El oscuro destino en un plazo de luna

Entreaty

Esta idea salió de repente mientras soñaba porque la imagen de Chen se vio preciosa, ya tengo un fanfic en borradores de este tipo, un Chenzila, literalmente un monstruo, solo que este si tiene Mpreg y no tiene un final realmente triste akanotienefinal. Está bastante weird, literal fue un sueño todo culero so, tiene muchas fallas temporales.

Las alarmas sonaban en todos los lares, el color rojo inundaba la ciudad, aquella mujer de cabellos rojos lideraba la ciudad, el nuevo satanás parecía querer destrozar todo aquello que habían fundado con esfuerzo y sangre. Su ceño fruncido era notable, la criatura se paseaba por la ciudad cavando hoyos por todas partes, no podía atraparlo porque sabía que debía huir lo más pronto posible, su subconsciente le advertía del peligro, no solo suyo, el de ellos.

La pequeña pirámide que había creado constaba de un demonio, quien debía ser mancillado hasta lograr la paz en sus tierras, la influencia que por motivos mayores nunca podía ser escuchado, quizá un poder maligno que lo mantenía en su sitio, nadie lo sabía y finalmente en la punta se encuentra aquella chica pelirroja, la heroína de la historia y por supuesta nueva alcaldesa de la ciudad desde hacía unas cuantas horas.

"Es un monstruo" murmuran en las esquinas. "Solo le hace daño a quien se acerca a su espacio", "Sus garras buscan matar", "Ha destruido aquella torre tan alta".

Mientras la criatura solo quiere escapar, ocultándose en aquella vieja estación de gas, la que ya no aporta ningún incremento económico a la población pero repentinamente fue importante para todos cuando decidió que aquel sería un lugar seguro, no podía contenerlo, sabía que tenía que guardarlos, protegerlos con su vida si era necesario, pero deseaba que aquella persona que osó a tocar sus virginale spieles, los encontrara y los cuidara mientras él reposaba en un lecho de muerte.

Ese viejo y gruñón señor que lo sacó de aquella cabina una vez se escondió "¿Quién es esa criatura?" Preguntaban, pero nunca cuestionaron porqué lo hacía, nunca trataron de averiguar la segunda cara de la moneda.

Estaba esperando por JongIn.

Una vez el viejo se descuidó y el volvió a esconderse, cabo aquel agujero con rapidez, lo suficientemente profundo para que todos quedaran ocultos pero no para que se rompieran al caer, era un reptil al final de cuentas, sus crías se veían envueltas en pequeños huevos blanquecinos de puntitos oliva, la adrenalina que palpitaba en su corazón mientras sabía que esa mujer de malvado cabello y crueles acciones se metería en su camino.

Cubrió el agujero con rapidez, sabía que no entrarían todos ellos, sabía que algunos esperaban una inminente muerte, pero hasta que eso no sucediera, su instinto paterno se mantenía a tope, constantemente alerta de todo aquello que lo rodeaba. La tierra de miraba diferentes colores y la sacudió con rapidez para combinarla, no podían descubrir su sitio.

Acomodando sus últimos huevos en las montañas de tierra, aquella dama de sangre se asomó apareció en su campo visual, su mirada ablandada y su expresión de tristeza la delataban, había descubierto a las pequeñas crías y aunque sabía que asesinar a un bebé era incorrecto, era el primer ejemplo a darse notar.

El castaño, en su forma humana, emitió ligeros y suaves quejidos, como si de un cachorro herido se tratara, mirando a la pelirroja directamente a los ojos, pidiendo piedad, tratando de ganar un poco más de tiempo. Ese era el final.

Quería a JongIn a su lado.

La dama, apenada, simplemente lo miró desde el marco de la puerta "No hay otra opción" murmuró, aún cuando los ligeros quejidos de la criatura comenzaban a ablandar su caracter, sus ojitos inundados en pánico y tristeza que la miraban directamente y la posición tan pequeña por la que había optado en un intento de dejar de parecer una amenaza para su pueblo.

Solo había un camino. Y no podía ignorarlo.