Recuerdos I

12 2 0
                                    

Garnic una ciudad que vivía de la minería un poco sucia del polvo que caía sobre ella, traído por el viento desde las minas ubicadas en las faldas de las majestuosas montañas, cubría las calles y los techos de los edificios y casas.
El aire era pésimo viciado por el polvo. Los trabajadores con sus ropas negras al igual que sus caras iban y venían de las minas.
Todo esto le daba a la ciudad un tono gris y monótono en claro constraste con las montañas y los bosques verdes de Pinos en los alrededores.

Había llegado a la ciudad al atardecer como había previsto, un grupo de 45 o 50 hombres caminando a paso cancino con sus ropas sucias y caras negras, también iban entrando a la ciudad volviendo de las minas se notaba sus caras cansadas.
Bernet los miro y por un momento pensó que ser cazador era mejor que estar todo el dia cubierto de polvo y mugre por el resto de su vida.
Entró a la ciudad guiando a su caballo de las cuerdas fue hasta una de las tabernas del lugar, dejó a su caballo en el establo frente a la misma y entró, en el lugar había varios mineros bebiendo, riendo y jugando cartas luego de un dia arduo de trabajo, se sentó en la barra.
-Una cerveza por favor- dijo
El hombre llenó una jarra y se la pasó, -aquí tienes Bernet tiempo sin verte por aquí-
-Si voy de paso mañana me marcho a Blayze, sabés que no me gusta mucho está ciudad-
-lo se muy bien, lo de aquella noche fue...
-Tienes una habitación libre pasare la noche aquí- interrumpió mientra miraba al cantinero.
-si hay una puedes quedarte- dijo y ya no término de completar su frase anterior. Dándose la  vuelta para atender a algunos de los mineros que pedían mas cerveza.
Bernet término su cerveza, mientras escuchaba a los mineros con sus típicas charlas sobre mujeres, y alguno que se molestaba por perder el juego y acusar a otro de hacer trampa.
El cantinero sirvió otra jarra para Bernet y se la alcanzó -sabés no fue tu culpa lo de esa noche-
Volvió a mirar al cantinero con una mirada fuerte y segura - lo sé, pero no debí beber tanto y bajar la guardia pero aprendí la lección- tomó la jarra y dió un tragó largó.

Un joven Bernet a sus 18 años partió de Blayze para empezar a ser una cazador con mucha alegría, llenó de energía por dejar el lugar y descubrir el mundo, atravesó las montañas y bajó hacía Garnic la ciudad.
Allí encontraría rápidamente su primera aventura y la razón por la que no quería pasar tiempo en la ciudad.
Era noche se encontraba en la taberna, una chica se le acercó curiosa por su espada y ballesta empezaron a hablar no era muy bonita pelo rojizo, cara redonda y bajita, por su vestimenta se notaba que era de la clase media baja. Seguro trabajaba en las minas. Aun asi era la primera vez que Bernet hablaba con una chica, el empezó a contar historias de su entrenamiento y lo fuerte que era también inventó algunas luchas con bestias que en realidad no habían pasado. La chica sentada a su lado lo escuchaba con atención y maravillada por los relatos de Bernet. Siguieron hablando hasta muy tarde mientras bebían.

Hasta que la chica le pidió que la escoltara a su casa asi se sentiría más segura y salieron de la taberna bajando por la calle oscura y un poco risueños por todo el alcohol. Bernet bajó la guardia en aquel momento y lo lamentaría no se percató de que algo los seguía en las sombras, y a unas 6 cuadras de la Taberna en un momento sintió un golpe en su cabeza fuerte que lo hizo caer al suelo, escuchó los gritos de la chica pidiendo ayuda, intentó levantarse pero se encontraba mariado por el golpe grito que la soltara intentó identificar al atacante pero estába muy oscuro solo logro ver una sombra negra y como se llevaba a la chica, se desmayó.

Despertó con la luz del sol, se levantó rápidamente corrió, buscó alguna pista, marca que pudiera conducirlo a la chica pero no encontró nada había desaparecido. Volvió a la taberna, habló con el posadero fue hablar con los guardias de la ciudad buscaron a la chica por todos lados pero no hubo resultados positivos ni una pista nada.
Terminaron acusando a Bernet de su desaparición pero nunca se hallaron pruebas suficientes para encerrarlo, quedó libre aunque gran parte de los ciudadanos lo señalaban como un asesino.
Intentó buscar pruebas volvió al lugar intentó recordar algo más de esa noche pero todo era borroso, y no obtuvó mucho más solo el golpe en su cabeza y la sombra negra, los gritos de la chica. Intentó preguntar si alguien había visto o escuchado algo pero solo recibió no como respuesta o una cantidad de insultos llamándolo asesinó.
Estuvo unos 15 días investigando pero nada, la chica se esfumó sin dejar rastro al igual que el atacante. Pero lo que más le dolía era que había fallado como cazador, el estar siempre atentó, no había protegido a la chica que había confiado en él.
Desde ese momento Bernet, dijo que no volvería a descuidarse así y a beber tanto.

CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora