CAPITULO 49

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— Sé perfectamente en dónde estás metido, y tienes exactamente dos horas para estar en mi casa. Y te quiero solo deja a tu acompañante en donde se te plazca, pero no vengas con ella. ¿Entendiste? — me dijo.

Me tensé al instante de escuchar su maldita voz. ¿Cómo Demonios se había enterado de que yo estaba aquí? ¿Acaso el infeliz estaba siguiéndome o algo por el estilo?

— Mal nacido — musité.

— Y más te vale que me hagas caso o tu verás — dijo y colgó.

Apreté con fuerza el teléfono que estaba en mi mano. Cerré los ojos y traté de estar calmado, pero se me estaba haciendo imposible. Sentí una suave mano apoyarse en mi hombro, me giré a verla, y era ella, Natalie. — ¿Qué sucede? — me preguntó preocupada. Solté un suspiro y acaricie su mejilla.

— Debemos irnos — dije y bajé mi mano para acariciar sus labios.

— ¿Por qué? — dijo confundida.

— No puedo explicártelo ahora, solo sé que debemos irnos, cariño — me acerqué a ella y la besé cortamente.

Volvimos los pasos hacia donde estaban mi madre y Ben. Ambos me miraron con cara de preocupación.

— Lo siento, mamá, pero tenemos que irnos — le dije. Ella se acercó a mí y me acarició el rostro.

— Tu padre, ¿verdad? — susurró por lo bajo. La miré fijo a los ojos.

— Él sabe donde estoy — le contesté. Ella sonrió levemente, se acercó más a mí y me abrazó.

— Él ya no puede hacerme nada, Oscar que sus tontas amenazas ya no te controlen, cualquier cosa que él te diga es mentira. Perdió el control sobre mí hace exactamente un año — me calmó ella y con cuidado la alejé de mí para mirarla a los ojos.

— Entonces ¿ya no no hay peligro? — pregunté con algo de duda.

— No, ya no hay peligro. Pero sé como es, así que ve y hazle saber que ya no le tienes miedo, pero por favor no pierdas el control, Oscar, es tu padre — me pidió.

Asentí y besó mi mejilla, para luego alejarse completamente.

— Más tarde, cuando todo este arreglado voy a llamarte — le dije a mi madre.

— Esperaré esa llamada ansiosamente, hijo — dijo ella.

Los tres nos acompañaron hasta la puerta. Amelia no tenía esa sonrisa que tenía cuando llegamos.

— ¿Qué pasa, enana? — le pregunté agachándome hasta quedar a su altura.

— Yo... no quiero que os vayáis — me dijo sin dejar de mirar al suelo. Levanté su rostro con una mano e hice que me mirara.

— Prometo que nos veremos otra vez. Eres mi hermanita y prometo que voy a cumplir bien mi rol de hermano mayor – le dije. Ella me sonrió y luego miró a Natalie.

— Tú también cumplirás bien tu rol de cuñada ¿verdad? — le dijo. Natalie la miró asombrada.

— ¿Qué es eso de rol de cuñada? — la regañó mi madre — ¿De donde has sacado eso?

— Lo vi en una telenovela, en casa de la abuela Fiona — se defendió ella. Todos reímos divertidos y salimos fuera de la casa. Caminamos hasta el auto de Natalie y nos giramos a verlos.

— Prometo, mamá, que esto pronto va a acabar — le dije. Ella me sonrió.

— Lo sé, mi amor, cuidaros. Adiós, Natalie, y gracias por traerme de nuevo a mi bebé — le dijo a la rubia. Ésta sonrió.

          

— Gracias a usted, por haberlo traído al mundo — le dijo ella, entonces la miré algo sorprendido. Ella me miró y al instante se dio cuenta de que eso le salió sin permiso de la boca, se sonrojó de sobremanera y apartó la vista de mí.

— Adiós, chicos — nos dijo Ben. Me acerqué a él y lo abracé.

— Por favor, cuídalas — le susurré.

— Tranquilo, las cuidaré. Tú cuídate y cuida a Natalie, es una chica increíble — me dijo al oído. Asentí y me alejé de él.

— Adiós — se despidió Natalie de todos antes de subirse al auto. Miré una última vez a mi hermana y a mi madre y sonreí. La pequeña agitó su mano y eso me lleno de alegría.

— Cuídate, enana, y no comas muchos dulces te van a hacer mal — le dije.

— Está bien, hermanito — me dijo sonriente.

— Hermanito — susurré divertido y me subí al auto.

Natalie arrancó y comenzamos a andar. Giré mi cabeza para ver como sus pequeñas figuras volvían a entrar a la casa. Soltando un leve suspiró volví mi vista al frente. Miré a Natalie y ella aun seguía sonrojada. Sonreí.

— Así que le estas agradecida porque me trajo al mundo eh? — dije en tono divertido. Ella se sonrojó más aun.

— Bueno sí, porque si no lo hubiese hecho

— No te hubiese conocido, no me hubieses conocido no serías completa y tontamente feliz en este momento — le dije.

Ella mi miró y detuvo el auto. La miré extrañado, entonces se acercó a mí y me besó desesperadamente. Gruñí por lo bajo ante aquella excitante manera de besar. Giré hacia ella y la tomé de la cintura, para con un simple movimiento subirla sobre mí.

— No, Oscar — susurró agitada sobre mi boca.

— Cállate — le dije y volví a reclamar sus labios.

Mis manos se volvieron un poco traviesas y se metieron debajo de su camiseta, para acariciar su suave piel. Gimió levemente, haciéndome saber que deseaba esto tanto como yo.

— No, no, estamos en un coche, Oscar ya para no espera diablos.

Hice oídos sordos a sus peticiones y la tomé de las caderas para acercarla más a mí. El dolor que se había producido en mi ingle, fue provocado por ella. Entonces lo iba a pagar, dándome lo que yo quería en este auto, si es preciso.

Tomó mi rostro con sus manos y logró alejarme de su boca. Me miró fijamente a los ojos. Sonreí mostrándole una agitada sonrisa.

— ¿Por qué no me escuchas? — me preguntó.

— ¿Por qué no me besas? — le pregunté.

Levanté mi mano y la tomé de la nuca para acercarla rápidamente a mí. Al parecer toda su cordura saltó del auto, porque sus manos pasaron a mi nuca y me acercaron más a ella. Coloqué mis brazos alrededor de su cintura, abrazándola más a mí. Cómo necesitaba estar cerca de ella, cómo me gustaba estar así de cerca.

Un teléfono comenzó a sonar, ella se alejó agitada de mí e intentó volver al asiento de al lado, pero la detuve y la volví a besar. El teléfono dejó de sonar, pero al instante comenzó a hacerlo de nuevo. Ella se volvió a alejar y, esta vez, se escapó de mí. De manera agitada se sentó de nuevo en su asiento. Metí la mano en mi bolsillo y saqué mi teléfono, era Ben.

— ¿Ben? — dije extrañado al atender.

— Oye, ¿estáis bien? — me preguntó.

— Sí, ¿Por qué? — le dije.

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⏰ Última atualização: mar. 27, 2020 ⏰

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