Capítulo 5: ¿Tienes algún miedo que no le hayas contado a nadie?

10 0 0
                                    

Esta vez me vuelve a despertar el sol, pero no solo eso está en mis ojos. Sino que en vez de sentir una oleada de frío por haber pasado la noche con el mismo vestido ya tres de días de tirantes siento que sus brazos me rodean la cintura.

Intento despertarme evitando que se despierte. Pero, para mi sorpresa él ya está despierto. Así que pego un saltito y mr bajo de la mesa. Haciendo que sus brazos ya no queden en mi cintura.

- Bien, tenemos que irnos a buscar la pista número 4- digo para cambiar el ambiente de la situación.

- Sí, vamos a ello- dice situándose detrás de mí.

La puerta se abre, pasamos a la cocina.

- ¿No habrá nada de comer?- pregunto.

- Creo que quedarán las galletas de hace tres días.

Camino en dirección al salón, por suerte la puerta estaba abierta.

- Sí, quedan dos- digo me como una y la otra se la doy a él.

Caminamos y vemos que hay otra puerta la que se supone que será la de salida y la de nuestra derecha.

- Creo que debemos de abrir esa- dice señalando a la derecha.

- Vale.

Abre la puerta y pasamos al otro lado, allí aparece un pasillo bastante largo. Al pasar la puerta que quedaba detrás nuestra se cierra.

- Bien, a buscar esa pista- digo.

Caminamos por el pasillo, no es que sea muy largo, hay unas dos habitaciones al lado izquierdo y unas tres al lado derecho. Sin contar la del fondo.

- Bien, es posible que esté detrás de alguno de los cuadros- dice.

Movemos todos los cuadros, pero sin éxito. No hay nada.

- Quizás esté...- digo pensando- allí- digo señalando el pequeño jarrón amarillo en la esquina.

Y sí, estaba justo detrás de él.

- Bien, te toca a tí- le digo.

- Bien- abre el sobre y lee en voz alta- ¿Tienes algún miedo que no le hayas contado a nadie?

- Esto se está poniendo en mi contra- digo.

- Bueno, y ¿cuántos miedos tienes?

- Digamos más de 50.

- Y, ¿El primero es?

- No, aún no necesito más tiempo.

- Vale, te contaré mi miedo.

- Adelante.

- Le tengo miedo a la oscuridad.

- Es algo así como que cuando no hay luz te sientes como un claustrofóbico.

- Digamos eso.

- Qué bonito.

- No es bonito es un miedo.

- Eso no es un miedo real.

- No, pues cuéntame el tuyo.

- Lo haré pero no te rías

- No me voy a reír te prometo que lo intentare.

- Bien, yo...- digo jugando con mis dedos- le tengo miedo a estar ...

- Sigue no te quedes ahí, bueno sabes tienes  hasta las doce como cenicienta así que bien, tómate tu tiempo- dice sentándose en el suelo con la espalda apoyada en la pared.

- Enamorada- susurro, pero sé que me ha oído perfectamente.

- ¿He oído bien?

- Sí- digo sentándome en el suelo.

- Bueno, y por qué.

- Porque yo... Sabes déjalo no tengo porqué darte explicaciones y menos a ti.

- Pues, sigo pensando que no hay razón para tu miedo, solo piensa en el lado positivo de tu miedo.

- No puedo, se me mezclan ideas.

- ¿Cómo cuáles?

- Como que el príncipe azul no existe así que dejemos el tema ya sabemos bastante de nuestros miedos, ahora sino te importa debemos descansar para mañana, aún quedan unas 17 horas.

- Quizás si exista, pero vosotras no lo llegáis a ver realmente.

Lo odio cada día más.

<<< DEL ODIO AL AMOR SOLO HAY UN PASO>>>

Esa voz a vuelto. Desde que era pequeña aparecía, pero solo para decirme realmente todo lo que debía de saber en todas las situaciones.

Bien, es imposible descansar sabiendo que lo tengo aquí a menos de un metro. Así que me voy a la otra esquina. Realmente, no es su presencia lo que me molesta sino su mirada esa mirada que te recuerda a las hojas del otoño, que yacen en el suelo.

Me quedo ahí mirando a lo lejos. Miro en cada lado, tal y como hago siempre en todos los sitios. Es ahí, cuando esa tenue luz que estaba encendida, desaparece.

- Carly- dice Jayden

- No te muevas, voy hacia allí- digo levantándome- respira ,tranquilo.

Me voy moviendo por el suelo, llego hasta dónde estaba y lo único que se me ocurre es abrazarlo y el me devuelve el abrazo, siento como su respiración va relajándose al igual que los latidos de su corazón.

- Siento que tu miedo fuese la oscuridad- digo.

- Tranquila, creo que podré soportarlo.

- Bueno y dime, ¿Sigue teniendo la lamparita?- digo riéndome.

- No te rías.

- Perdón por reírme, yo también le tenía miedo a la oscuridad.

- Primer dato en común.

- Corrijo primer y último dato en común.

Y así pasamos el resto del día, riendo, contando chistes y por último, pero no menos importante.

Abrazados.

======================================

¡Hola!

Espero que lo disfrutéis y que os haya gustado.

Gracias por leer 😘

Nos leemos luego 😉

Albatrosfenix1 🌹

50 PREGUNTAS Y 50 DÍAS PARA ENAMORARME Donde viven las historias. Descúbrelo ahora