CAPÍTULO 34 [✓]

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 OMNISCIENTE

Un hombre, cuya mirada reflejaba tristeza, observa por la ventana de su departamento a los humanos hacer su rutina, pero en realidad no estaba ahí, es decir, estaba absorbido en sus pensamientos, en sus recuerdos, en el recuerdo de aquel trajico dia. Aunque ya habia pasado un tiempo para él era como si hubiera sido unas horas y no ayer. Su hijo de 11 años de edad, recién cumplidos,  lo miraba, sabía el dolor que cargaba su progenitor, él también tenía un dolor en pecho pero no podía ser débil ante su padre, ya que él lo necesitaba ser fuerte por su padre, aparte, eso le pidio su madre aquel dia. 

—Padre—el hombre no salía de sus pensamientos, chico suspira, estaba acostumbrado a esta situacion, se acerca a su padre, lo toca en el brazo y él hombre lo mirá—Ya terminé—murmura el niño al ver la tristeza en los ojos de su padre.

—De acuerdo—sonrio forzadamente—Vamos, Drago—murmuro pasando su brazo por los hombros de su hijo.

Salieron del departamento hasta el estacionamiento en un silencio poco agradable, el chico ya no sabía que hacer, temía decir algo que lastime peor así mejor se quedó callado. En cuanto al mayor no queria preguntar algo lastime a su hijo, ambos eran como peces fuera del agua porque su agua, su vida, ya no estaba con ellos. Sin mas el hombre puso en marcha a su destino, era como su rutina siempre, una que dolia.  Cuando llegaron a la mansión de la familia Valkiria, su padre se quedó mirando un lugar en específico, el chico se tensó, no era primera vez que lo hacía, tambien era una costumbre pero no podia culpar porque él hacia lo mismo de la ventana de la habitacion que fue de su madre.

—Iré con los abuelos—murmuro el chico.

Su padre suele quedarse al menos media hora mirando por la ventena del auto para luego bajarse para ir al bosque por otra media hora.

—Voy contigo—habla el mayor sorprendiendo al menor.

Ambos entran a la mansión en silencio, caminan hasta llegar al living donde se encuentra Sarha, María y Daniel con su hijo, y Nana. Drago corre a los brazos de su abuela, mientras que el mayor sonríe con amargura.

—Buenas tardes—saluda Draco. Todos los presentes le devuelven el saludo—¿Akator?—interroga al no verlo ahí

—En su despacho—responde Nana.

—Bien, con permiso, voy a hablar con él—dicho eso camina hasta el despacho.

NInguno dice nada al respecto, la mujer mira a su nieto y como es de costumbre ve la tristeza en sus ojos, ella solo suspira y besa la frente de su nieto, era una copia exacta de su hija, su primer encuentro no fue bueno pero cada dia que pasa ellos tratan de siempre estar con su nieto, tal como hubiera querida su hija. 

Draco Smith caminan a pasos lentos por pasillo que lo lleva al despacho, su mente siempre le recordaba a su mujer, sus pasos se frenan en un stan dónde hay una fotografía de ella junto con María cuando tenían cinco años, sonríe al verla, la toma entre sus manos y la toca.

—Esa fue la última foto que le tome—habla una voz llamando su atención.

—Akator—saludo —Ya veo, era casi iguales pero lo único que las diferenciaba era el color de sus ojos—comenta volviendo su vista a la fotografia. 

—Así es, pero aún así ambas juntas era un terremoto—dice sonriendo, mientras que algunos recuerdos le llegan a su mente.

El hombre deja la fotografía dónde estaba y camina hasta Akator, ambos entran al despacho y toman asiento. Su relacion luego de saber que era pareja de su hija se habia algo tensa pero al final todo volvio a la normalidad entre ellos. 

MÍ TUA CANTANTE   I & II [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora