IX

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"¡Ah qué grande es el mundo a la luz de las lámparas!

¡Y qué pequeño es a los ojos del recuerdo!"

Charles Baudelaire.

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El reino de los cielos y el infierno han sido enemigos desde tiempos inmemorables, mucho antes de la creación del hombre. Gracias a la traición de Lucifer, aquel ángel caído que traiciono a Dios y fue desterrado por brindarle el fruto prohibido a Eva e intentar matar a su creador.

Quien diría que con el tiempo aquel demonio busco la forma de vengarse durante tanto tiempo, intentando experimentar con los humanos induciéndolos al "mal camino" como solían decir los seres de luz. Largos y tortuosos siglos pasaron, por más que su ejército creció y en diversas ocasiones ambos bandos peleaban por las creencias que ellos tenían, no podía existir un punto medio hasta que los humanos comenzaron a escasear debido a las grandes guerras que se dieron con el pasar de los años.

Lucifer decidió dejar las cosas en paz durante un tiempo. Mientras que los ángeles pensaban que habían derrotado el mal y festejaban por ello, aquel señor de mirada violeta buscaba la mínima información para crear un demonio capaz de matar a Dios y destruir aquel mugroso imperio.

Por su parte, el mundo humano nunca supo de la realidad de los bandos. Llamados leyendas o mitos, ellos se dedicaban a satisfacer sus necesidades y deseos más raros u oscuros.

Hasta que un día, el mejor ángel del creador fue desterrado. Aquella esmeralda que brillaba en cielo, contrastando con el resto de sus amigos y disfrutando de su labor, fue odiado y despreciado. Nadie sabe con exactitud el porqué de ello, pero Lucifer está más que contento con ello.

Y aquel joven peliverde no tenía ni la más mínima idea de lo que le sucedería, solo deseaba destruir todo a su paso comprender el trasfondo de sus actos.

Nunca lo gritaría a los mil vientos, ni expresaría la inconformidad de sus actos, pero a veces extrañaba la vida que poseía antes.

-¿Qué hice para merecer esto?... –susurraba solitariamente, la noche era su único acompañante en esa triste escena. Nadie podía consolarlo ni mucho menos darle un abrazo más falso que sus esperanzas de volver hacer ángel. Sus uñas y sus cuernos le recordaban la triste y cruda realidad de lo que era ahora, no podía echarse para atrás con sus planes.

Adquirió una nueva apariencia, los demonios que conoció no eran más que una mierda y su actitud se iba en picada.

En aquel techo, en aquella noche, yace un joven demonio llorando sus desgracias, contando sus miedos y temores a la luna, quien no hace nada más que brindarle una dulce caricia con el frío viento.

En aquel techo, en aquella noche, yace un joven demonio llorando sus desgracias, contando sus miedos y temores a la luna, quien no hace nada más que brindarle una dulce caricia con el frío viento

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Las noticias que de un ángel fue desterrado del cielo quedaron en el olvido, las risas y los tiempos de paz y tranquilidad llegaban cual temporada del año.

La traición del ángel [BNHA/Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora