𝐍𝐎𝐕𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑 𝐑𝐀𝐈𝐍 [Fred Weasley]

► Capitulo 31

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Su cabeza apenas salió a superficie, tomó la bocanada de aire más refrescante de su vida.

¿Qué había pasado?

Sólo recordaba haber sido solicitada en el despacho de Dumbledore, sin embargo en este momento Cedric, sujetándola por la cintura, la ayudaba a nadar hacia la orilla del lago.

Murmullos de perplejidad se escuchaban flotando en el aire, tardando en reaccionar y aplaudir como los efusivos alumnos de Hufflepuff hacían.

Hasta ese momento fue consciente de las tribunas dispuestas a lo largo de la orilla del lago, con ojos curiosos que la observaban igual de confundidos que ella.

—¿Qué ha sucedido? —inquirió antes de estornudar al salir del agua, con la túnica del uniforme pegándose a su cuerpo de manera muy incómoda mientras sus dientes castañeaban.

Eran ya casi finales de febrero, todavía quedaban manchones blancos de nieve en las montañas, y la superficie del Lago Negro descongelado lo suficiente para llevar a cabo la segunda prueba del torneo. El agua estaba helada por supuesto

—La segunda prueba del torneo —se limitó en contestar Diggory, dedicándole una tenue sonrisa por el cansancio—. Lo siento.

A Olivia no le dió tiempo de preguntar por qué se disculpaba, pues enseguida Madame Pomfrey los envolvió a cada uno con gruesas mantas y les dió de beber una cucharada de poción pimentónica, haciendo que en escasos minutos su su calor corporal volviera al habitual.

Mientras esperaban a que los otros campeones salieran del agua, Cedric por fin le contó sobre de qué trataba la segunda prueba del torneo.

«Anoche, se les fue arrebatado algo a cada campeón: un tesoro invaluable. Y para ganar, tendrán que bajar a las profundidades del lago para recuperarlo.»

Esa había sido la explicación del director Dumbledore sobre la segunda prueba del torneo, justo minutos antes de que esta diera inicio. En pocas palabras, cuatro personas especiales para los campeones habían sido tomados de rehenes y la prueba consistía en rescatarlos, enfrentando cualquier obstáculo que la gente del agua pudiera tenerles preparada.

¿Pero por qué ella? Lo lógico era pensar que Cho Chang fuera la persona valiosa de Cedric al ser su novia.

Tanto ella, como los alumnos en las tribunas que no dejaban de murmurar entre ellos, se preguntaban lo mismo.

—¡Tengo que ig pog ella! ¡Tengo que ig pog ella! —Una llorosa Fleur Delacour iba saliendo del agua, llena de rasguños por las partes del cuerpo que su bañador no cubría—. ¡Ces bêtes sauvages m'ont attaqué! Gabrielle... je dois retourner la chercher.

La directora de Beauxbatons la recibió con preocupación en la cara y enseguida sujetó a su alumna que lloraba mientras pedía otra oportunidad para volver al lago en busca de su hermana menor.