Llamadas

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Abrí la primera caja y se la acerqué a Rubén para que revisara el contenido mientras yo abría la segunda.

—Espera, espera— dijo al ver solo un par de cosas de la caja—. ¿Eres otaku?

—Supongo— dije sentándome en el suelo al lado de la caja.

—Pero si aquí hay merchandising de un montón de animes— comentó mientras sacaba más cosas.

—Te agradecería que no sacaras todo— pedí viendo que se estaba empezando a crear un poco de desorden.

—¿Dónde tienes pensado colocar todo esto?— preguntó curioso.

—Tengo una caja con una estantería del IKEA sin montar— expliqué—. Quería ponerla en el estudio.

—Te puedo ayudar, seguro que al ser noruego sé montar las estanterías del IKEA— se ofreció Rubén.

—Tranquilo, puedo sola, además son suecos— dije levantándome—. Llamo a Sara y te doy el taper.

—Vale, vale— dijo Rubén mientras me iba a mi dormitorio para llamar a Sara.

Marqué el número de Sara, pero esta no cogía, así que aproveché para llamar a Raúl.

—¿Qué estabas haciendo que no cogías?— preguntó Auron nada más coger.

—Comprando regalos— expliqué yo.

—Bueno, Sara ya me ha dicho que te conoce— dijo él.

—Sobre eso, te juro que no he tenido nada que ver— dije algo nerviosa por si entorpecía su relación.

—Ah, no me importa, te iba a decir que está en un tren viniendo a Barcelona— explicó por lo que casi me da un vuelco al corazón, me parecía una tremenda imprudencia.

—Vais muy rápido, ¿no?

—Vamos a la velocidad justa.

—Bueno, me alegro por vosotros, pero ahora voy a colgar que tengo a Rubén en casa— expliqué yo.

—Mejor no pregunto— añadió Raúl antes de colgar.

Salí del dormitorio y escuché ruidos en el estudio, por lo que supuse que Rubén se había metido.

—¿Qué estas haciendo?— pregunté mientras entraba, pero no necesité respuesta alguna para ver que estaba intentando montar la estantería sin leer las instrucciones.

—No te rías por favor— dijo sin evitar que me riese como loca, no parecía estar haciendo nada bien.

—Anda, si quieres comes aquí y ya después montamos la estantería leyendo las instrucciones— dije remarcando las tres últimas palabras.

—Me parece una muy buena idea— dijo dejando todo en el suelo.

—Al menos ve poniendo la mesa— dije mandándole al salón mientras yo me metía a la cocina, cuando de repente empezó a vibrar mi móvil.

—¡____!— gritó Sara a través del teléfono— ¿¡Qué es eso de que estás con Rubén!?

—Hablas mucho con Raúl— dije yo sorprendida por la rapided con la que se había enterado.

—Me envió un mensaje.

—O sea lees sus mensajes pero no me cojes el teléfono— me quejé yo.

—No estaba pendiente— se justificó ella.

—Pero una cosa, ¿cómo se te ha ocurrido ir de repente a Barcelona?

—Bueno, después de que le contase que te conocía, el se dió cuenta de que el contarle eso era un gesto de confianza y me ofreció ir unos días con él y de paso tener una cita algo más oficial.

—Bueno, me alegro por vosotros, ¿cuántos días vas a estar por Barcelona?

—Hasta el veintitrés como mínimo, pero eso da igual, vámonos al punto de que estás con Rubén.

—Ay madre...

—Deberías decírselo, ____— me insistió Sara.

—Llámame luego y hablamos sobre eso— dije al oír los pasos de Rubén.

—Vale, pero no te escaquees— dijo Sars antes de colgar y antes de que entrase Rubius.

—Ya he puesto la mesa— dijo aparentemente orgulloso.

—Enseguida voy— dije metiendo el taper al microondas y llenando la jarra de agua.

—Bueno, te espero en el salón.

Llevé la jarra a la mesa y volví para coger la cómida, tras servir los platos me senté y empecé a comer en silencio.

—Bueno, ¿dónde está Sara?— preguntó Rubén recordando que yo también me había sorprendido al no verla en el piso.

—Bueno, la verdad es que es algo largo de explicar —dije pensando en toda la historia con Auron.

—Tenemos tiempo —dijo Rubén sonriendo.

—Bueno, resulta que Sara amplió su radar de búsqueda en una aplicación de citas...

Comimos mientras comentábamos el tema y al acabar me dirigí a la cocina con los platos para meterlos al lavavajillas y de paso llamar a Sara.

—Si quieres puedes ir leyendo las instrucciones, a menos que quieras hacer del típico machito que monta las cosas sin leer las instrucciones— le dije a Rubén antes de entrar a la cocina.

—Tengo pensado leerme las instrucciones.

—Menos mal, porque lo que te he dicho del típico machito me parece una gilipollez increíble— dije sonriendo y entrando a la cocina.

—Habéis tardado bastante en comer, si es que solo habéis hecho eso— dijo al coger.

—No hace gracia— dije molesta por aquella broma de mal gusto.

—Vale, vale, lo siento, pero vamos al grano...

—¿Quieres que le cuente todo lo que siento?— pregunté.

—Pero tú no tienes pensado hacerlo — añadió ella.

—Efectivamente.

—Entonces tengo que hacerte entrar en razón — dijo ella.

Narra Rubén

Me dirigía al estudio con intención de leerme las instrucciones, tal y como me había recomendado ____, pero me dí cuenta de que se había dejado la jarra en la mesa, así que la cogí y fui hacia la cocina para dejarla allí.

Abrí la puerta para encontrarme con ____ hablando por teléfono y comentando algo aparentemente serio, algo que me sorprendió y me rompió en pedazos.

¿Qué habrá dicho?

Hm, voy a subir el chantaje, me parece que el 80 es un número bonito, así que...

80 votos y, mañana, 27 de junio actualizo ✌️😙

KARMALAND (y tú) || RubiusOMG [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora