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—¡Feliz cumpleaños! —Exclamó HyeYeon, poniendo un pastelito con una sola vela en la cima.

El año nuevo para Harry HoSeok pasado más que miserable. Cenó pavo con su madre y su hermana, quien se involucró en sus vacaciones. Después de ellos, vieron una serie de largas y aburridas películas para chicas, por lo que HoSeok se vio salir del departamento y deambular por las nevadas calles como gato sin dueño.

El mes de enero pasó lento y tortuoso, hasta que por fin llegó marzo, trayendo conseguimos su cumpleaños.

Ese mismo día; él, su hermana y su madre, se encontraban en la cafetería que una vez HyungWon le había mostrado, "celebrando" su cumpleaños, de una manera muy aburrida a decir verdad.

—Odio lo dulce —se quejó HoSeok, mirando el pastelito con disgusto.

HyeYeon soltó un gruñido exagerado mientras ponía sus ojos en blanco. Con un puchero, se dejó caer en el respaldo de la silla con sus brazos cruzados sobre su pecho.

—Eres imposible —murmuró.

Sin embargo, no había cosa que HyeYeon podía decirle que le afectara, pues HoSeok ya estaba más que acostumbrado a sus quejas e insultos. El rubio no probó tan solo el postre, solo se dedicó a jugar aburrido con los sobrecitos de azúcar sobre la mesa.

—¿Ese no es HyungWon?

HoSeok giró la cabeza de inmediato ante el cuestionamiento de su madre. Siguió la mirada de EunYeong hasta lo que era la entrada del local. La campanilla que alertaba la llegada de un nuevo cliente resonó por todo el lugar, acompañado del escándaloso bullicio de un grupo de adolescentes.

A lo lejos, un grupo de jóvenes ingresó a la cafetería entre risas y bruscos empujones. Sus fuertes acentos se escucharon por el lugar, llamando a la atención de los clientes, quienes les otorgaron miradas de fastidio.

Hoseok lo vio al final del grupo, riendo como siempre, con esa brillante sonrisa despampanante que lo caracterizaba. Su cabello castaño había crecido desde la última vez que había visto, por lo que discretas raíces comenzaban a hacer contraste con su cabello.

—¡Ahí hay una mesa! —Exclamó el que HoSeok creía recordar, su nombre era DaeHyun.

—Felicidades Sherlock, acabas de descubrir un nuevo objeto —se burló MinHyuk.

En el fondo, HyungWon rió. El grupo caminó hasta la amplia mesa disponible al fondo del lugar, y en cuanto la gente se disipó, HoSeok modificó con claridad el cuerpo entero del castaño. Su piel un poco más pálida, mientras que su cuerpo se veía ligeramente más delgado, no demasiado, era algo que solo notarías si mirabas específicamente. Pero lo que era incluso más notorio que todo lo anterior, eran las dos grandes muletas posicionadas a cada lado, haciendo juego con la rodillera oscura que HyungWon traía sobre el pantalón.

El menor caminó con dificultad, tratando de seguirle el paso a sus amigos mientras que las muletas repiqueteaban contra la madera del suelo.

YangMin, quien envió a su lado, lo ayudó, sostuvo los dos objetos largos mientras que HyungWon envió junto a SunHee. Después de eso, ella apoyó las muletas contra la pared y tomó asiento junto al castaño, no sin antes depositar un beso en su mejilla. HyungWon se giró de inmediato con una sonrisa en el rostro, y clavó un pequeño beso en sus labios, nada muy ostentoso, pero fue suficiente como para hacer el mundo de HoSeok se cayera en pedazos.

HoSeok grabó vívidamente la última ocasión en el hospital cuando le sacaron los puntos de la cabeza; definitivamente eso dolía menos que ver a HyungWon abrazando el cuerpo de alguien más.

❛Supermarket flowers❜ 2won [Adaptación] |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora