Ellos han estado planeando esto por mucho tiempo, por eso cuando volvemos de nuevo a la Sala Común nos encontramos con un montón de gente, música, bebidas y manjares por todos lados. Lo que se podría llamar una fiesta en toda regla.
Hay bastante gente, sí, pero todavía falta más por llegar. Las risas corren y hay decoraciones con los colores de nuestra casa en cada rincón visible.
- Tus hermanos son unos genios - oigo que le dice Harry a Ron por lo bajo.
Damos una vuelta por la Sala viendo lo bien que se lo pasa la gente. Algunos juegan a los naipes explosivos, otros hacen trucos con la varita de lo más graciosos. Hay un grupito emocionado viendo cómo dos chicos se enfrentan en una batalla para ver quién se acaba antes un enorme pastel de chocolate, pero los principales reyes de la fiesta no están. Vaya, ni han pasado dos horas desde que se han ido y ya les echo de menos.
- ¡Ey, chicos! ¡Aquí!
Mi grupo y yo nos volvemos para encontrar al dueño de la voz. Es Neville, sentado con Seamus y Dean y un montón de gente de nuestro curso en círculo, justo al lado del fuego. El moreno nos hace señas para que nos acerquemos y nosotros lo hacemos sin vacilar.
- ¿Queréis jugar a un juego? - dice mientras levanta una botella de hidromiel y se ríe.
DRACO's POV
Después de la escenita de los zanahorios toca volver a hacer vida normal. Nada más entrar en mi habitación encuentro un sobre encima de la cama y la ventana abierta. Bien, vale, no hay que ser muy listo para conectar las dos cosas. Probablemente sea una carta de mi padre.
Y no me equivoco. Solo me hace falta un pequeño vistazo para confirmar mis sospechas: hay una nueva reunión convocada con cierto personaje con aires de grandeza. Y un nuevo recordatorio de que soy una escoria y voy a defraudar a ya sé quién. Dime algo que no sepa, papá.
Al principio me la suda un poco, total, no es la primera vez que salgo de algo parecido, pero cuanto más lo pienso más me doy cuenta de que esta vez puede que no tenga la misma suerte. No voy a mentir, me he pasado la supuesta "misión" por todo lo gordo. Y no precisamente porque me apeteciese, al contrario, cada vez que intentaba pensar en algo me sentía como una tremenda mierda.
¿Qué podría decirle? El cabrón de Potter lleva portándose bien mucho tiempo. Le podría decir que le pone la pelirroja, pero no sé si serviría de algo.
Y, no voy a engañar a nadie, creo que sería incapaz de intentar algo. No ahora, no con ella. Tendré que pensar alguna cosa para que se quede tranquilo, porque ella no se merece eso otra vez.
Joder, ojalá nunca hubiera pasado esta mierda. Ojalá hubiera ocurrido de otro modo, no tendríamos que tener que esconderlo, no la tendría que haber mentido, pero no es así.
Y joder, ojalá estuviera aquí y me hiciera olvidar todo solo con su risa.
Para evitar pensar, al menos por el momento, me concentro en el nuevo libro que he cogido no hace mucho de la biblioteca: "Mañana en la batalla piensa en mí"
Buen título, mañana en la batalla piensa mí, una súplica más que una orden, anhelar ser el último pensamiento de alguien. Mañana en la batalla piensa en mí, como si no tuviera suficiente esa persona al combatir, como si no fuera a pensar en ella a la hora de la verdad, quiera o no quiera.
Supongo que elegir un título es difícil; no sé, no soy escritor. Supongo que es difícil enunciar lo que vas a decir en solo una frase, muchas veces un sintagma, incluso una sola palabra. Poder hacer una introducción sin llegar a decir más de la cuenta; conseguir llamar la atención de quien lo va a leer e incitarle a darte un poco de su tiempo.
Creo que si escribiera un libro no le pondría título. Elegiría una palabra al azar, la primera que se me vienese a la cabeza y así quedaría. Y si justo por esa razón alguien no eligiese mi libro entre muchos otros de mejor título, me sentiría mejor porque entonces cuando alguien lo eligiese pese a su título, sabría que esa persona debe leerlo.
Creo que algo así me pasó con ella.
Qué coño sé, estoy desvariando.
NAT's POV
- Pues te toca beber - le dice Neville al otro chico y se vuelve a reír.
El castaño agarra la nueva botella, abierta hace apenas unos minutos y le da un trago largo para luego dejarla en el centro del círculo de nuevo. Todos reímos al ver la expresión de asco que pone cuando traga el líquido, demasiado fuerte para los que apenas hemos bebido alguna vez.
- Pues yo elijo a Hermione - señala el chico. Mi amiga abre mucho los ojos, como si no se creyera que pudiera elegirla a ella entre todos los participantes del juego.
Eso por alguna razón me hace reír. Hace calor en la sala, a pesar de que hace rato que apagamos el fuego. Noto las mejillas rojas, probablemente por el poco alcohol que me ha tocado beber, pero que es suficiente para alegrarme un poco.
- Bueno, vale - contesta ella con los brazos en jarras - ¿Y qué se supone que tengo que hacer?
- Ummm - se lo piensa un momento el tío de la botella - Besa a la persona que más te atraiga de aquí.
- No voy a hacer eso.
La gente ríe, yo incluida, porque todos esperábamos esa contestación por parte de Herms.
- ¿Por qué no? Si no, tendrás que beber - levanta la botella inacabada que sostiene con la mano derecha.
Inconscientemente la castaña se gira y mira a Ron, que también la está mirando con cara de no saber qué hacer. No lo piensa, se mueve de donde está y sin llegar a levantarse del todo, le planta un beso delicado al pelirrojo. Todos aplaudimos, porque no es un secreto para los Gryffindors que la parejita no es solo de buenos amigos. Hermiome, colorada, vuelve a si sitio.
Y entonces oigo a alguien a mi lado como suspirando. Me giro un momento, solo para comprobar que todo sigue en orden y me encuentro con Harry tocándose la cicatriz y con un gesto doloroso en la cara.
- ¿Estás bien? - le pregunto.
- Sí, sí, tranquila. No es nada.
No sé si fiarme de él. Harry es todo lo contrario a un hipocondríaco, siempre intentando tranquilizar a la gente con un "no es nada" cuando sí es algo. Con eso mi grupo y yo tenemos experiencia. Por eso me vuelvo otra vez, pero no del todo, vigilando al moreno por el rabillo de ojo.
Y le veo tocarse la cicatriz de nuevo
- Harry, no me mientas - le amenazo. Conozco a mi amigo, y lo relacionado con su cicatriz nunca es cosa de broma - ¿Qué pasa?
No me contesta al instante, sino que antes de hacerlo se asegura de que nadie nos está mirando.
- Yo... Mejor vamos fuera.
Nadie siente mucho nuestra ausencia, la gente sigue a lo suyo, disfrutando de la noche como haría cualquier adolescente en una fiesta. Harry me agarra de la mano para alejarme de la gente, a un rinconcito en las escaleras donde es seguro que nadie podrá escucharnos. Puedo sentir la angustia y el nerviosismo en su mano por cómo tiembla ligeramente.
- Le veo - me dice sin más preámbulos, como si quisiese quitarse ese peso de encima - A Voldemort, le veo.
Siento un escalofrío por la espalda cuando dice su nombre.