Nueve. ¡5:35 AM!

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Seven.

Los días habían pasado y después de calmar un poco a Astrid por lo menos para que no quiera matar a Melisa al fin pudimos dormir en paz ya que los últimos días desde que llego mi amiga dormíamos con Astrid en la misma cama pero sin siquiera rozarnos.

Estaba a punto de conciliar el sueño cuando ciento a Astrid voltearse, pasar sus brazos por mi cintura y acurrucarse en mi pecho. Aproveche a pasar mi brazo por debajo de su cuello y la pegue más a mí dejando un suave beso en su coronilla.

- Lo siento.- susurro.

- No te preocupes, supongo que debí haberte avisando.- hable tranquilo.

- Enserio, lo siento.- me miro.

- No te preocupes amor, estamos bien.- le sonreí.

Sus músculos se relajaron y ella acomodo su cabeza para dormir. Pasaron varios minutos hasta que Astrid se durmió, cerré los ojos y volví a tratar de dormir.

Pero de nuevo en el momento que trataba de conciliar el sueño sentí a alguien tocarme suavemente el hombro. Me desperté de golpe para encontrarme a Melisa parada junto a mi cama con una remera que podía jurar era mía.

- ¿Melisa? ¿Qué ocurre?- pregunte confundido.

- No podía dormir, así que quise prepararme un té. Pero no los encuentro. ¿Podrías bajar a ayudarme a buscarlos?- pregunto tímidamente.

- ¿Enserio? ¿Justo ahora?- pregunte estirando mi brazo hacia la mesa de luz.

Tome mi celular y lo prendí para ver la hora. ¡5:35 AM!

- Mierda Melisa.- me queje.

- Por favor, no puedo dormir.- suplico.

Suspire y tratando de no levantar a mi novia saque el brazo y me levante. Camine escaleras abajo con Melisa atrás, entre a la cocina, abrí la primer puerta de la alacena y metí la mano tanteando donde estaba la caja de los saquitos de té. Una vez que encontré la caja, la deje sobre la mesada, cerré la puerta de la alacena y me voltee tratando de volver donde mi novia.

- Seven.- me llamo Melisa.

- ¿Si?- me voltee a mirarla.

- ¿No quieres uno?- pregunto levantando una tasa.

- Mira, me encantaría. Pero si ese pequeño ser que está durmiendo en mi cama se levanta y no me ve me va a cortar las pelotas y no tengo quiero. Ya que estamos en cuarentena y posiblemente en el hospital no me atiendan. Gracias por la oferta.- le sonreí amablemente.

- Oh vamos, un te rápido mientras hablamos y luego vas a seguir durmiendo.- suplico.

- Bien, pero solo si es rápido.- acepte.

Ella dio un pequeño salto y comenzó a preparar rápidamente los te. Una vez listos me paso una taza y comenzó a hablar.

- Oh, me olvide. Espero no te moleste, tome esta remera del baño.- comento señalando la remera.

- Mira, a mi sinceramente me da igual. Solo te pido que si la vas a usar no sea delante de Astrid. No quiero tener problemas.- hable calmado.

- Sabes, he notado que tu novia te tiene bastante abandonado.- se acercó.

Coloco su mano en mi hombro y lo masajeo suavemente.

- Cosa que me parece muy mal de su parte.- me rodeo hasta ponerse detrás de mí.

- No te preocupes, estamos bien con ella.- saque sus manos de mis hombros y me giraba.

- ¿Seguro?- pregunto desafiante mientras se acercaba demasiado a mí.

- Si, seguro.- escuche una voz femenina proveniente del living.

Entonces apareció Juli en la cocina y se puso entre Melisa y yo. Melisa solo la miro mal y sonriendo falsamente hablo.

- ¿Y tú eres?- levanto una ceja.

- No importa quién soy, lo que importa es que él te dijo algo y vos no estas respetando el espacio personal de nadie. Mucho menos la casa, que es una casa de familia. Así que no seas una mocosa irrespetuosa y ándate a dormir si no queres que yo misma te eche a la calle para que te mueras de coronavirus como la lacra inmunda que sos.- escupió Cazzu.

Melisa solamente la miro y pego media vuelta para luego salir de la cocina sin mirar a nadie más.

- Gracias.- hable.

- No me lo agradezcas, lo hice por Astrid. Porque si por ti fuera serias un imbécil que se deja manipular por una boba.- comento para luego salir de la cocina sin darme tiempo a contestar nada.

Astrid.

Me desperté exaltada por una pesadilla y me encontré con que Seven no estaba en la cama. Lentamente y tratando de calmar mi respiración debido al susto salí de la habitación y me encamine escaleras abajo.

Me senté en los escalones del medio escondiéndome gracias a la barandilla de la misma escalera al sentir voces provenientes de la cocina. Joaco y ¿Melisa?

Trate de calmarme y escuchar la conversación antes de saltar como leche hervida, ya que sabía que cualquier movimiento o paso en falso que diera podría traerme muchos problemas.

Escuche pasos venir en dirección a las escaleras y levante la cabeza para encontrarme con una Cazzu que me miraba bastante confundida desde los primeros escalones.

- ¿Qué haces?- me susurro desde allí.

Le hice una seña con la cabeza para que notara que estaba escuchando lo que venía de la cocina para luego hacerle una seña de que fuera a ver qué onda. Ella asintió repetidas veces y camino a paso firme hacia la cocina.

Me fue casi imposible el no reírme al escuchar como Cazzu levanto la voz entrando a la cocina pero tuve que salir corriendo escaleras arriba y meterme a la habitación al escuchar a alguien que supongo fue Melisa salir de la cocina.

Entonces volví a meterme en la cama y le mande un mensaje a Juli.

WhatsApp.

Ass.

Gracias. ;)

Entregado 6:05 am.

Visto 6:06 am.

Cazzuela.

No hay de que beba.

Mañana tendrás que hablar con Joaco.

Entregado 6:06 am.

Ass.

Eso tenelo por seguro, no te preocupes. Voy a tratar de no matar a nadie. Ajaja

Entregado 6:07 am.

Visto 6:08 am.

Cazzuela.

Eso espero Ajaja.

Entregado 6:09 am.

Bloquee el celular para luego dejarlo en la mesa de noche, me di vuelta dándole la espalda a la puerta y cerré los ojos tratando de obligarme a dormir. Minutos después escuche a alguien entrar a la habitación.

- Gracias a Dios.- escuche decir a Joaco para luego meterse en la cama junto a mí.

"STRONG." Seven Kayne.Where stories live. Discover now