Parte 19

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–Rápido, vete. Sal por la ventana que está baja.

¡Pedro, Pedro, Pedro! ¡Ven rápido! ¡AHORA!
Al llegar donde él, yo brinque y brinque mientras ladraba.
Él me preguntaba que me pasaba y yo corrí a la sala otra vez, él me siguió y cuando entre no había nadie, solo la humana.
Yo movía mi cola ¿Donde estaba aquel sujeto?

–¿Qué le pasa a Yunk?–Se que es un estúpido nombre pero bueno, igual mi nombre original siempre será, Bronw.

–No lo sé ¿Trajistes el selular?

Pedro asiente y le entrega aquella cosa cuadrada, pero yo camino a la ventana y me asomo, empiezo a ladrar y Pedro corre hacia mi.
¡Mira a ese humano! ¡Lisseth te está engañando!
Pero no me entendía...solo dijo que hiciera silencio.

Se hizo de noche y Pedro ya se había ido a acostar, era tarde, ni siquiera yo resistía el sueño. Por eso lo acompañe, las luces las apagó y nos quedamos dormidos.
Al rato escuché que la luz de la sala se encendió y ahí supe que era ese humano.
No puedo dejar que escape está vez, no puedo.
Y a pesar de que el sueño me inundará me levanté y corrí hacia la puerta principal; donde pude ver a esa horrible y mentirosa humana.
Empiezo a ladrar, pero esta vez me detengo rápido y le muerdo el pantalón al humano.

–¡¿Otra vez tú?! ¡Ya me arte de ti!

Él me pateó y a paso rápido fue con Lisseth a la sala, cerrando la puerta de ella.
¡Hey! Abran la puerta.
Esta vez no ladre, tenía que tener evidencia...pero lo primero es despertar a Pedro.
Así que me dirigí a su cuarto y empeze a ladrar.

–¿Qué pasa, Yunk?

Le jale el pantalón y lo tiré al suelo, pero valía la pena. Él se estaba levantando y me comenzó a seguir.
Llegamos a la puerta cerrada de la sala y la empiezo a rasgar. Él la abre y ahí está.
El humano estaba hablando con Lisseth, yo corro hacia el y le ladró.
Pedro solo guardaba silencio, aún Lisseth no había notado su presencia.

–¡Cállate, Yunk! No quiero que Pedro se despi...

Notó a Pedro, yo me fui de ahí, no quería escuchar discusiones. Pero la vida es así.
Paso bastante rato y Pedro finalmente terminó de hablar.
Término con la humana y la sacó de la casa con aquel hombre.
Y Pedro marco su territorio en ese momento.
Yo me dirigí hacia el y le lamo la mano, pero el está triste. No por la humana, si no por otra cosa.
Se agacha y me ve con los ojos llorosos.

–L-lo siento...pero si no te llevo a otro lugar ella te llevará a la perrera.–Esas palabras me entristecieron.–No puedes quedarte más aquí, pero sé que me intentastes de advertir...y yo no me di de cuenta.

P-pero...e...está bien, Pedro. Lo haces por mí. Por lo menos se que ya no estas triste por vivir más con ella. Eso me pone muy, muy feliz.
Yo moví mi colita y al mismo tiempo chille.
Él me abrazo y yo me angustie ¿Algún día me dejaran de abrazar? Mis orejas se movieron hacia atrás y él me saca de la casa. Pensé que por lo menos me llevaría a algún lugar, pero solo me abrió y me dejó afuera.
Humanos...nadie los entiende.
A partir de ahora, viviré en las calles.
Ok, ahora oficialmente me declaro como perro callejero de verdad.

Camine y camine, ni siquiera sabía a donde ir. Solo caminaba por caminar.
Me quiero alejar de los humanos y irme a un bosque o campo. Para empezar a buscar a Javier allí, bueno, ya que no tengo a nadie no me queda de otra que buscarlo a él...pero...¿Y si me remplazo con otro? Nah, igual lo voy a intentar.
Estaba caminando pidiendo comida, no he cenado y tengo hambre.
Pero lo único que recibo son patadas, veo que me tengo que poner agresivo.
La vida es dura en la calle, eso nunca lo olvidaré. Cuando eres callejero, tenemos que aprender una de las cosas más importantes. O si no, no durará un día aquí. Por suerte yo ya he sido callejero antes.
Me acosté abajo de un banco que estaba en un parque, arriba estaban sentado una señora y una niña.
La pequeña estaba comiendo hamburguesa, yo solo quería un poco, pero la ingnore y seguí acostado. Sin embargo, el olor a comida me llevaba a cada rato.
Tengo que pedirle un poco.
Me levanté y salí de ahí, sentándome al frente de la niña.

–Hola perrito.–Come.–¿Quieres un poquito?–Yo muevo mi cola y le ladró. ¡Claro que sí! Ella me entrega un poco y me la como.–Adios perrito.

Se levantan y se van, yo termino de comer y me vuelvo a acostar debajo del banco. No tenía sueño, estaba muy pensativo.
Pero cuando al fin empeze a cerrar mis ojitos, una gota de agua me callo en mi nariz. Haciendo que levantará la cabeza.
¿Qué es esto? ¿Lluvia? ¡De seguro no me podría ir peor!
Me llegó frío rápido. ¡Oye gracias lluvia! Aunque estuviera debajo de aquel banco, me mojaba un poco. Pero tenía que aguantar, o como dije antes: No durare ni un día.
Espero y poder dormirme rápido, para ya no sentir este frío.
Pero sentí una mano en mi espalda. Uy, se siente como la de un humano sucio; voltee mi mirada y veo que un hombre con la ropa rota me está mirando y tocando mi espalda...umm, presiento algo malo de él.

–Yo te daré un hogar, pero a cambio tú tendrás que robar conmigo.

¿Robar? Nunca he robado y no voy a comenzar ahora.
Yo vuelvo a acostar mi cabeza, ingnorando a aquel hombre. Si quiero un hogar, pero no si voy a ser ladrón.
Además se está mojando, no creo que dure mucho tiempo aqui, de seguro se rendirá rápido. Los humanos se rinden más rápido que cualquier otro ser en este mundo. Siempre son tan negativos.

–Perrito, te daré comida, una cama y un hogar. Vivo en un estacionamiento...pero diría que es una casa. Tengo ahí una cocina, una sala, una cama y amigos con sus otros perros.

Hace tiempo que no veo otros perros, debería ir por hoy...¡Si! Solo por hoy y cuando me lleven a "robar" me escapare. ¡Acepto!
Me levanté y salí del banco y le empeze a mover mi cola. Él sonríe y me dice que lo siga.
Y así fue...me llevo rápido a un estacionamiento. Lo malo es que estoy todo mojado.

Esta historia continuará...

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