Alejate

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-Tengo que... No... ustedes no saben... Déjame... Entiendan... Por favor... Me está consumiendo... ¡Por favor!

Despierto sobresaltada, siento sudor en mi rostro, de nuevo genial, ahora también sueño.
Intento dormir atendiendo las necesidades de este cuerpo, no me evita morir (ya estoy muerta), pero lo vuelve más ligero.

Me levanto de la cama en la habitación de Roy Fénix me indicó, estamos en un apartamento amueblado de un edificio próximo a la casa que era de Roy. Puede haberme quedado en la nada pero necesitaba pasar tiempo y ahí no había... Nada, nada irónico.

Hoy no tengo examen, así que pretendo ir a ver a Cole, necesitamos hablar, la última vez fue bastante intenso por besarlo, no debí hacerlo.

El caluroso verano le pegó a la piel desnudo de mis brazos y piernas que no cubren mi vestido, camino hacia la casa de Cole desde su lugar seguro en el cual aparecí, la teletranportacion es genial.
Le llamo para que salga pero no responde. Entró al patio y todo la ventana de su cuarto, una especie de quejido y sumó que es él despertando, son las tres de la tarde.

Miro por un hoyo de la puerta de madera clara y lo veo, se ha cortado el cabello chino, y parece como si su radiante luz estuviera descompuesto, problemas técnicos del corazón.

A veces me pregunto si es por mi culpa o por amor, la culpa y el amor podrían confundirse fácilmente en unas circunstancias como la que vivió. Estar tan cerca de evitar mi muerte y no poder, los sentimientos de impotencia, dolor y culpa.

Culpa por no llegar antes, por retrasarse por cualquier cosa: amarrarse las agujetas, perder el autobús, la plática que tuvo con aquella persona de la calle, evitar que algo cayera, buscar una camisa en especial o querer unos mínimos más de ducha, cualquier cosa que significará retrasarse; o por creer que me llevo a esa situación, que me orilló a eso, que no me escuchó cuando le dije que no se fuera, que se quedara un momento más cuando me sentía mal, por alejarme. Pero creo que al final de cuentas fue mi decisión, yo caminé hacia ese lugar, el lugar de mi muerte, sabía las posibilidades, la tenía en cuenta, podría llegar o no, pero no importaba, ya no podía.

Ya le había pedido demasiado que se quedara, pedí ayuda y ayudé, yo, la persona menos indicada, teniendo marcada la cita con la muerte quise ayudar, pude haber fallado ese dia; si tan sólo las cosas hubieran sido diferente, pero, el hubiera no existe, el presente es doloroso más no podemos contradecir nuestras decisiones, es imposible, tuvimos nuestros motivos en ese momento, si las cosas salieron mal despreciamos nuestras decisiones pero no tienen caso, las cosas están hechas, los corazones rotos o los cuerpos fríos, tal vez no podemos arreglarlo y dejar todo como era, pero debemos vender la herida y tratar de continuar por aquello que perdimos.

¿Es amor o culpa? ¿Me ama? ¿Ama a Scarlett? ¿Ama a el cadáver que lo está acabando por culpa, o ama a la chica que lo hizo feliz, que lloro con él y le dio su amor? Desearía saberlo.

Tenía muchas cosas pensando para decirle, pero cuando abrió la puerta solamente me miró, su ceño se frunció y sus ojos, sus magníficos ojos, se tornaron molestos, como si Nancy le hubiera echo algo.

-Perdón -digo en voz baja y aclaró la garganta- sólo quería disculparme por el...- bajo la mirada- beso.

Se queda callado, el ambiente es tenso, no dice nada hasta que oigo un perro ladrar.

-Aléjate-  dice en voz gruesa y potente.
Levanto la cabeza, suena como si me odiara ¿lo hace?
Cierra ma puerta, agachó la cabeza y sólo digo en voz baja, casi imperceptible.
-Perdón, te amo.

Sentía como si me hubieran clavado algo, otra vez, como cuando estaba viva, ¿eso es una oportunidad de descubrimiento o es una tortura en castigo a lo que hice?

No deja de doler, duele más de lo que dolía cuando estaba viva y ahora ya no puedo escapar.

Después de mi muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora