Un Ángel En La Madrugada Capítulo 29 Parte 2

7.5K 394 19
                                    

Un Ángel En La Madrugada

Capítulo 29 Parte 2

Narra Lauren

-Camila: Hasta pronto amor. -Sentí como si miles de navajas afiladas entrarán en el centro de mi pecho con fuerza, mientras el delgado cuerpo de Camila se prensaba al mío en un doloroso abrazo de despedida. Tal vez estaba dramatizando un poco, lo sé, pero la idea de dejarla partir realmente no me gustaba en lo más mínimo. Nuestros labios se separaron y cada paso que Camila daba lejos de mi, retumbaba fuertemente en lo profundo de mi pecho dejando un vacío a cada centímetro que avanzaba por ese estúpido pasillo.

-Normani: Estarás bien. - Afirmó tomando de mi hombro en señal de consuelo mientras me regalaba una cálida sonrisa. -Deja que se divierta un poco lejos de aquí, ella estará mucho tiempo por aquí cuando regrese. -Agitó de mis hombros para que pudiera mirarla a la cara. -Pienso que para que todo esto sea más fácil, deberíamos hacerlo nosotras también. -Sugirió con ánimos.-¿Qué te parece si esta tarde hacemos una estupenda planificación de nuestras vacaciones?, tenemos algunas semanas para disfrutar.

-Me cuesta saber que ella estará muy lejos de aquí. -Respondí con poco ánimo.

-Andrea: Así es el amor cariño, pero en ocasiones es bueno tomar un respiro. Extrañarla te servirá para fortalecer tus sentimientos por ella, te ayudará a darte cuenta ¿que tan capaz eres de estar sin ella? - Aporto con sabiduría.

-Normani: ¡Oh vamos madre!, cuando papá está de viaje eres la mujer más feliz del mundo.

-Andrea: No lo negaré, me gusta la libertad que sus viajes me proporcionan. La certeza de que regresara hace crecer mis ansias, por eso cada vez que veo partir a tu padre, se que el regreso será algo interesante. -Coqueteo con la mirada. 

-Normani: ¡Ay por d
Dios!, !qué desagradable! -Agregó molesta mientras Andrea no paraba de reír avanzado detrás de Normani que salía con decisión del aeropuerto para regresar al auto. Gire una vez más pero Camila había desaparecido por completo, suspire rendida mientras hacía mi camino al auto.

Narra Camila

-Señorita Por favor...-Una joven aeromoza interrumpió mi evidente estado de shock en el que me encontraba por tener tan enorme y hermoso vehículo aéreo frente a mis ojos, jamás había estado tan cerca de uno y no podía creer que esta sería la primera vez que viajaría en tan monstruoso transporte. -Necesito que aborde ahora mismo el avión, estamos a punto de comenzar con el vuelo. -Explico de manera amable.

-Disculpe, solo estoy mirando, subiré ahora mismo. -Entregue mi maleta y respire hondo antes de poner un pie adentro de aquel gran avión. Busqué mi asiento y sin que alguien me lo dijera, coloque fuertemente y con nerviosismo mis cinturones de seguridad. Las indicaciones del despegue comenzaron a llegar y con él su inicio. Las turbulencia del despegue por poco hacen que mi corazón salga disparado del susto y cuando al fin pude abrir mis ojos, no podía creer lo que ellos veían. Las nubes sobre el océano eran algo impresionante, simplemente fascinante. Realmente puedo decir que todo el viaje lo pasé pegada a la ventanilla mirando por primera vez el mundo sobre las nubes, un segundo infarto casi me da cuando el avión comenzó a descender de manera turbulenta y minutos después, cada uno de los pasajeros comenzamos a salir del avión.

Me sentía verdaderamente nerviosa, sabía que estaba a pocos minutos de encontrarme de nuevo con mi familia. Cuando entre por fin a la sala de espera, ahí estaban.

Mi madre y mi padre tomados de la mano, Sofi abrazando su muñeco de peluche favorito. Apenas distinguí el rostro de mi madre con lágrimas en los ojos corrí hasta ellos. La primera en tender contacto conmigo fue mi pequeña hermana Sofi.

