—Z, basta —su sonrisa no se esfumaba.
La semana había pasado con tranquilidad, les habían comunicado que Ryan iba a tener una condena de casi siete años, su casa había sido limpiada y toda marca de agresión en su habitación había sido removida.
Los días que se quedó con Jake fueron unos que jamás podrá olvidar. Recuerda haberle dicho aquel te amo, algo que desconcertó al mayor. Tom tenía miedo de su reacción, pero no fue así. Tuvieron el mejor sexo de esa noche, de toda la semana. Cuando volvió, sus amigos le estaban esperando, claramente no se habían creído que había ido con algún familiar a pasar esos tres días mientras la policía buscaba alguna referencia para buscar a Ryan.
Les tuvo que contar todo lo que pasó con Jake, desde las pesadillas que tenía con Ryan, hasta aquel te amo que dijo. No había omitido ningún detalle. Jacob estaba riendo, se notaba feliz por su amigo, pero a quien no le había parecido era a su amiga morena.
A pesar de eso, Zendaya tuvo que aceptar el hecho que Tom amaba a Jake, que ambos lo hacían mutuamente.
—Juro que, si te hace algo, se las verá conmigo —le había dicho su amiga antes de despedirse aquel día que había llegado a su apartamento.
Era fin de semana, sábado. Los sábados podía trabajar en casa, relajarse. Zendaya le había acompañado para surtir su despensa, tenían un par de bolsas cargando consigo, sin embargo, al subir las escaleras y encontrarse cara a cara con su jefe, las risas que resonaban en todo el solitario lugar se esfumaron por completo.
—Nos vemos dentro de poco —le murmuró su amiga.
Se encaminaron hasta la puerta del apartamento de Tom, Zendaya le dejó las bolsas a Jake y le dio un par de palmaditas en el hombro del hombre.
Tenía entendido que no se podían ver a menos que fuera en la oficina. Su corazón comenzaba a latir con fuerza mientras tomaba sus llaves y con mano temblorosa intentaba atinar al cerrojo, pero no podía. Le era difícil. Hacía una semana que había pasado todo lo ocurrido, y sentir nervios era común para él.
No fue que se tranquilizó cuando sintió la mano de Jake sobre la suya, ayudándole a abrir la puerta.
—No vengo para decirte algo malo, tranquilo —soltó una risa, tranquilizando al joven.
Al entrar al apartamento, dejaron las bolsas en el comedor. Tom se quedó estático, sin nada qué decir y sólo escuchando como Jake escudriñaba las bolsas, sacando estas y poniéndolas en la mesa. ¿Y si Angelina los estaba siguiendo? ¿Y si Ryan volvía? ¿Si Angelina fue a sacar a Ryan de la cárcel? Todo daba vueltas. No había tenido comunicación con Jake desde el último día que se quedó en su casa, y los días que lo vio en la oficina se notaba... normal. Nada fuera de lo común, aunque el viernes, pudo notar un par de nuevos moretones en su ojo.
Muchas cosas pasaban por su cabeza que despertó cuando Jake chasqueó los dedos.
—¿Estás bien? Estás algo distante.
Ahora toda su mesita estaba llena de las cosas que había comprado, y la ansiedad volvió. Desde lo de Ryan, caminar por las calles, ver a mucha gente, sentirse acorralado en el metro, en donde sea, le hacía entrar en pánico absoluto, ahora que su mesa estaba llena de bastantes cosas, la cocina era un poco reducida y Jake estaba enfrente de él, el aire comenzaba a reducirse. Su pecho se oprimía y su respiración era lenta, y cada bocanada de aire sentía que sus pulmones iban a estallar.
Cerró sus ojos, necesitaba controlarse, pero nada era seguro.
—Hey, Tom —estiró un poco su mano y Tom la tomó. —Estoy aquí, tranquilo, no te haré nada —y el susodicho apretó un tanto la mano de Jake. —Ven, vamos a la sala.
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𝑶𝒉❗ 𝑩𝒐𝒔𝒔 // 𝑮𝒚𝒍𝒍𝒆𝒏𝒉𝒐𝒍𝒍𝒂𝒏𝒅
Fanfiction❝𝑇𝑜𝑚 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜 𝑒𝑚𝑝𝑙𝑒𝑎𝑑𝑜. 𝐽𝑎𝑘𝑒 𝑒𝑠 𝑠𝑢 𝑗𝑒𝑓𝑒. ¿𝑄𝑢𝑒́ 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒 𝑠𝑢𝑐𝑒𝑑𝑒𝑟?❞ - - - 〈𝐼𝑛𝑖𝑐𝑖𝑜́ 𝑒𝑙 𝑡𝑟𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑒𝑛𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑑𝑜𝑠 𝑚𝑖𝑙 𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑒〉