Parte 2- Confinamiento

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Era Grecia, me dijo que le habían llamado de los laboratorios MSV (Models to Save Humans), en Pennsylvania, Estados Unidos para ser la directora de una investigación que busca la cura o al menos el tratamiento del Covid-19, su prometido Esteban también es QFB, tiene un doctorado en virología, así que él fue contratado desde hace meses y él fue quien propuso a mi hermana; en Estados Unidos había muchos afectados y aunque iba a ganar mucho dinero, el riesgo de contagio era muy alto. Me pidió mi opinión y quería que le ayudará a decírselo a nuestros papás, así pase por Mateo, que estaba en el dentista y llegamos a la casa de nuestros padres.

Mamá estaba regando sus plantas y papá estaba cocinando pollo en pibil, porque son unos padres modernos y no creen que haya trabajos o acciones específicas para un sexo. Nos preguntaron que hacíamos ahí los 3 y sólo dijimos que teníamos tiempo libre, ayudé a preparar la mesa, después de comer comenzamos a platicar, sobre diferentes temas como la llegada del Covid-19 a México, por fin les dije que habían cancelado mi conferencia; y Mateo dijo que pospondrían la graduación de su maestría, únicamente enviarían el certificado por correo. Me pidieron hablarles del Covid-19, pues habían visto las noticias así que tenían un poco de miedo, pero les mencione sus características y medidas de prevención, para que estuvieran bien informados...

Cuando Grecia interrumpió, y les dijo de la oferta en los laboratorios; mis padres se negaron, pero ella ya no vivía ahí y sabían que no la podían detener. Entonces como último anuncio nos dijo que se iría el 10 de marzo y hasta ese momento no tenía fecha programada de regreso.

Esa semana pasó muy rápido, le ayudaba a Grecia por las tardes a empacar, Esteban ya había rentado un departamento y mandábamos la ropa de Grecia por paquetería. Finalmente llego el 10 de marzo, los aeropuertos aún estaban llenos y sólo algunas personas portaban cubre bocas; vimos a Grecia irse y claro que nos dolía porque no sabíamos cuando iba a volver.

Poco a poco comenzó un desabasto en México, ya no había cubre bocas y el gel antibacterial estaba carísimo. México entró en cuarentena el 18 de marzo, era la fase I, pues la cifra de infectados se elevaba gradualmente, se suspendieron eventos masivos, junto con las labores no esenciales y escolares, incluyendo facultades, así que haríamos clases online. No todos mis maestros daban clase, unos sólo mandaban tareas y actividades con fechas y horas de entrega, y si les mandábamos mensaje a veces ni respondían, pero era una crisis que nadie tenía ni un poco contemplada.

Hablábamos con Grecia por videollamada, cuando estaba con mis padres decía que todo estaba muy tranquilo pero que evitáramos salir. Pero siempre me llamaba después cuando sólo estaba con Mateo o simplemente yo sola, me decía que tenía que usar un equipo de protección muy pesado, usaban lentes de seguridad y después de tantas horas le dejaban marcas en los ojos, que su departamento tenía una zona de esterilización, dónde al llegar, se quitaba la ropa y zapatos e iba directamente a bañarse, usaban desinfectantes en todo momento, al comer, cocinar, manejar, y no descansaba ni un segundo.

Mi hermana a veces lloraba, sentía desesperación porque me decía que nada funcionaba y se exponía mucho ante el virus, y eso me preocupaba, pero en realidad no podía hacer mucho. Durante el confinamiento evitaba que mis padres vieran noticias para que no entraran en estado de pánico.

Él 24 de marzo, entramos a Fase II, dónde se tenían aun más precauciones de aislamiento, no era un toque de queda, pero las patrullas pasaban con audios de alerta, parecía una película de miedo, porque era realmente apocalíptico. Además de que tuve mi cumpleaños número 21 de manera virtual, ya que mis amigos me mandaron vídeos felicitándome. Él problema real es que las personas empezaban a hacer compras de pánico y comenzaba un desabasto en las tiendas de supermercado, así que cada que pedía la despensa semanal, había menos productos y mi padre necesitaba cenar avena con leche de soya mínimo 3 días a la semana y al menos en dos supermercados ya estaban agotadas.

Así que, sin darnos cuenta, estábamos entrando en un desabasto global por las compras de pánico, las personas adquirían cosas que alguien más podría necesitar; sin considerar ahorrar un poco de dinero, pues no sabríamos si una crisis económica podría venir después. Mateo se mudó con nosotros, pues había modificado su departamento para que se hiciera un centro de recolección de víveres porque muchas personas estaban quedando desempleadas y no tenían dinero ni para comer.

Claro que había otras que creían que el Covid-19 era sólo un invento para retener masas o alguna estrategia del gobierno, y me parece una lástima, pues no pueden justificarse diciendo que no conocen a alguien que padezca esa enfermedad, cuando médicos y científicos se esmeraban tanto buscando la cura. Abrieron muchas vacantes para médicos, casi todos los hospitales pedían personal nuevo, aunque temporal, pero no me pude inscribir por dos cuestiones :1) no quería ser un riesgo para mis papás, el tratar con personas infectas me podía hacer portadora y mis padres pagarían las consecuencias y 2) para ser interno, pedían tener mínimo el 80% de historial académico, yo aún no llegaba al 60%.

No todo eran malas noticias, muchos animales volvían a sus hábitats y el mundo nos volvía a regalar escenarios casi increíbles con mucha naturaleza, quizá no se compara con una ballena en la bahía de Acapulco, pero en un colibrí viene a visitar las flores de mi madre a diario.

Casi todo el día me la paso haciendo tareas y leyendo libros, me gusta sentarme con mis padres a jugar juegos de mesa o ver películas. Siempre veo los anuncios de subsecretario de salud Hugo López-Gatell, hasta lo seguí en sus redes sociales, comenzaba a confesar que había un desabasto y caos en los hospitales. Llega un momento en el que no se en que día vivo, de no ser por la escuela, daría por perdida mi noción del tiempo, hace poco el 23 de abril, empezamos la fase III y sólo se tiene una fecha tentativa para reanudar las actividades en su normalidad, pero no es segura. Quizá sea una gran, larga e imprescindible tormenta, pero hay países que se habían visto devastados por el Co-vid19 y hoy en día comienzan a salir a las calles, quizá con un poco de miedo, pero con la felicidad de haber sobrevivido a una pandemia mundial y si seguimos las medidas de prevención, pronto podremos ser parte de esos países.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2020 ⏰

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