Princesa De Los Dragones (#1) - La Corona De Rubíes

Una Caza Y Una Tormenta

Vuelo por el cielo, y me gusta, el aire fresco soplándome en la cara, la sensación de libertad y adrenalina, y el hermoso paisaje. Me fijo en que se han ido formando unas nubes negras, como si fueran horribles manchas de tinta en medio de un hermoso papel en blanco. Esas nubes no pintan nada bueno, y, como dijeron los dragones meteorólogos, se avecina una gran tormenta. Eso significa, rayos, truenos, lluvia, viento, y una gran peligro, el riesgo se ser capturados. Cuando era niña mis padres me dijeron cómo me matarían si me capturaran las diferentes criaturas, y es que, los dragones, somos generalmente odiados, tal vez se deba a que matamos por diversión y no por supervivencia, pero qué le vamos a hacer, está en nuestro instinto asesinar a cualquier criatura, en especial si es un humano. Resulta que los renatius, unas criaturas mitad ratón mitad humano, me enrollarían en una alambre hecho de acero, y me dejarían tirada en una tarima a la vista de todos hasta que me quemara completamente,  los tandrius, unas criaturas mitad pájaro mitad humano, me golpearían con varas de acero en frente de todos, provocándome quemaduras hasta que mi cuerpo se carbonice, los yurios, unas criaturas mitad serpiente, me obligarían a ponerme una armadura de acero y a caminar kilómetros y kilómetros, a la vista de la multitud con ella, hasta que finalmente mi cuerpo ardiera, y los humanos directamente me clavarían una espada de acero en el corazón, delante del pueblo, matándome en el acto. Hay muchas más, y algunas son todavía peores. Y todas tienen algo en común, la humillación pública y el acero.
Un estruendoso trueno me devuelve a la realidad, mi corazón se dispara, pero me tranquilizo, he ido notando que los 5 guardias que me protegen han ido pegándose más y más a mí.
El viento sopla cada vez más fuerte, y no sé si podré aguantar hasta llegar a tierra. ¿Y si me caigo al mar y me ahogo? ¿O el viento me arrastra hasta una isla habitada por criaturas que me asesinen? Intento relajarme, no va a pasar nada, los guardias me están protegiendo y No dejarán que me caiga ni que me arrastre el viento. En mis alas empiezo a notar el cansancio, y es que nunca han estado tanto tiempo volando, a veces solía sobre volar la isla un rato, pero nunca he estado volando más de dos horas seguidas.
Empieza a caer una fina lluvia, y cuando se convierte en un torrente de agua, diviso tierra. Oigo a alguien gritar, pero no sé quién es, miro a mi alrededor pero nadie está gritando, ¿será sólo mi imaginación? No, no puedo ser yo, los gritos están cada vez más cerca. ¡Son los humanos! Nos han visto y están preparados para atacar, llevan escudos, espadas, hachas, y redes de acero. ¡Madre mía! ¡Los humanos no pueden ser más originales! Me rio internamente, y es que, que le vamos a hacer, los humanos son tan predecibles.
Me fijo en que los rayos están cada vez más cerca y que los truenos suenan como tambores.
Cada vez estamos más cerca, pero aún queda bastante para aterrizar en la isla. Y es que, no podemos atacar desde la muralla, dónde están todos los hombres armados, no, nosotros tenemos un plan mejor, primero rodeamos la isla, cómo si pasáramos de largo, después llegamos a la cima de la montaña, y nos convertimos en personas normales, luego nos camuflamos entre la multitud, y cuando bajen la guardia, atacamos. Cada año hay un plan diferente, y este año, teníamos que aterrizar en el punto más alto, donde nos podría caer un rayo perfectamente, estoy preocupada por la tormenta.
Nos situamos encima de la Isla D'dorton, y el viento empieza a soplar fuertemente, hago un gran esfuerzo para no caerme. Me empieza a doler la cabeza, pero no le doy importancia, empezamos a dar vueltas alrededor de la isla. Los humanos empiezan a tirar flechas y hieren a varios dragones que caen, pero los guardias los cogen antes de que lleguen al suelo, somos muchos menos, algo que nunca nos había importado, me doy cuanta de que sólo quedamos intactos, los guardias y yo, esquivamos varias flechas, la tormenta nos impide ver bien, y entonces decidimos hacer algo que nunca habíamos hecho, retirarnos y volver. Me estoy empezando a marear. Mi estómago se revuelve. Nos preparamos para abandonar la isla, y nos aseguramos de que estamos todos.
El viento sopla cada vez más fuerte. Me arrastra hacia atrás, intento luchar pero mi mareo me lo impide. Sigo intentándolo. Saco fuerzas para continuar pero siento que no puedo, los guardias, no se dan cuenta de que he abandonado la formación. Y los gritos humanos me perforan los tímpanos. Pienso en que pasaría si dejase de luchar contra el viento. Caería justo encima de la multitud humana. Y si no me mata la caída, me matarán ellos. Los párpados me pesan, y siento cómo caigo hacia atrás, veo el suelo y la multitud humana cada vez más cerca. Y entonces, todo se vuelve negro.