Me dijiste que el tiempo sanaría las heridas, que con el tiempo iba a olvidarte. Me mentiste. La herida ahí sigue, latente, y ¿Olvidarte? Solo logré atenuar tus recuerdos, aliviar el recuerdo de las veces que me ilusionaste. ¿Qué hago con todo esto? Vos lo rompiste pero no puedo desechar las ruinas, si de todos modos una vez que las haga, voy a volver a estar allí: visitando en mis sueños el castillo que poco a poco fuimos rompiendo.
¿Qué hago? ¿Cómo coso ésta herida si hiciste que ambos lados de mi piel se abrieran? Ensanchaste mi interior, hiciste como si yo fuera un peluche y me rellenaste de tus embustes, falsas ilusiones, dudas: ¿Sirvo para hacer realmente feliz a alguien? ¿Existen las relaciones donde el amor es correspondido, o siempre hay uno de los dos que finge? Me hiciste dudar de cosas tontas, sobre mi cuerpo, ideas, personalidad, modismos para hablar, de todo.
Cuando llegue el momento de sanarme, coser esa herida, ¿Debo de volver a confiar en alguien y hacer que ese parche sea la mano de esa persona y que sólo sea superficial, o debo poner el parche por dentro y ser yo misma quien poco a poco lo construya?