~ 。Capitulo 6 。~

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Por favor liberame

Me encontraba atada, sin mis cosas y frente un hombre que quería prácticamente venderme.

— Yo no me escape de casa, por favor déjame irme, no tengo familia ni dinero, estoy buscando una mejor vida — No podía decirle que me estaban cazando, seguramente me entregaría a las garras del lobo por un par de monedas.

— Entiendo... — Asiente un par de veces con la cabeza para luego agarrar violentamente mi pelo — Si no tuvieras familia no existirías y si no tuvieras dinero morirías de hambre o de alguna enfermedad, dime todo lo que te exijo y volverás a salvo a tu casa — Me suelta y caigo contra la pared.

— Mis padres murieron, no tengo ni conocí a nadie mas de mi familia, no voy a ir a un orfanato, solo busco una mejor vida — Sollozo y lo miro, algo cambió pues pareciera en su postura y mirada que me creyó.

— Así no me sirves de nada — Se levanta y guarda su libreta junto con su lápiz — Pero seguramente pagarían por tenerte de esclava, gano de las dos formas ¡Ah! Y me quedaré con tu caballo, es bonito aunque esperaré a que crezca un poco, no me gustaría aplastarlo — Se levanta y se va ignorando mis suplicas.

Las horas pasaban mientras estaba sentada en la esquina de aquel espantoso bar. Por un lado si me vendían como esclava tenía la oportunidad de que me enviasen lejos pero, no era esta la forma en la que planeaba dejar Nargilia. Era ya de tarde, moría de hambre y luego de suplicar por comida y para ir al baño, por fin me dejaron. Me dieron una sopa de verduras que sabía bastante horrible.

— Es un bar, vendemos bebidas no comida — Me dice el tabernero al ver mi rostro de asco mientras la terminaba.

Casi de noche empezaron a llegar muchos hombres, todos parecían delincuentes. Se llevan al pobre hombre que estaba a un costado mío y que no se había despertado en todo el día. Mi secuestrador a lo lejos miraba varias hojas de "se busca" que repartía la policía y se los guardaba en el bolsillo. Se acerca a mi y me levanta del suelo.

— Bueno aquí nadie te va a venir a buscar, andando moneditas — Me arrastra a las afueras del bar y me monta en mi propio caballo, tapándome con una enorme capa — No te ofendas pero me quedare con todas tus cosas, me gusta conservar chucherías ajenas, la pequeña galería atrás del bar es donde guardo todos mis premios, si, no eres la primera — Decía con orgullo.

Pasó toda la tarde hasta el anochecer hablando de sus crímenes de forma orgullosa, irritándome cada vez mas. Por fin llegamos a una gran casa, era una enorme mansión con un hermoso patio. Entramos y en la puerta había una mujer blanca con traje refinado, me quitan la capa y me miran, examinándome.

— Oh que bonitos ojos color verdes, seguramente ese cabello es precioso peinado — Dice la señora con voz extraña, pareciera forzarla de alguna forma.

— Hablando de precioso, todos tienen un precio — Sonríe mirando al señor.

— ¿Meredith estas segura de que quieres una nueva criada? — El señor posa su mirada sobre la señora de aspecto caro y elegante.

— Por supuesto que si cariño, ya sabes que pasó con la anterior — Aprieta el brazo de su esposo. Tengo un mal presentimiento

— Muy bien, diez centuriones — Las monedas caen en las manos de mi secuestrador.

— Oh gracias, me acaba de pagar una cerveza — Ríe, algo disgustado por mi precio — Sabe, se ve que tienen mucho dinero, esperaba que me dieran mas por una joven tan sana y hermosa — Extiende su mano vacía nuevamente.

— Cariño quiero el caballo — señala mi caballo y abraza el brazo de su marido — Se ve tan tierno, otros diez por el caballo — Sentencia la dama rica.

Sueño de un destino; RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora