Tú, tú y todas tus versiones,
Todas tus malditas versiones.
Sangro. Y solo así consigo relajarme.
Ir despacio ante esta vida insaciable.
Una noche entera no bastaría para sanarte.
Me hieres y no consigo repararme.
Estas ahí, en todas tus malditas versiones de antes, ahora y de antes de mañana.
Me hieres y no consigo despegarte.
Mis momentos y tus versiones siempre han sabido volver a encontrarse.
Quizás en otra vida y con otro nombre consiga olvidarte.
Pero da igual lo que seas, como seas,
No se te ocurrirá despegarte
De mi mente, de mi parte,
De mi maldita historia en adelante.
Estarás ahí siempre.
No te olvides de curarme.
Cinco letras y un suspiro
Bastarán para marcarme.
Eso es todo, mar abierto
Y una herida desbordante.
¿Quién soy yo para salvarme?
Llévame, llévame para sanarme.