PARTE 4

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Dios está molesto con su creación magna,

no encuentra a sus sirvientes que siempre le hablan

sobre lo que el paraíso ofrece, hoy ellos se callan,

entregados a la lujuria del deseo que hoy manchan;

Lilith toma a su pareja del desnudo cuello,

ardiendo en ella esa pasión convertida en fuego,

que se esparce por todo su ser sin sentir miedo

al creador que la ve convertida en diosa pura del sexo...


La furia, el dolor, el tormento de verla corrompida

por el simple placer de la carne ya convertida

en templo de las divinas pasiones encendidas,

lo hace liberar fuego y lluvias de estrellas fundidas;

Adán escucha el grito de su Dios creador,

lanzando a su amante liberada del dolor

que su padre les llenó el alma, ese ardor

que ha descubierto entre sus piernas, su sabor...


Adán suplica por el perdón del ser divino,

manteniendo la vista fija al suelo manchado,

al lugar donde se entregaron al deseo mezquino,

de eso que no llega a comprender el hombre recién creado;

Lilith, en cambio, se mantiene de pie, orgullosa,

desafiando a su padre, que solo quiere castigarla,

gritándole mil improperios a la mujer convertida en diosa,

que se niega a servirle, a ser una simple esclava...

que se niega a servirle, a ser una simple esclava

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... La idea de igualdad ha nacido en su memoria.


LA SAGA DE LILITHWhere stories live. Discover now