9. Recuerdos

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Diez minutos más tarde, salí de la habitación. Las chicas se habían quedado fumando, pero yo había tenido suficiente con un par de caladas. 

Me dirigí al baño ante la necesidad de vaciar mi vejiga, hice lo que tenía que hacer y salí de allí.

- Conque no eres tan niñata- dijo una voz que reconocí al instante. 

- ¿Qué quieres, Mason?- pregunté rodando los ojos.

Estaba apoyado en la pared que estaba frente a la puerta del baño, y se notaba a leguas que estaba algo tomado.

Tomándose su tiempo, se acercó a mí a paso lento, para tomar un mechón de mi cabello y acariciarlo suavemente.

- Tienes algo, Hoffman- fruncí el ceño.

- ¿A qué te refieres?

- A que no te creo el papel de niña buena. No bebes, sacas buenas notas ¿Por qué llegaste al instituto a mitad de año?

Bufé.

- Mason, estás borracho. Mejor vete y deja de meterte donde no te incumbe. 

Intenté pasar por un lado y el muy idiota me impidió el paso.

- Puedo estar un poco tomado, Luciana; pero sé muy bien que esta no es la primera vez que coincidimos en la vida. Sé que te he visto antes, así que dímelo.

Me quedé unos segundos mirándolo fijamente. Sus ojos color miel me escrutaban como si fuese un difícil problema de matemáticas, mientras sus manos se posaban a ambos lados de mi rostro, impidiendo mi escape.

Entonces lo recordé. Las memorias llegaron a mí rápidamente y no pude evitar que mi respiración se acelerara. Esos ojos color miel, que tanto me reconfortaron en el peor momento de mi vida. De mi antigua vida. 

Por supuesto que no me recordaba, eramos apenas unos niños. Lo que para él fue un día más, para mí fue el día que mi vida cambió. Mi antigua vida. 

Pero, este Mason no es aquel que yo conocí. 

Mis ojos se aguaron, mientras intentaba alejar el dolor.

- No sé de qué hablas, Mason. Déjame ir- frunció el ceño.

- ¿Por qué me mientes?- dijo algo más cerca de mi rostro- No estoy loco, Hoffman.

- Y no digo que lo estés. Quizás me estás confundiendo con otra persona.

- Por supuesto que no. Estoy muy seguro de que te he visto- dijo algo molesto.

- Pues, quizás nos hemos visto en alguna heladería o algo así. Quién sabe.

Me miró como si no creyera lo que le decía, mientras por mi mente pasaban todos nuestros momentos juntos.

- Vete a casa, Mason- dije mientras lo empujaba y me alejaba rápidamente del lugar. Esta vez no me detuvo, sólo me miró confundido.

Me acerqué al salón buscando una forma de distraerme. Vi a un grupo de chicos en un círculo, bebiendo no se qué. 

- Dame- dije arrebatandole la botella a uno de ellos, mientras los demás abucheaban.

Bebí rápidamente, sintiendo el líquido amargo por mi garganta, pero no me detuve. Le entregué la botella de vuelta, mientras me castigaba a mí misma.

¿Cómo pude no darme cuenta? Ha estado a mi lado todo este tiempo, y no lo noté. El esfuerzo de tantos años, por dejar el pasado atrás, se veía dañado. 

Los siguientes minutos me los pasé bailando. Mis amigas no estaban a la vista, así que sólo bailé con un par de chicos y un grupo de chicas que resultó ir en mi clase. 

Cambio de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora