Me pidió un desnudo, así que le envié un poema. Pero lo ignoro, creo que ella me pidió un desnudo del cuerpo, y yo le mande uno del alma. -Anónimo.
Elías Vega.
No he visto a Kaitlyn hace algunos días, he pensado que ha estado un poco ocupada con la escuela y sus apuntes, por lo cual para mí está bien que ella se dedique a eso que son lo más importante. Hace dos días tuve una práctica de medicina en un hospital público, se consistía en atender a una paciente con algún tipo de fiebre alta, lo cual yo tenía que examinar todos del y porque.
En este momento me encuentro trabajando en la cafetería, el invierno se acerca y a decir verdad me encanta este clima fresco y frio. Son los momentos en que me pongo a pensar y reflexionar de algunas cosas que pasan en la vida. O más bien lo que pasa en la mía, momentos increíbles para tonar un chocolate con la persona qué más te agrade y abrazarla hasta que no sienta ningún vacio en su alma.
El reloj apenas marca seis de la tarde y termino de limpiar una mesa al fondo de la casa. Karime se está comiendo los dulces que son para los clientes.
-Es que nadie toma. ¿Que es lo que quieres que yo haga?
- ¿Cómo se supone que van a tomar si tu ni siquiera les ofreces uno? - Me quejo.
Toco su pecho-Ah, ósea que es mi culpa que ellos no pregunten que si son gratis.
-Le vendiste a un niño dulces que se regalan la otra noche.
Se cruza de brazos-El mocoso traía dinero. Además quien lo manda.
Ella decidió ignorarme y se metió a la cocina donde probablemente se encuentra más calientito. Posteriormente yo me dedique a trabajar. Mi teléfono comenzó a sonar en la bolsa de mis pantalones y no tarde en contestar.
-Hola -salude detrás de la línea.
- ¿Cómo estas Elías? Soy Kaitly.
Mi estado de ánimo subió
-Cariño es bueno saber de ti. ¿Todo bien?
- ¿Dónde estás?
-En el trabajo. ¿Pasa algo? -
Escuche una pequeña risa detrás de la línea y después respondió- Disculpa por a ver desaparecido estos últimos días he estado un poco ocupada.
-Está bien amor, no pasa nada. -Asegure. Lo que menos quiero es que piense que necesita darme explicaciones del todo.
-Me gustaría que conocieras a mis padres. Creo que ya es tiempo.
Me toco detrás de la nuca-Si claro, ¿Cuándo?
-Hoy. Esta noche, te espero a las ocho en mi casa.
- ¿Como me recomiendas ir? - me atrevo a preguntar.
-Siendo simplemente tú.
Después colgó a la llamada.
Le pedí a Karime que se encargara de la tienda y que se podía quedar con todas las propinas lo cual ella acepto. Corrí a mi casa y me di una ducha rápida, opte por ponerme un pantalón de vestir color negro, y un suéter color gris cuello redondo y debajo de ella una playera color blanca que resaltaba su cuello. Y por ultimo me puse unos zapatos de cuero, a vise que llegaría tarde y salió lo más pronto posible a la casa de Kaitly.
A las ocho en punto me encontraba tocando la puerta de su casa, y para mi grata sorpresa fue ella quien me abrió, como siempre tan hermosa.
- ¿Cómo me veo? -sonriente pregunte.