Un día como cualquiera

¿Quien eres?

Todo ocurrió un día soleado en donde el señor Sherlock Holmes se dedico con tanto empeño en trabajar con cierto experimento, no podía culparlo los casos que llegaban a su residencia no eran tan llamativos para la gran mente del detective, no solo eso, sino que cada uno era más mediocre que el anterior, se mantenía mirando al hombre del cual convivia en el departamento, ambos solteros y sin mucho interés en buscar esposa, mucho menos Sherlock que seguía con los tubos de ensayo y con líquidos sospechosos.

-Mire Watson, esta reacción es sumamente importante que la observe—Espero a su amigo que se acerque y cuando lo hizo vertió el liquido en uno de los frascos para luego notar que todo había sido un desperdicio porque todo se lleno de un espeso humo que le provoco que tosiera— Abra la ventana...

Ambos corrieron hacia la ventana para respirar con normalidad, todo había sido un completo desastre, su agobiante trabajo había resultado un completo desastre, aun así se mantuvo firme, quería volver a intentarlo pero al voltear se encontró con dos personas completamente ajenas a su persona, podía decirse que ninguno de Londres vestía ropas tan anormales.

-¿Ustedes quienes son? —Pregunto el rubio de bigotes a punto de sacar su revolver que lo traia en su chaqueta.

-¿Ahora que hiciste, grandísimo idiota? —Regaño el rubio sin bigote a su compañero que tenia los cabellos de punta como si algo habia explotado cerca de su rostro.

-No dispare, Watson, no parecen malas personas. —Hablo Sherlock Holmes acomodándose su ropa, para deducir a los recién llegados. — Aunque sean extraños para nosotros no disponen de armas para contra-atacar.

-No hice nada, John, tan solo exploto —Se sentía realmente desanimado con solo ver al rubio que se mantenía con el ceño fruncido. — Ademas no se la razón es el mismo experimento de siempre.

-Nosotros somos, John Watson y este sujeto es Sherlock Holmes... mi colega. —Menciono lo ultimo con la intención de no tener nada que lo vincule con el de rulos.

-Increíble, Watson, increíble, pudimos traer a nuestros yo del otro universo alterno, aunque aun no me queda claro de colegas. —Molesto con esa palabra, aun asi deducía al que correspondía como su yo alterno, aunque el contrario no tenia nada semejante que lo vincule. — ¿Ya haz besado a Watson?

-También somos colegas, no hay nada de... ¿Cómo puedes preguntarle algo como eso? —No entendía en lo absoluto a donde quería llegar.

-Lamentablemente no pude hacerlo... John es hetero. —Alzo los hombros de muy mal gusto, se sentía desanimado con su constante "no soy gay". — Aun así, ¿Qué hacemos aquí?

-¡Santo cielo, Sherlock! No digas esas cosas a alguien que ni siquiera conocemos. —Nuevamente le regaño a su compañero— ¿Y en que época estamos?

Se quedaron hablando unos instantes antes que la Señora Hudson entrara para recoger la vasija la cual suponía que debía estar sin rastro de comida o té, aun así había escuchado tras la puerta el incidente y algo de conocimiento en el tema tenia, tal vez ahora las cosas pasaran a ser más extrañas de lo que siempre fue Baker Street 221B.