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TIEMPO ATRÁS.... cuando viejos hombres testarudos mandaban desde el trono y el mundo comenzaba a darse cuenta de que había más allá del océano; cuando imperios colosales se alzaban y tribus fieras de linaje guerrero se daban a conocer, cuando la magia se sentía real y verdadera, fue cuando existió un imperio naciente, una dinastía que habría sobrevivido...hasta ahora.
Una dinastía que profesaba sus ideales al pie de la letra, con una locura oculta bajo la manga y que amenazaba con destruirlos tarde o temprano.
La Casa Hergrith de Dwaelith se hicieron llamar. Un reino tan antiguo que ni los mismos libros de historia podían registrar. Y en cada relato que era contado, era remarcado el nombre de aquella mítica mujer con tristeza, temor, asombro. Ardath de Dwaelith, al igual que los demás de su linaje estaba por la codicia y ambición, un rostro bonito más sumado en esa cadena viciosa. Al igual que su hermano, Ardath ansiaba poder algún día tener aquella preciosa corona en su cabeza y sentarse con orgullo en el trono.
Claro que era muy joven para entender la magnitud de tal responsabilidad.
No sería hasta que una serie de eventos desafortunados la llevaran a descubrir lo que significaba el oro que recubría las paredes del castillo, se daría cuenta de que aquél camino era su perdición y vería el escapar como la única solución. ¿Cómo? No lo sabía ¿A dónde? El único lugar al que había llamado casa parecía no quererla.
Estuvo divagando sola, aunque no por mucho, no cuando ante ella se presenta cierta jinete de dragones. Sería ella quién le daría un nuevo propósito a su vida y una mejor visión del nuevo mundo que había estado ignorando todo ese tiempo. Lo desconocido la estaba llamando.
ó
Dónde una princesa rebelde decide escapar de sus tierras, traicionando así a los suyos y unirse a la causa de una jinete dragón.
