"Y de pronto... Sales de la nada, y recuerdo que te debo un lunar... Me hace viejo sentir que perdí el tiempo..."
En una triste noche de Octubre, Jimin perdió al amor de su vida al recibir dos impactos de bala...
Dos años después conoce a Min Yoong...
''Para que a cada paso un paisaje, una emoción o una contrariedad nos reconcilien con la vida pequeña y su muerte pequeña...
... Para poder decir: Yo estuve ahí.''
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Unos meses habían pasado desde aquel día en que todo había tomado un nuevo rumbo, uno incierto, pero con buenas energías considerando que las raíces de amargura y los fantasmas del pasado habían sido arrancados y dejados atrás.
Con el paso de los días, todo lo que Jimin había vivido en la casa del viejo Park se iba echando al olvido, esto, claro está, omitiendo la compañía de Dean y todo lo aprendido allí, porque era así, todo se había convertido en una enseñanza para él.
También fue un fuerte impulso para dejar ir por completo a Jay, aclarar su muerte se había convertido en una asignatura pendiente para Jimin, la cual le limitaba en demasía poder sanar su corazón.
Cada uno de esos días habían quedado tatuados en su memoria, como lo peor y de alguna manera lo mejor que había vivido. Ambivalente e ilógico, pero cierto.
Había sentido una fuerte oleada de tristeza y fue inevitable tener que volver a las terapias psicológicas. Jungkook estuvo a su lado durante la primera semana luego de la muerte de Park y le acompañó en el inicio del proceso, luego de eso, en una noche de pizza y té helado no pudo contenerse más y rompió a llorar.
Jungkook estaba enamorado de Taehyung y juraba jamás en su vida haber experimentado tal angustia al echarle tanto de menos, pero a la vez, tal rencor y miedo de amarle de esa forma. Estaba cegado por la mentira en la que vivió y no podía soportarlo más.
Partió a Ansterdam para hacer un diplomado en marketing digital internacional. Escapó de su realidad, no quería enfrentarlo cuando sabía que en cualquier instante podría hallarle en alguna esquina sobre su motocicleta y su cabello revuelto. No lo perdonaba.
Jimin lo entendía, y aunque intentó hablar con él no logró convencerlo. Se despidieron una mañana en el aeropuerto.
Ese día Jimin caminó todo el camino de regreso a casa, apagó su teléfono para evitar las llamadas de Yoongi y así poder pensar con claridad lo que vendría.
Sin embargo, a unas cuantas cuadras de su edificio, le halló envuelto en preocupación y nerviosismo.
Lo supo, aunque Jungkook no estuviera, él no volvería a estar solo. Yoongi estaría a su lado. Por supuesto, nada volvió a ser como antes, jamás podrían volver a serlo porque no se podía fingir que nada había pasado.
Un par de semanas mas tarde, habían abandonado la vida de edificios y habían comprado una pequeña casa de urbanismo cerca de la vía que conducía al mirador de Seúl.
