Había intentado volverme algo útil después de ese momento traumatizante con TaeHyung dado que no tenía nada que hacer.
-- Jisoo... ¿Puedo hacer algo para ayudarte? -- Pregunté llegando a la cocina.
-- Sabes, todo el personal logra mantener esta casa, no hay mucho que hacer... Lo que podrías hacer, es ir a poner un poco de orden en el sótano, pero te advierto que nadie nunca va ahí, está realmente asqueroso. -- Explicó haciendo una mueca.
-- No hay ningún problema. ¿Me podrías decir dónde se encuentra? -- Pedí, amable.
-- Claro, sígueme. -- Respondió dirigiéndose a la puerta de la cocina.
Pasé mis dedos sobre una mesa antigua y polvorienta. Estos quedaron negros. En verdad había demasiado desorden y suciedad aquí. Estaba muy oscuro y podía ver telarañas colgar de todos lados.
Me decidí en empezar por ordenar y me acerque a una repisa, la más cercana a la salida. Iría ordenando organizadamente. Fui tomando uno a uno los libros que se encontraban ahí, los fui limpiando y por último guardarlos en orden alfabético.
No tenía la intención de meterme en asuntos que no son míos, pero noté que solo había libros espirituales, sobre la mente humana. Cuando terminé con esa repisa, fui a la siguiente.
Pude registrar más de 200 libros enormes y todos tratando del mismo tema. Hasta seguían habiendo más repisas, pero con objetos, estatuas, etc.
El último libro polvoriento de la repisa de objetos me llamó la atención. Lo tomé para ir a ordenarlo pero me di cuenta que este no resultaba ser un libro con los demás, este era una caja. Una caja disimulando ser un libro, ¿A quién no le daría curiosidad? No era correcto, pero la iba a abrir... No podía resistirme.
-- ¡Yoon, sube rápido! -- Voceó una voz femenina.
El susto casi me hace soltar la caja. Una vez calmada, reconocí la voz de Jisoo, por lo que rápidamente ordene la caja como si fuese un libro en una de las repisas del principio y me fui corriendo.
-- TaeHyung ha ordenado que vayas a verlo. -- Informó tranquila.
Palidecí, ya era la hora.
Agradecí el aviso y me fui temerosa hacia la habitación con puerta color rojo sangre.
Me armé de valor y di toquecitos a la puerta. Tras escuchar un "pase" grave, entré.
-- Buenas tardes. -- Saludé sin atreverme a establecer contacto visual. -- ¿Desea? -- Seguí subiendo la mirada tímida, al ver que no hablaba.
-- A ti, Yoon. -- Contestó pasando su lengua por su labio inferior.
Me puse nerviosa, otra vez, no sabía cómo reaccionar. El hombre sacudió levemente su cabeza sonriendo, haciéndome entender que estaba tomándome el pelo.
-- Vamos a salir los dos. ¿Te parece? -- Preguntó las cejas alzadas.
-- Pues... No creo que tenga la opción de negarle. -- Respondí simplemente.
-- Crees bien, vístete como quieras, solo quiero comer algo contigo en algún lugar. -- Explicó regalándome una tierna e inhabitual sonrisa.
16:04
Me encontraba en lo que consideraba mi habitación, sin saber qué hacer. ¿Cómo debía interpretar a invitación de TaeHyung?
Decidí llamar a Annaisha, para algo me había dado su número, ¿no?
AN: ¿Aló?
YN: Hola, soy Yoon. Perdón por molestarte, pero necesito preguntarte algo.
AN: ¡Yoon, Se me hacía extraño que no me llames! ¿Ya lo descubrieron?
YN: ¿De qué hablas? ¿Descubrir qué cosa?
AN: Digo... Nada. Dime, ¿cuál es tu pregunta?
YN: Pues, TaeHyung me dijo que íbamos a salir y que me tengo que cambiar, pero no sé cómo interpretar su invitación.
AN: Espera, ¿Qué? Es imposible...TaeHyung nunca sale. Me parece que le estás haciendo bien, es increíble que quiera salir. Si realmente lo hará es porque te encuentra especial... Creo que debes ser tu misma, ponte lo que te guste.
No entendía del todo a Annaisha, esta mujer era demasiado extraña.
Me encontraba de hace un buen rato frente al closet. ¿Qué es lo que me gustaba? No lo sabía. Había demasiadas cosas aquí dentro.
Eran las cuatro de la tarde, no me va a llevar a cenar, por lo que me pondré algo no tan formal. Opté por uno de los vestidos overol en Jean, de los típicos que todos se ponen y que lucen bien para cualquier tipo de ocasión.
No sabía cuánto tiempo me quedé ahí preparándome, pero era mucho y me parecía algo raro que Taehyung no me haya llamado...
Cuando al fin terminé, me dirigí hacia la cama a esperarlo.
Pero algo que no esperaba pasó. Mi corazón aceleró en cuanto vi lo que estaba ahí.
Claro que sí, un hermoso chico llamado TaeHyung observándome acostado. Me tapé enseguida la cara de la vergüenza e intenté controlar mi respiración.
-- ¿Cuánto tiempo lleva ahí? -- Tartamudeé.
-- Mucho, es increíble lo lenta e insegura que eres. -- Respondió con una sonrisa, mirando el techo.
Se levantó, recordándome lo bajita que era, uno de mis mayores complejos. Pude percibir su olor, haciendo darme cuenta que se estaba acercando a mí. Me tomó del hombro y me condujo hacia la salida de la habitación.
-- Es la primera vez que salgo en años. El chófer se encarga del lugar, yo ya no me acuerdo de nada. -- Advirtió.
-- No se preocupe. -- Aseguré sin realmente mirarlo.
TaeHyung se mostraba más amable y respetuoso que de costumbre. Sentí su mirada pegarse en mí mientras miraba por la ventana y me di vuelta como por reflejo.
-- ¿Sucede algo? -- Pregunté haciéndolo sonreír.
Una gran sonrisa era la que tenía impresa en la cara, de esas contagiosas. Por consecuente, también sonreí levemente.
-- Tu rostro es de una belleza increíble, Yoon. -- Comentó escaneando cada detalle de mi cara.
¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba el Taehyung pervertido? ¿Dónde estaba el hombre que se suponía que tenía que soportar? Reconocía rastros de seducción en su mirada y movimientos.
-- Gracias... -- Agradecí mirándolo extrañada.
¿Trataba de hacerme sentir más cómoda? ¿Trataba de quitarme el miedo hacia él? Quién sabe. Volví a mirarlo para estar segura que era él, y sí, no me equivocaba.
TaeHyung era muy guapo, extremadamente guapo.
-- Lo sé Yoon. Lo sé. -- Afirmó leyendo mi mente.
Ahí fue cuando el Taehyung de verdad, el que leía mi mente, empezaba a hacerse presente de nuevo en el auto. Por lo tanto, me sonrojé.
Gracias por leer❤
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Dirty Job [ 𝗞𝗧𝗛 ¹⁸ ]
Fanfiction𝑵𝒐 𝒍𝒐 𝒉𝒂𝒔 𝒆𝒏𝒕𝒆𝒏𝒅𝒊𝒅𝒐 𝒀𝒐𝒐𝒏. 𝑫𝒆 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒆𝒏 𝒂𝒅𝒆𝒍𝒂𝒏𝒕𝒆, 𝒆𝒔𝒕𝒂́𝒔 𝒂 𝒎𝒊 𝒎𝒆𝒓𝒄𝒆𝒅. Caí en un extraño mundo gobernado por el miedo. Mi privacidad era inexistente hasta en mis propios pensamientos. Mi instincto me...