Juanides y Olopa: La Maldicion del Olimpo

Capítulo 1: el inicio Parte 1

La imagen se posa en Jackson, Wyoming, hace un acercamiento a un barrio privado a unos minutos de distancia del pueblo. En la última casa del barrio, la más cercana al bosque, vive James Morgan.

NARRA JAMES

Un molesto pero familiar sonido comienza a taladrar mi cabeza. Abro los ojos y es mi despertador sonando. Marca las 7:00 a.m. Lo apago y decido levantarme. Me salgo de la cama y me asomo por la ventana, el sol apenas está saliendo y la mañana está despejada. Me acerco a mi ropero y saco una camisa blanca, un pantalón de vestir y un saco. Dejo las prendas en mi cama y me acerco a mi mesa de luz. Saco unos zapatos y comienzo a vestirme. Primero me saco la remera que llevo puesta y me visto con las demás prendas. Termino de vestirme y vuelvo a mirar el despertador, marca las 7:20, me vestí más lento de lo normal. Salgo de mi habitación y comienzo a caminar por el pasillo hacia las escaleras pero antes de llegar veo la puerta de la habitación de Milo un poco abierta. Me asomo y la veo a ella durmiendo placenteramente, aunque había hecho un lío con sus sabanas, como de costumbre. Eso me causa un poco de gracia y una mueca aparece en mi cara. Me alejo y comienzo a bajar las escaleras. Mientas bajo a la cocina veo como una de las mangas del saco esta desacomodada y la acomodo. Cuando llego a bajo y levanto la mirada veo a Roy en la cocina, sentado en una silla, leyendo un pequeño libro sobre la mesa y tomando lo que parecía ser café . A veces me gustaría que durmiera hasta un poco más tarde, pero siempre se levanta a la misma hora que yo. Me acerco a él y lo saludo.

- Buen día Roy.

Sin despegar la mirada del libro me responde.

- Hola James.

Me acerco a la cafetera para hacer un café y le digo.

- No sabía que tomabas café.

Levanta la mirada hacía mi y haciendo la tasa a un lado dice.

- De hecho no lo hago, hoy quise probarlo pero no me gusto. Toma.

Me río un poco y veo la tasa, está casi llena y pienso "por qué no". La agarro y empiezo a tomar de ella. También me sorprende verlo leer un libro así que le pregunto.

- ¿Qué lees?

- Mitos de la Segunda Guerra Mundial.

Dijo mientras levantaba el libro y señalaba la tapa. Comienzo a buscar mi maletín y le digo.

- Odias leer novelas y cuentos, pero lees libros de historia.

- Que quieres que te diga, me encanta la historia...pero tienes razón, odio leer, lo terminare más tarde.

Dijo cerrando el libro. Sigo sin encontrar mi maletín donde siempre lo dejo y le pregunto.

- ¿Has visto mi maletín?

Se levanta de su silla y dice.

- Te refieres a...-hace una pausa, camina hasta el living y levantando el maletín del sillón grande continua-...este.

Me acerco a él y lo tomo.

- Gracias¿Cómo llego ahí?

- Estaba en la mesa y lo corrí porque necesitaba espacio.

Lo mire por unos segundos pero parecía decir la verdad. Saque mi reloj del maletín, lo coloco en mi muñeca y veo que eran 7:30, así que decidí irme y comienzo avanzar hacía la puerta principal.

- De acuerdo Roy, me tengo que ir. Despierta a Milo a las ocho y dile que hoy no entrenaremos. Les dejo la tarde libre para que disfruten su último día de vacaciones.

- Okey gracias.

Tomo las llaves del auto y salgo, lo abro y pongo el maletín en el asiento de acompañante. Antes de entrar en él le digo a Roy, que me había acompañado hasta la entrada.