Inefable

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"Inefable"
Algo tan increíble que no puede ser expresado en palabras.

Tony:

Sentía que su miembro estaba completamente duro en cuanto Steve se sentó en su regazo. De nuevo embonaba en sus redondos glúteos firmes. En automático empujó la silla hacia delante, rodándola y colocando el brazo izquierdo sobre el escritorio, abrazando al rubio.

Recargó la barbilla sobre su hombro, olía muy bien. Observó la ecuación en el cuaderno. — También te ayudaré al comienzo. — Susurró muy cerca a su oído.

Dirigió la mano al cajón del escritorio para tomar un lápiz. Mientras le explicaba, acariciaba uno de sus pezones sobre la tela y de vez en cuando con la otra mano, acariciaba sus muslos.

Steve:

Se sobresaltó al chocar contra el borde del escritorio por el repentino movimiento de la silla, pero admitía que le encantaba la situación.

– Empezamos...a despejar esta parte...– Su corazón acelerado retumbaba en sus oídos y ante el susurro estremecedor del castaño, encogió ligeramente el hombro.

No podía seguir concentrándose cuando percibía perfectamente la erección de Stark contra sus glúteos. Ni siquiera entendía como Tony podía continuar explicando y hacerle caricias a su cuerpo mientras hablaba coherentemente. Él ya había perdido la atención a lo que decía.

– ...aahh – Se removió, presionando la ingle del castaño con sus nalgas. La insistencia sobre su pezón le había hecho gemir y buscar mayor fricción con el castaño.

Descendió la mirada, sonrojándose al percatarse que también ya tenía una erección bajo los pantalones.

Tony:

Ya no podía continuar prestando atención a la ecuación, pero se estaba forzando, aún cuando su cuerpo cedía ante Steve.

Jadeó contra su piel. Al ver que el rubio ya no continuaba, se dispuso a seguir por su cuenta, pero el lápiz se le resbaló de la mano y rodó hasta caer del escritorio.

— Puedes... ¿ver en dónde cayó?

Preguntó mientras hacía la silla hacia atrás un poco y así permitirle levantarse.

Steve:

– ¿Eh....? – No reaccionó a la indicación de su maestro hasta que la silla se deslizó para hacer espacio. Ahí visualizó el lápiz que había caído al suelo y eso lo hizo consciente de su situación.

Estaba acalorado, e incluso un poco de sudor empapaba su frente ya había deshecho su peinado.

– Creo qué.. ya lo ví...– Se inclinó hacia abajo del escritorio aunque aún se apoyaba entre las piernas del castaño para no caer. Mientras se estiró para alcanzar el lápiz, pensó en Tony. Era irresistible. Aunque le avergonzaba admitirlo, Stark era un hombre muy atractivo.

Tony:

Observó cómo se agachaba. Su trasero era en verdad sublime. Actuó por impulso y comenzó a amasar sus glúteos.

Su pantalón era señido y no se resistió en estrujarle con ambas manos.

Le tomó por las nalgas y presionó contra su entrepierna, ya no era suficiente sólo con roces y caricias. Necesitaba más.

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Steve iba perdiendo el equilibrio y observó cómo optaba por mejor acomodarse bajo el escritorio. Verle ahí arrodillado, le excitó más. Ante sus ojos comenzó a tocarse el bulto que ya era más que obvio.

Steve:

Stark volvía a tomarlo por sorpresa, esta vez tocándolo de una manera que nadie más lo había hecho, palpando su trasero de una forma que lo hizo enloquecer, restregando su erección en él.

– Aa-ahh...Anthony.– Gimió entre cortadamente, mordiéndose con fuerza los labios para silenciar aquellos sonidos tan lascivos escapando de su boca.

No podía controlar el temblor en sus piernas. Terminó deslizándose sobre el suelo y giró despacio para observar al castaño desde ahí. Pero encontrarlo masturbándose, fue demasiado excitante para él aún cuando llevaba todavía ropa.

Vibró, extasiado, con las mejillas rojas y entre abriendo los labios al observarlo cautivado. Su boca se halló más húmeda e instintivamente lamió la goma del lápiz mientras le observaba. Estaba fascinado.

Tony:

La erección le dolía, sobretodo al ver cómo es que Steve lamía el lápiz como si se tratara de su falo.

Se desabrochó el cinturón y extrajo su miembro de él. Subió y bajó la mano para masturbarse. Era un alivio por fin tocarse como tanto le exigía su propio cuerpo.

No pensaba en las consecuencias, sólo quería que Steve se hiciera responsable de lo que le había causado.

Restregó su miembro en la mejilla del rubio y después en sus labios, invitándolo a abrir la boca.

Steve:

La punta de Tony se estampó contra su mejilla y se deslizó en un recorrido húmedo hacia su boca. Podía adivinar los rastros de pre seminal sobre su piel y la idea le hizo vibrar.

Abrió la.boca y aunque había pensado en decir a su maestro de que no tenía idea de cómo hacerlo bien, silenció. No quería detenerse cuando lo que más deseaba era probar ese enorme pene.

Permitió que la virilidad del castaño entrara en su boca y ante la firmeza, se tocó así mismo sobre el pantalón. El miembro de Tony era caliente, duro, apenas podía mantener una parte de su longitud dentro de la boca.

Se deslizó hacia atrás, con los labios presionando sobre su falo y continuó con constantes lamidas, acercándose más a su pelvis para poder chupar desde la base de su exquisita erección.

Tony:

Cerró momentáneamente los ojos mientras disfrutaba de la boca y lengua del rubio. A ese paso creía que se correría en cualquier momento dentro de su boca, sobretodo cuando notó que él también se tocaba.

Acarició su mejilla mientras succionaba. Se veía hermoso y había quedado cautivado con sus hermosos ojos azules.

Su ensoñación se vio interrumpida cuando escuchó que la puerta del aula comenzaba a abrirse. Empujó la silla hacia delante y agradecía que el escritorio de madera cubriera tanto los lados como el frente.

Su asistente había entrado con los cuadernos de los otros alumnos. Steve continuaba lamiendo bajo el escritorio y acarició tanto su cabello como mejilla para indicarle que todo estaría bien.

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