También te gustarán

          

-Sofi: ¡Mila regreso Mami!, te dije que lo haría, ella hizo una promesa conmigo. -Gritaba mi pequeña hermana feliz aún abrazada a mis piernas. Apenas pude escapar de los brazos de mi pequeña hermana, me tire en brazos de mi madre, volver a abrazarla era todo lo que quería hacer en ese momento, ni hablar de mi padre, el cual me elevo por el aire y lleno mi rostro de besos.

-Sinú: Dios, espere tanto este momento mija. -Me abrazó aún más fuerte con su rostro inundado en lágrimas. -Ahora quisiera no dejaré ir nunca más.

-Alejandro: Te extrañamos mucho amor. -Interrumpió mi padre tomándome entre sus brazos de nuevo. -Es un gusto que estés aquí de nuevo, ahora vamos a casa, tu madre ha preparado tu comida favorita. -Explicó con una enorme sonrisa.

Poco después llegué a mi hogar, mi pequeño hogar. Había olvidado el aroma de mi casa y algunos detalles en ella, era increíble como unos miles de dólares podían arreglar un lugar de la manera en la que mis padres lo hicieron con su casa. Aunque a diferencia de las grandes mansiones en las que he pasado los últimos meses en Miami, la casa de mis padres seguía pareciéndome humilde, aún así me resultaba impresionante y totalmente diferente a la última vez que estuve aquí. Había un pequeño living nuevo y una televisión mucho más grande  que la vieja y de desgastada que tuvimos por años en la sala de visitas. El comedor también era más grande y lujoso, ahora algunos cuadros finos adornaban las paredes y la pintura desgastada en el interior de todo este lugar, había sido reemplazada por una nueva con colores diferentes a los que siempre vi.

-Alejandro: He conseguido un nuevo trabajo. -Anuncio con entusiasmo. -Ahora estoy en un cargo importante en una empresa de construcciones y con un sueldo verdaderamente bueno, gracias al dinero que mandaste, pudimos pagar muchas de nuestras deudas acumuladas y decidimos darle vida a nuestro hogar, aún tenemos una gran parte del dinero que nos mandaste y ahora que tengo un buen trabajo, puedo pagarte el préstamo que...

- Papá. -Interrumpí al momento. -Yo no necesito que me pagues nada, no fue un préstamo, fue un obsequio para ustedes. Son mis padres y apuesto que ustedes me han dado más que eso. Tengo la obligación de ayudarlos, yo tengo mucho dinero aún, mucho más del que tal vez necesito. Trabajo un par de horas los fines de semana en el café de la familia con la que me hospedo  y obtengo un dinero extra por eso, tendré grandes cantidades de dinero por mucho tiempo.

-Alejandro: Eres una chica muy noble, la vida te recompensará con creces. -Sonrió regalándome un lindo abrazo.

Recordé esas mismas palabras en aquella joven madre el día que robaron aquellos hombres el trailer dejándonos en medio de la nada. En ese preciso momento escuche como la puerta principal se abrió de golpe haciéndome saltar del susto.

-¡CAMILA! -Un par de voces gritaron mi nombre y ni siquiera pude comprender lo que pasaba cuando dos cuerpos corrían hasta a mí con velocidad aplastándome por completo entre ellos. Con dificultades para respirar, pude distinguir a Sandra y Marielle siendo las culpables de mi asfixia.

-Chicas...-Dije casi sin aliento en petición de auxilio.

-Marielle: ¡Oh!, lo siento. -Se separaron y no paso un segundo más para que el abrazo volviera a formarse de nuevo, esta vez un poco más ligero. -Te hemos extrañado mucho. -Gire mi rostro para ver a  Sandra quien tenía lágrimas en el rostro.

-Sandra: Estás aquí...-Susurró dejando salir su llanto retenido. -Me has hecho mucha falta.

-Estoy aquí...

-Marielle: No perdamos más el tiempo. -Anuncio tomando de mi mano llevándome hasta mi habitación.

Definitivamente era perfecto volver a tener un tiempo como este, mis mejores amigas eran mi familia y eran simplemente las personas más maravillosas de este planeta. Queda demás decir que llegó el día siguiente y nosotras seguíamos hablando sin parar. Les conté por todo lo que he pasado, ciertamente omitiendo la parte de Lauren, no se si ellas estén preparadas ahora para enterarse, pienso que es mejor buscar un buen momento para hacerlo, pues ciertamente no creó que este sea el indicado.

Un Ángel En La Madrugada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora