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— ¿Falta mucho para llegar?
Jisoo jugaba con su bolso y lo traía de atrás hacia adelante, caminaba balanceándose y tarareaba canciones en el camino. Roseanne caminaba un poco tensa y con el bolso agarrado de las dos manos.
—Es aquí, a la derecha.
Jisoo se detuvo en seco y miró la casa que estaba a su derecha. Era más grande que la suya, sin duda. No era una mansión pero se veía cómoda y espaciosa.
—Vamos.
Roseanne dio la media vuelta y se paró afuera de la puerta, buscó dentro de su bolso y no tardó demasiado en encontrar las llaves. Su bolso estaba ordenado perfectamente, no como el de Jisoo, en el que podrías encontrar galletas molidas dentro.
Roseanne dejó pasar a Jisoo primero, quien avanzaba lento, como una tortuga, y se emocionaba con cada paso que daba.
— ¡Woah, es muy linda!
La castaña rio ante el comentario, primera vez en los días que llevaba con Jisoo, que se comportaba como una niña pequeña, siempre era un poco tosca y fría.
— ¿Quieres un poco de jugo?
Jisoo asintió mientras tomaba asiento en unos cómodos sillones de cuero, incluso la televisión era gigante, y los muebles estaban ampliamente decorados de recuerdos de todos los países. Jisoo miraba todo detalladamente, era increíble de ver, era una casa normal, pero decorada de maravilla. A los pocos minutos llegó Roseanne con dos vasos de jugo en sus manos y los colocó en la mesa de centro.
—Tu casa es increíble.
Roseanne le sonrió, pero no se veía contenta realmente.
—Puede que sí, pero se siente vacía siempre.
Jisoo se puso seria por un momento y tomó su vaso de jugo.
—Yo puedo venir a hacerte compañía.
La pelinegra bebió de su jugo sin mirar a Roseanne, estaba avergonzada, pero no se notaba. En cambio, la castaña estaba hecha un manojo de nervios y vergüenza que se reflejaban en sus mejillas sonrojadas.
— ¿Harías eso por mí?
—Por supuesto. En mi casa también suelo estar sola, será bueno para ambas.
Roseanne le sonrió y Jisoo siguió bebiendo su jugo, mirando a su alrededor, realmente era una gran casa para solamente una pequeña persona.
— ¿Vamos a mi habitación? Allá tengo todo.
Jisoo le asintió dejando el vaso de jugo vacío en la mesa, limpió sus labios de cualquier residuo y se paró del cómodo sillón, siguió a Roseanne por las escaleras, que parecían ser infinitas, y llegaron hasta el segundo piso, Roseanne le mostró un poco la casa y qué había en cada habitación, hasta llegar a la suya.
—Esta es.
Jisoo entró y la habitación estaba decorada de un lindo color rosa pastel, había un montón de juguetes y peluches. Había un juguete de carrusel y más allá, un escritorio contiguo a una biblioteca pequeña.
Roseanne pasó y cerró la puerta de la habitación, Jisoo se sentó en el suelo y tiró su mochila, para abrirla y sacar sus libros y cuadernos.
