XVII. Arrepentido.

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No he sido consciente del gran dolor que he causado durante toda mi vida a todos los que me rodean, hasta el día de hoy.
Hoy soy consciente de mis errores y desaciertos. Hoy elijo con el corazón abierto, sinceramente, pedirles perdón; pedirte perdón.
Perdón por ciegamente abusar de tus sentimientos; por no darme cuenta a tiempo de nuestros sentimientos dispares.
Somos tan diferentes como el agua y el aceite. Juntos explotamos a tal punto de crear fuego y llevar todo a nuestro paso.
Un incendio que quemó todo tan rápido y me dejó solo; nos dejó.
Y la marca del fuego se grabó en mi piel al igual que la imagen de la primera vez que te vi se grabó en mi mente. 
Se me incendian las venas nuevamente cuando pienso en aquel momento y, arrepentido, me pregunto una y mil veces, si hubiese abierto mi corazón, ¿qué hubiera pasado?

Palabras para ti y algunos más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora