Capítulo 2 - Tú otra vez

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—Ana ¿Está todo bien aquí? —Se acerca Claris y me pregunta al darse cuenta como me tiene agarrada este chico.

Y sin que pudiera decir algo, él chico ego se acerca mí y me dice al oído. —Esto no se queda así—. Después de eso él se va y no pude responderle nada, pero quien se cree para decirme eso, es un idiota.

—Ana ¿Qué pasa y quién era ese tipo? —me cuestiona Claris algo confundida.

—No pasa nada y no tengo idea de quién es él, lo único que te puedo decir es que es un completo idiota y egocéntrico, pero vámonos ya, me siento un poco mareada.

—Está bien amiga, después me cuentas que paso con ese chico va.

—Si está bien, pero vamos ya no quiero estar más aquí.

Salimos de la disco, paramos un taxi y le dimos la dirección del apartamento al taxista, me quedo mirando por la ventana y suspiro mientras pienso. No puedo creer que se me haya dañado la noche por lo que ese idiota me dijo, y la verdad no es primera vez que me enfrento a personas con sobre dosis de autoestima, pero pude notar algo diferente en él, creo que parece estar muy seguro de lo que dice y si no fuera porque estoy segura que no me lo encontraré más, estaría seriamente pensando en eso que me dijo, además sentí una vibra un tanto extraña mientras estaba cerca suyo, aunque supongo que era el alcohol reaccionando en mi cuerpo.

...............

Cuando llegamos al apartamento entro y camino a mi habitación, me doy un baño y me pongo un pijama, me acuesto, reviso un rato mi celular, pero no veo nada importante y lo apago, los recuerdos de mi abuela vienen a mi mente lo cual me pone un poco triste, suspiro.

—Abuela me haces tanta falta ¿Cómo podré seguir sin ti? —Se me escapa una lágrima, cojo una almohada y me la pongo en la cara —gruñí en frustración—, ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?

Me quedo vagando un rato en mis pensamientos hasta que pierdo el conocimiento y me quedo dormida.

Al día siguiente...

Me despierto y reviso mi reloj 1:00pm —¡Oh por Dios ya es sí de tarde! —. Me levanto, me doy un baño, me coloco un short y una blusa, después salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina. —Buenos días Rosa —le sonrío—, me podría servir mi almuerzo por favor.

—Buenos días Ana, pensé que dormiría todo el día.

—Eh sí, es que anoche llegamos un poco tarde y de hecho solo desperté porque me gruñía el estómago, así que tan pronto que termine de comer me iré a dormir nuevamente —Le giño un ojo—. ¿Y Claris? —le pregunto.

—Hace un rato vino por comida y después regresó a dormir, me dijo que necesitaba recargar energías para una fiesta que tienen hoy por la noche.

—¡Sí! lo había olvidado. Bueno ya terminé estaba muy rica la comida. —Me levanto de la silla y me voy directo a mi habitación.

—Gracias Ana, les dejare la cena preparada antes de irme. —anunció.

—¡Sí, gracias Rosa! Me dirigí a mi habitación y me quedé dormida nuevamente.

Unas horas después...

Siento que alguien estremece mi cuerpo, me despierto y cuando abro mis ojos fruncí el ceño. —¡Claris que haces, ¿Por qué me despiertas así? estás loca! —exclamé.

—Vamos Ana, levántate no seas floja, ya es tarde y debemos prepararnos para la fiesta.

—Y si te digo que no iré y que me quedaré en mi cama dormidita —Me acomodé y cerré los ojos para continuar durmiendo.

—Nada de eso tú vas conmigo sí o sí —aseguró—, anda levántate ya.

Me arrebata la sabana y estremece mi cuerpo. —Cuándo te lo propones puedes llegar a ser tan fastidiosa —gruñí en frustración.

Después de darme una ducha de casi una hora, me coloqué un vestido con un escote adelante y en la espalda, me queda un poco más arriba de mis rodillas y unas zapatillas no tan altas, mi cabello lo dejo suelto y me hago unas ondas en las puntas, me aplico un poco de maquillaje algo un poco sencillo, me miro al espejo y me gusta mucho como quedé.

