Te odio (Yoonmin/Jimsu)

Primera Parte: Error

Una hora antes...

—¡Felicidades Yoongi, nuevamente eres la calificación más alta de este curso!, debería aprender de su compañero. —dijo la vieja maestra beta. Levantó la mirada por unos segundos antes de volver a su libreta, no lo sorprendía y tampoco lo emocionaba. A veces una buena nota, era algo tan vacío.

—Park Jimin, felicidades también obtuviste una nota perfecta —continuó diciendo la maestra. Tuvo la sensación de que alguien lo estaba mirando demasiado y volteo a su derecha, donde Jimin lo miraba con molestia.

Siempre estaban compitiendo por las mejores calificaciones, pero hoy no estaba de humor para seguirle el juego. Su celo estaba peligrosamente cerca, en un par de horas estaría delirando en fiebre y luchando por mantener el control por encima de su lobo y los dulces aromas de los omegas lo tenían un poco mareado.

La beta se retiró con un aviso y se coloco sus audífonos, esperando al siguiente profesor. El profesor Kim Taehyung era un buen profesor de artes, aunque solía estar muy distraído y era un poco difícil seguirle el ritmo a sus clases, pero era un omega tan amable y soñador que tenía suspirando a más de uno.

Sintió una bolita de papel pegada en su nuca y se fijó a su costado para ver a Jimin aún fulminando con la mirada, cuando hacia esa mueca las venas se marcaban en su cuello. Decidió subirle el volumen a su música e ignorarlo, estaba tratando de mantener a su lobo a raya, al menos hasta que terminaran las clases.

Odiaba estar en celo, su nariz picaba en desagrado por los fuertes olores y su piel se sentía extremadamente caliente. Era extraño, porque su lobo jamás se había sentido atraído por los olores de los omegas. Más bien, cuando estaba cerca de esa fecha solo lo hacía sentir incómodo. Muchas veces deseo ser beta, pero para su mala suerte era un alfa.

El profesor Kim llegó un par de minutos tarde haciendo maniobras con sus cosas y un sonrojo pintó sus mejillas cuando se dio cuenta que toda la clase lo observaba.

—Oh, una disculpa. —dijo con rapidez antes de dejar sus materiales en el escritorio. La clase comenzó como cualquier otra y con el paso del tiempo se sentía cada vez más incómodo, tal vez debió haberse tomado otro supresor. El profesor Kim miró sus cosas con un ceño fruncido — Park, necesito un favor, ¿Podrías traerme la arcilla blanca de la bodega de artes?; Esta es la llave. — Le dijo y Jimin asintió, paso por su lado y su aroma a café lo hizo tragar saliva, estaba cada vez peor.

Trató de distraerse dibujando algo en su cuaderno, pero el malestar de su lobo lo tenía inquieto. Un suave toque en su hombro lo hizo sobresaltarse.

—Señor Min, ya le he dicho varias veces que no use audífonos en mi clase —le reprochó, el profesor. Estaba de pie a su lado, se encontraba tan distraído que no lo había escuchado —¿Entonces puede o no puede?. —Lo observo con confusión.

—Disculpe, ¿Cuál era la pregunta? —el profesor lo observo con reproche.

—Park Jimin se ha tardado mucho en buscar la arcilla, ¿Puede ir a ver que ocurre? —asintió distraído y salió del salón en dirección a la bodega de artes. Era una gran puerta verde que empujó sin pensar, entro y vio a Jimin sobresaltarse.

—¡No! —grito el contrario al ver como la puerta se cerraba —. ¡Eres un imbécil! —se quejó y él frunció el ceño.

—¿Qué haces aquí perdiendo el tiempo?, el profesor me mandó a buscarte —le dijo y el otro le dirigió una mirada venenosa.

—Estoy atrapado aquí —su voz sonó en un engañoso tono suave —la llave no funcionaba así que estaba esperando que alguien la abriera del otro lado, pero ¡Oh sorpresa!, ¡dejaste que se cerrará! — exclamó furioso, Yoongi sintió que la sangre abandonaba su rostro y se dirigió al picaporte, efectivamente la puerta no abría. Empezó a forzar la cerradura con desespero y sus intentos fueron inútiles. No, esto no le podía estar pasando hoy.

—¿Crees que no he intentado hacer eso? —se quejó Jimin a su lado, sonaba claramente frustrado y ahora que lo veía mejor su uniforme estaba un poco desarreglado. Pegó su espalda a la puerta y lentamente se deslizó hasta dejarse caer en el suelo, sintiendo una burbuja de pánico subir por su garganta. Sus supresores estaban en su mochila y era solo cuestión de tiempo antes de que el neutralizador que cargaba puesto dejara de hacer efecto, mierda estaba tan jodido. Observo la habitación donde se encontraba con angustia, eran tan pequeña, dos estantes estaban abarrotados de materias de artes y utilería, y solo había una pequeña ventana con rejas en el techo. La miro y se levantó tratando de alcanzarla.

—Los tornillos están oxidados, dudo que salgan —dijo Jimin y por un momento había olvidado que también estaba ahí. Aún con la advertencia azotó la reja tratando de zafarla, un intento inútil. ¿Ahora que se supone que haría?.