🐱Capítulo 8🐱

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El lunes por la tarde, Jimin sonreía risueño mientras hojeaba un pequeño libro de bolsillo que su padre le había regalado por las notas del examen el sábado.

Su padre y él habían decidido hacer un pequeño día en família junto a su pequeño perro Nun y habían visitado los sitios que más les gustaban a ambos por la ciudad. Había sido un día para recordar, y también un muy necesitado día para olvidar los pensamientos tortuosos sobre Jungkook, que habían llegado a su mente y que no habían dejado de aturdirlo.

Aunque en realidad, tenía que admitir que no había podido dejar de pensar en él cada momento, así que su día en família no había cumplido sus propósitos del todo. Cada vez que veía un tatuaje, cada vez que veía a los dibujantes hacer retratos en el paseo marítimo o a un motorista con chupa negro de cuero y botas, se acordaba de él. Estaba por todas partes, no sólo fuera, sino también en su mente.

Había sido difícil dormir con su agitado corazón latiendo cada vez que pensaba en su sonrisa. Era una mierda. Jimin jamás había sentido nada como eso salvo cuando leía una novela de amor verdaderamente buena, y aun así, nunca había sido tan intenso.

Se sentía... se sentía aturdido, abrumado y a la vez triste. Sentía que las emociones jugaban con él y lo manipulaban, y en resumen, se sentía tonto. Era pensar en su rostro y chillaba contra la almohada como si estuviera pilladito hasta las trancas, y era absurdo y tonto, y lo sabía, porque ni de lejos la otra parte sentía lo mismo. Ni de lejos había sido para tanto, pero sí lo suficiente como para alguien como él que se había pasado la vida sólo y refugiado en los libros.

Aquella tarde, Jimin no esperó encontrarlo en la biblioteca. Al menos, había logrado mentalizarse de eso y de que aquello era bueno, porque eso significaba que ya no estaba más castigado. Que estaba haciendo las cosas bien. Pero sabía que su corazón no podría entenderlo del mismo modo, porque no era racional y solo latía como un estúpido cuando lo veía.

Por eso, cuando lo vió tras el mostrador, por poco se le salió del pecho. Ajustó sus gafas de nuevo a su nariz y entrecerró los ojos como sólo los miopes saben.

Chupa de cuero, pelo largo en una coleta desordenada, ¿cara seria y rancia?

-¡Jungkook! -pero tan pronto como se había alegrado aquella sensación se marchó lejos.

¿Estaba castigado de nuevo?

El Alfa alzó la mirada, parecía verdaderamente cansado.

El Omega bajó el tono de voz cuando vió que no eran los únicos en la biblioteca. Habían dos chicos arreglando una estantería.

-¿Qué ha pasado? -musitó preocupado. Hasta entonces, no se había fijado en su rostro, pero había una pequeña herida que bajaba de su ceja izquierda y tenía el pómulo algo hinchado -¡Tu cara!

-Estoy bien. Luce peor de lo que és -gruñó bajo y cerró los ojos masajeando sus sienes- No ha sido mi culpa.

-Pero te han castigado otra vez- murmuró desalentado.

Jungkook rió sin gracia alguna.

-Parece que sí. Pero no me arrepiento de una mierda, esos imbéciles se lo merecían.

-¿De qué estás hablando? ¿Qué ha pasado? -decir que estaba alarmado, era poco, y que cuando observaba su rostro quería ir por él y curarlo con cuidado era un eufemismo.

Paper Hearts ❥ Kookmin Omegaverse {Paper Hearts I}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora