Había sido un día normal, tus momentos con Jack cada vez eran más frecuentes, hoy habían ido a la playa a tomar un helado, el tomó uno de vainilla pero se veía de lejos que no le gustaban en absoluto. Momentos antes habían comido un par de golosinas, eran deliciosas, más a Conway no le gustaban y te comiste las suyas también. Era adorable ver qué se esforzaba por pasar tiempo contigo. Habían tenido un lindo día.
-Jack.
-Dime.
Ambos miraban hacia el atardecer, el tenía su mano en tu cintura y tu cabeza en su pecho, se habían vuelto muy cercanos.
-¿Sabías que eres adorable? –Mencionaste mientras tus labios subían por su cuello haciendo que el contrario se ponga algo tenso.–
-Pero esto que es, nena.
-Entonces no lo sabías. –Soltaste una risilla, tus labios ya se encontraban en su mejilla, aquel volteó ligeramente y terminó en un beso.–
(-)
2:30 am
-Voy a morir. –El dolor de muela te había hecho su presa desde hace dos horas, apretaban las sábanas y tus ojos se cristalizaban con cada punzada que te daba aquella muela molesta.–
-Hm. –Un gruñido se hizo presente y el torso desnudo de Conway se podía observar a tu lado, más eso ahora no era tan importante.–
-Jack.
-Hm.
-Jack. –Susurraste de nuevo con un poco de insistencia.–
-Qué.
-Tengo un problema.
-Qué pasa. –La voz del hombre se notaba adormilada, ni siquiera se había tomado la molestia de abrir los ojos, ni uno.–
-Me duele la muela.
-____, son las tres de la mañana, ve a lavarte los dientes.
-Ya lo hice.
-Nena, cariño, linda. Mañana debo ir a trabajar, me levanto a las 7:00 am.
-Pero me duele... –Tu voz se agudizó y mordiste tus labios para así cerrar los ojos cual niña chiquita, un dolor de muela realmente insoportable.–
En ese momento sentiste como Conway se había levantado de la cama, después de unos segundos volvió pero tú no habías abierto los ojos, te concentrabas en que dejara de dolerte... ¡Pero ya! Entonces una mano masculina que prácticamente era todo tu rostro te hizo sentar y el contrario pidió amablemente que abrieras los ojos, hiciste caso.
-Qué pasa...
-Abre la boca, y dime cuál muela es.
Abriste la boca y señalaste con el dedo, el hombre tenía un clavo de olor entre los dedos y puso aquel en la muela aparentemente con caries.
-Mañana irás al dentista.
-No me gusta ir.
-Pues vas a ir te guste o no.
-No eres mi padre.
-Podré no serlo, sin embargo igualmente me dices "papi". Vas a ir.