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El querubín despertó en la cama, se removió inquieto para girarse quedando frente a una ancha y nívea espalda, la reconocía pero hace un poco de tiempo que no la veía y no sabía cómo sentirse

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El querubín despertó en la cama, se removió inquieto para girarse quedando frente a una ancha y nívea espalda, la reconocía pero hace un poco de tiempo que no la veía y no sabía cómo sentirse. ¿Por qué una parte de él se calmó de solo tener su presencia? No era correcto, pero resultaba que nada de lo que estaba ocurriendo lo era, alzó una de sus manos dejando que la manta no estorbara en sus acciones y con la yema de los dedos acarició tan prohibida piel, rozándola.

Nada.
Los únicos movimientos que el cuerpo de ese hombre de cabellos casi blancos de tan rubios eran el de su respiración. Lenta y calmada.
¿Como podía dormir tan tranquilo?
Nada de lo que ocurría en esa habitación era normal, nada de esa habitación.

¿Por qué se sentía tan triste?
Tenía ganas de huir pero algo le decía que el chico frente a él necesitaba ayuda. ¿Que cosa tan mala tuvo que hacer para ser desterrado?
Sus dedos de pasearon por sus omóplatos y se percató de que se sentía ligeramente hundido, se guío de su tacto era como una línea recta y corta, al lado contrario tenía otra.
Su mirada fue a la espalda detallandola notando que eran... ¿Dos cicatrices?

Un pequeño flash llegó a su cabeza, plumas manchadas de rojo cayendo y un gritó ensordecedor de sufrimiento.

¿De quien era?
Quería seguir tocando, seguir recordando aquello más la silueta del ajeno se movió, haciendo del mayor quedar boca arriba.
Su perfil era hermoso, ¿Que pudo hacer para estar aquí, entre los humanos?

La mirada del pelirrojo paso de una tranquila a un semblante un poco serio. ¿Por qué ahora su rostro cargaba con una cicatriz en el puente de su respingada nariz?

Antes no la tenía.
Cuando alzó más su mano para alcanzarla su mano fue detenida desde su muñeca por la del rubio quien abrió sus ojos y lo miró por el rabillo.

—¿Que haces? — preguntó ronco, por el sueño.

—... ¿Donde estuviste esta semana? — preguntó, ¿Por qué lo hacía? Su lengua parecía moverse sin pensarlo.

—Eso no es de tu incumbencia.— respondió para soltar su lado casi de un empujón y levantarse de la cama para salir. — Aprende a mantener tu puta boca cerrada si quieres comer. Te he dado muchas libertades al parecer. — dijo para salir.

¿Libertades? ¿Acaso era un chiste?
Sus pies daban pasos contados, su comida eran sobras, sus descansos eran pesadillas y sus horas libres eran lloriqueos por salir.

—Dime, ¿Que hacías en el bosque? ¿De que huías? — preguntó por décima vez, la dama frente a él solo miraba a todos lados asustada

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—Dime, ¿Que hacías en el bosque? ¿De que huías? — preguntó por décima vez, la dama frente a él solo miraba a todos lados asustada. — Por favor, déjame ayudarte.

—De ese hombre...— habló finalmente — el de cabellos rubios. — Todoroki iba a preguntar más la mujer continuó— de ojos inyectados en sangre... — agregó— ¡Él miente! Él sabe manipular... Él me quiere, para hacerme daño, ¡Lo sé! — dijo de manera atropellada, sus palabras parecían no tener significado en concreto.

El pastor solo suspiró, ¿Que hubiese pasado si no la hubiese encontrado?
Solo la vió correr entre el bosque y cuando el iba a entrar para ver de qué se trataba, ella salió tirando de él.

—Iré por agua... ¿Si? — informó para levantarse.— porfavor, no te vayas. — pidió para salir por lo nombrado.

La dama suspiró sintiendo la puerta cerrarse, vió su fin en cosa de segundos. Corrió como si no hubiese un mañana, y se libró de las manos de aquella cosa cuando huía enterrándose entre las ramas de un árbol, le arañaron pero al pasarlas tiró de estas haciendo que golpearan como resorte el rostro de la cosa que lo seguía.

La puerta sonó y la dama estaba dispuesta a hablar, diría toda la verdad de todo lo que sabía, era persona de fiar aquel hombre de sotana. Más su sorpresa fue ver a una chica de cabellos castaños sentarse frente a si.

—Hola.— dijo esta, por su rostro no parecía estar de buenas y ella no hizo más que asentir con la cabeza en señal de que había sido escuchada. — ¿Cual es tu nombre?

La dama sólo dudó unos segundos en contestar más solo decidió hacerlo.— Izuku  Mi nombre es Izuku.

— Izuku  Mi nombre es Izuku

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2020 ⏰

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AMÉN - Kiribaku/ Bakukiri. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora