Heaven and Hell

Tomo único

(EN LA ESCUELA)

Una chica con ojos enamorados se acerca a Hell y este le dice:

-¡Aléjate de mí!

-Pero me gustas, quisiera pasar algo de tiempo contigo - responde ella, a lo que el chico contesta:

-Pues a mí no me gustas, ¡así que aléjate de mí y no seas pesada!

Heaven, mientras tanto, escucha desde la vuelta de la esquina.

DING DONG DANG DONG

El timbre del final de clases suena. Cada uno se va a su casa, pero Heaven ve a Hell cruzar una calle sin que este lo viese, a su vez. Hell mira a todos lados para comprobar que nadie le ve y recoge unos perritos abandonados. Heaven se asoma por la esquina, y viendo lo que hace va hacia donde está él y le dice:

-En la escuela muestras una faceta grosera, mientras que ahora es como si fueses alguien distinto. Sabía que no podías ser tan malo después de todo.

-¿Y tú qué sabrás de mí?

-Pues porque todo el mundo es bueno en el fondo, excepto algunos que muestran ser duros mientras que en el fondo son distintos.

-Bueno, aquí se separan los caminos a nuestras casas, espero que mañana podamos hablar más, amigo.

En ese momento, Hell se queda pensando:

"¿Amigo? ¿Qué ha querido decir con eso? Yo no soy amigo de nadie, y espero no tener que verle más."

AL DÍA SIGUIENTE:

Hell está escondido en una esquina murmurando:

-No le veo por allí... Uff... ¡Qué alivio!

Lo que no sabía era que Heaven se le estaba acercando por detrás:

-Hola amigo, ¿qué es un alivio? ¿Y cómo están esos perritos de ayer?

Por lo que Hell se vio sobresaltado:

-A ver, en primer lugar, no soy tu amigo, así que déjame, ¿vale? Yo no tengo amigos ni los necesito.

DE VUELTA A CASA:

Heaven ve a Hell herido en la pierna y le ayuda a ir a su casa. Hell dudaba sobre qué decir, así que terminó titubeando:

-Bueno, gracias... Supongo.

-Hasta pronto, espero que te mejores.

AL DÍA SIGUIENTE:

La profesora le pide a Heaven que le lleve las tareas a casa de Hell:

-¿Podrías llevarle las tareas a Hell, por favor?

-Sí, claro.

Sale y pasa la tarde en casa de Hell:

-Los amigos están para ayudarse, aunque tengan problemas, ¿no es así?

-Ya entiendo.

-Aunque los que se hacen llamar "amigos" para sacar algún provecho de ti, esos no son tus verdaderos amigos.

Hell empieza a llorar, y Heaven lo abraza para consolarle, diciéndole:

-Puedes llorar cuando lo necesites, y no es necesario sentirse débil, ya que es normal que las personas lloren de vez en cuando, cuando se sienten mal por alguna razón. Así que ¿puedes dejarme que te ayude a sentirte mejor y decirme qué te pasa?

-Bueno, ya sabes cómo soy con la gente, ¿no? Pues soy así porque en mi infancia se metían conmigo por cómo era, por querer ser compasivo y amable, todos me llamaban débil. Desde entonces me prometí ser más fuerte y duro con mi carácter hacia los demás. Y después de haber dicho lo de los amigos, me he acordado de mi pasado, y no he podido evitar estallar en lágrimas...

Hell, sonriendo con lágrimas en los ojos, seguía hablando:

-Y después de haber hablado sobre esto, creo pensar que tú has conseguido algo que nadie consigue de mí desde hace tiempo: mi confianza.

Ahora empezaba a sentirse tímido, sonrojado y, con la mirada un tanto cabizbaja, se aventuró a dejar salir lo que verdaderamente sentía sobre su amigo:

-Y, siendo sincero, creo que... te amo.

En ese momento, Heaven se acerca a su cara, instándole a Hell a que le mire y fundiéndose ambos en un tierno y profundo beso.