Una semana después.....
Subí las escaleras de la mansión collins con todos los productos de limpieza. Me dirigí derecho a la habitación del señor Alexander. Era casi siempre la primera habitación que comenzaba a limpiar. Debido a que no había casi nada desordenado. Y todo estaba perfectamente impecable. Salvo las sábanas. O una que otra ropa tirada en el suelo. La peor de todas las habitaciones, eran la de los niños. Con su ropa tirada por todos lados. Sus juguetes. Sus revistas. Sus zapatillas.
Toqué la manija de la puerta, pero está, se abrió desde la parte de adentro. Me aleje, encontrándome con el señor Alexander en ropa deportiva y recién salido de la ducha.
Al parecer hoy, es su día libre.
-Hola- me saludó, con su gran sonrisa.
-Buenos días, señor- bajé la vista.
-Llamame, Ale- pidió -Señor, suena muy viejo- agregó.
Asenti.
Salió de la habitación, entonces yo ingrese. Comenzando a acomodar la cama.
-Hana....- volvió a ingresar a la habitación, llamando mi atención -Me gustaría que luego de mi habitación, limpies el escritorio que está al finalizar este pasillo. Hace años que no lo usamos, y me gustaría trabajar allí- ordenó.
-Bien- afirme.
Sin más nada que agregar salió, así que continúe con mis tareas. Saqué las sábanas, para poder lavarlas. Y las coloqué en un cesto de plástico que tenía, donde recogía toda la ropa que era para lavar.
-Hana....- volvió a ingresar, llamando mi atención -Me gustaría que a las 11, me llevarás un café a mi escritorio- ordenó.
-De acuerdo- afirme.
Y dicho eso se fue.
Seguí con mis tareas.
Limpié el escritorio que Alexander me ordenó. Se notaba que hace años no se usaba, debido a todo el polvo que había. Corrí las cortinas, para que ingresará algo de luz. Acomode los libros en sus estantes, puesto que estaban tirados en el suelo. Limpié la botella de licor y las copas. Sacudí los sofás. Y en una hora, todo se encontraba como nuevo.
Salí del escritorio, cerrando la puerta.
Luego, continúe con las habitaciones de los niños y esa habitación vacía, que la señora Scarlett insistía en que la limpié, por más que no haya nadie allí. Algo que llamó mi atención.
¿De quién será?.
A las 11 am, le llevé el café al señor Alexander en el nuevo escritorio que se había instalado. El mismo, que yo limpié. Al parecer, esté señor no tiene días libres.
Golpee la puerta, y ante un "pasé", me adentre. Estaba tan concentrado en esa hoja que estaba leyendo, que intenté no hacer ruido, para no distraerlo. Dejé la taza sobre la mesa y di media vuelta para alejarme.
-Hana....- llamo mi atención.
Me detuve, dando media vuelta. Su vista estaba clavada en mi.
-¿si?- pregunté.
-Toma asiento- señaló el asiento en que se encontraba en frente de su escritorio.
¿Qué?.
Al observar que no me moví, señaló con más insistencia la silla. Me acerqué, tomando asiento.
Dejó la hoja a un lado,centrando su atención en mi persona.
-¿Qué tan buena eres para las matemáticas?-me preguntó.
ESTÁS LEYENDO
QUIERO COMPLACERTE
RomanceHana, es una chica de 23 años que vive junto a sus dos hermanas pequeñas, luego de huir de su casa por problemas familiares que la hicieron más fuerte que nunca. Se enfrenta a la pobreza de su actual situación, trabajando en dos lugares para poder p...