Siempre poniéndome delante del resto para recibir la bala.
Siempre aguantando los maltratos porque otro salga sin nada.
Siempre intentando ser fuerte sin soltar ninguna lágrima.
A veces me pregunto cuánto realmente aguantaré, cuánto más necesito para preocuparme de mí.
Yo me doy cuenta, no crean que no es así, pero no puedo permitir que otros carguen ciertas cosas.
A veces, muchas de ellas, se van a mi espalda casi automáticamente sin previo aviso.
Ya no sé si reír o llorar por el aprovechamiento de las personas, los suspiros salen buscando alivio.
Mis lágrimas caen, sin que nadie las vea... Una vez más.
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Entre letras desordenadas
PoetryNo es fácil plasmar los sentimientos en un papel, la intensidad de aquellos llegó cuando apenas cumplí los nueve años. Hoy me presento ante ustedes con una recopilación de relatos poderosos de mi vida, lo que se me ocurra, todo está aquí. Ensayos...