era en la pantalla. Las dos de la madrugada. 

"¿Estás bien?" pregunté a la par que me incorporaba en la cama.

Me encontraba durmiendo cuando la pantalla de mi móvil se encendió haciendo que abriese los ojos, quise ignorarlo pero algo dentro de mí se removió incómodo, así que decidí descolgar en el momento en el que leí su nombre en la pantalla. Él nunca me llamaba, a lo mejor algo había ocurrido y mi omega necesitaba saber si estaba bien, una parte de mí independiente a mis instintos también me lo exigía así que lo hice y no me equivoqué.

"Sí, sí, no era nada" todo mi cuerpo se estremeció y su voz me erizó la piel.

"Harry no me mientas por favor".

Suspiró resignado.

"Vale, no estoy bien".

"¿Dónde estás?" susurré para no despertar a mi madre ni a Lottie.

"Fuera del hotel donde mi padre está dando una fiesta".

"Oh".

"No he... no he consumido si es lo que estás pensando".

"Me alegro" fue cuanto dije.

Se creó un silencio entre ambos que en cierta forma no era incómodo, solo escuchando nuestras respiraciones y algún que otro coche pasando por la línea de Harry.

"¿Querías hablar de algo?"

"Yo..., en realidad no".

"Bien".

Me humedecí el labio y miré por la ventana el oscuro cielo, no había rastro de la luna ni de ninguna estrella, solo oscuridad y tal vez Harry se sentía así.

"¿A dónde vas a ir ahora?" quise saber.

"Te diría que iría a algún bar de mala muerte a beber hasta emborracharme y así olvidar, o a mi piso a tratar de dormir pero ni tan si quiera podría pegar ojo, así que en realidad, acabaría llamando a Dan para ir a algún lugar y pasar la noche".

Mi omega se removió incómodo en mi interior.

"¿Por qué recurres a Dan?"

Escuché una risa desganada por parte del alfa.

"Es la opción más fácil".

"Pero... ¿sabes que no es la única opción verdad?"

Silencio.

"Harry, ¿lo sabes?"

"No, no lo sé Louis".

Me salí de la cama y traté de vestirme con el móvil pegado a la oreja y procurando no hacer ruido.

"Mira, ahora mismo voy a donde estás y podemos hacer todo eso que dices, ir a un bar o a tu piso a dormir ¿vale?"

"¿Y nada de Dan?" su voz rota, estaba llorando y era consciente de cuanto esfuerzo le estaba costando no hacerme ver que era un mar de lágrimas.

"Nada de Dan alfa".

"Gracias". Mi corazón se partió en mil pedazos.

"Mándame la dirección y en poco tiempo estaré ahí ¿vale?"

(...)

En veinte minutos me encontraba frente a la entrada de uno de los más prestigiosos hoteles de todo Londres, le pagué al taxista, que a decir verdad, fue demasiado caro bajo mi punto de vista y salí para caminar hacia el lugar donde Harry me había dicho que se encontraba.

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