Mi amiga lleva un Jean rasgado con un crop top negro muy lindo, unas zapatillas altas, su cabello negro lo dejo suelto y su maquillaje perfecto hace que sus ojos color café resalten, se ve hermosa y tiene un cuerpo divino.

—Ana, ¿Ya estás lista? el taxi ya llego es hora de irnos.

—¡Sí ya salgo! —Cogí mi cartera de mano para luego salir.

Ya estando dentro del taxi, le indicamos al señor la dirección y ya vamos camino a la fiesta. —Espero que todo salga bien esta noche —comenté.

35 minutos después...

Hemos llegado a una casa muy grande y preciosa, por fuera es blanca y tiene un jardín hermoso ya estando adentro todo lo que vi afuera parece ser insignificante, por dentro es muy hermosa, la decoración esta perfecta, tiene luces de colores y el ambiente de la fiesta está de lo mejor.

—Espero poder conocer chicos muy guapos porque hoy quiero pasarla súper y tener mucho sexo —dijo Claris.

—Amiga definitivamente estás loca, más bien busquemos algo de tomar.

Vamos caminando hacia la cocina cuando de pronto me tropiezo con una chica pelirrojo un poco alta.

—Oye que te pasa acaso no ves por donde vas a caminar. —exclamo la chica.

—Disculpa no fue mi intención —aclaré.

—Como sea eres una idiota, al menos puedes levantar mi teléfono que por tu culpa lo deje caer.

Oh no ella no me llamó idiota, pero quien se cree, —fruncí el ceño.

—Sabes que púdrete, traté de ser amable pero no por eso voy a permitir que me insultes y si quieres el teléfono pues cógelo tú misma —escupí con enfado.

Alcance a Claris y le comenté lo que había pasado, ya que ella se me adelanto un poco porque según tenía mucha sed.

—Pero quién se cree esa tipa para venir a insultar a mi amiga, dime quien es y se la parto ya mismo.

–No, olvídalo no vamos arruinar la fiesta, más bien vamos a divertirnos, quiero bailar —sugerí.

Claris y yo bailamos hasta el cansancio y lo agradezco porque si sólo estuviéramos sentadas quizás ya estaríamos embriagadas. Ok ya sé lo que están pensando que somos unas alcohólicas, pero eso no es así, la verdad es que después de lo de mi abuela no me había divertido, y pues sólo trato de seguir los consejos de mi amiga y divertirme un poco eso es todo.

—Claris, voy a salir un rato, quiero tomar aire fresco y descansar un poco.

—Está bien Ana, yo seguiré bailando, ah por cierto si te encuentras a esa tipa de nuevo me avisas que esta vez si no se salvará de mí. —Me guiñe un ojo.

Caminé hasta donde está la piscina y ahora pienso que no fue buena idea venir aquí, hay muchas parejas besándose con total descaro y dentro de la piscina parece que una pareja estuviese teniendo sexo, por Dios esto si es de locos.

Regresé a la sala en busca de Claris, pero no la encontré parece que la perdí entre tantas personas, y lo peor de todo es que le dejé mi cartera, bueno creo que me toco caminar por toda la casa para ver si la encuentro.

Después de revisar la cocina y algunos cuartos e incluso baños no la encontré, ¿Dónde se habrá metido? Por cierto, no quieren saber la sorpresa que me lleve al abrir las habitaciones.

Seguí caminando un poco hasta llegar a un balcón y vaya que tiene una vista hermosa y el aire fresco se siente muy bien, pero lo mejor es que está sólo o eso era lo que yo creía hasta que escuche una voz.

—Oye tú, vete quiero estar solo —exigió una voz que casi alcance a reconocer.

Me doy la vuelta para ver de dónde proviene esa voz, ¡esto no puede ser! —Mi cara cayo en sorpresa.

—Tú otra vez. —Acaso la vida me está jugando una broma o qué carajos —pensé.

A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora