La joven de cabellos rojizos recogidos en coletas desaliñadas se aferraba fuertemente a la mano de su mellizo, ambos estaban vestidos de payasos. Ella llevaba un tutú rojo, sus piernas eran cubiertas por unas medias de distintos colores, una amarilla y otra azul, su camisa blanca llevaba salpicaduras de sangre fresca al igual de su pequeño rostro maquillado de blanco, algunas partes estaban maquilladas con el espeso líquido escarlata, como la sonrisa hasta los pómulos y a los alrededores de los ojos, sus manos cubiertas por guantes a conjunto de sus media y con su mano libre sujetaba un martillo engullido en sangre.
El mellizo vestía igual solo que llevaba un mono que le cubría todo el cuerpo, este tenía maquillaje parecido al de su hermana, solo que su nariz estaba coloreada con el líquido escarlata, esté sujetaba en su mano libre un cuchillo ensangrentado.
Detrás de ellos se distinguía un hombre en la oscuridad, era muy alto, llevaba un sombrero de copa del mismo color que su rostro, negro, y una larga gabardina.
—Dante —el hombre susurro canturreando, empezó a levantar su brazo junto a su dedo, cuando le apuntó, un pitido le despejo.
El joven moreno se levantó de golpe por el sonido de la alarma, se sentó en el colchón y visualizo el cuarto con su mirada azul, todo parecía estar en su lugar correspondiente, desde la silla al fondo llena de ropa, con la cual más de una vez casi le da vuelco el corazón, hasta el escritorio lleno de papeles de bocetos, apagó la ruidosa alarma y se volvió a tumbar, pero entonces alguien tocó el timbre de la casa.
—Dante vamos a llegar tarde otra vez —la chica chilló tras la puerta de la entrada mientras presionaba el timbre.
—¡Mierda la Universidad! —Dante se levantó de un salto, se vistió al estilo street wear, ato la parte superior de su cabello castaño en una coletilla, se lavó la cara haciendo resaltar sus pecas, agarro la mochila y salió disparado —Perdón Mónica, creí que ya era sábado —Dante dijo cojiendo aire.
—Menos mal que estoy yo aquí —Mónica se tocó la frente en forma de cansancio, ella llevaba un estilo dark, su pelo estaba pintado de blanco salvo la parte de las raíces las cuales eran negras, Mónica le miró con sus ojos miel, y después señaló con su uña negra su coche —Vámonos ya, Marcus, Leti y Anne nos estarán esperando.
Dante subió al coche pero sintió un escalofrío, quiso contarle a Mónica sobre el sueño, pero cada vez que lo intentaba, las palabras no salían de su boca, entonces se rindió. Tras quince minutos llegaron a la Universidad de Lionstree.
El campus se encontraba vacío, se notaba que la gente ya estaba en clase, Mónica aparcó su BMW azul y ambos bajaron a velocidad de vértigo.
—Nos vemos luego D —Mónica corrió hacia el edificio de la izquierda.
—Vale Mo —Dante corrió al edificio central, al llegar llamó a la puerta de la clase y entró despacio —perdón por el retraso Sr. Arturo.
—... —el Sr. Arturo tenía la cabeza gacha y soltaba pequeños suspiros —Señorito Dante, siéntese, tengo que comentar algo el día de hoy.
Dante buscó con la mirada a Marcus, cuando lo encontró, fue volando a sentarse a su lado.
—¿Oye bro donde estabas? —Marcus preguntó en voz baja, él era un chico Afroamericano, llevaba su pelo siempre voluminoso, su estilo era el deportivo —el Sr. Arturo lleva como 15 minutos así.
—Me quedé dormido —Dante sonrió ligeramente —ya sabes que tengo sueño profundo —miró a alrededor de la Sala en busca de los rubios cabellos de Anne —oye ¿donde está Anne? Suele llegar de las primeras
—Ni idea hermano —Marcus contestó.
—Chicos, chicas, hoy tengo que contarles una triste noticia... —el Sr. Arturo alzó la voz, captando así la atención de toda la clase incluido Dante —la señorita Anne ha muerto —se oyeron gemidos de sorpresa por toda el aula, menos por Dante al cual se le había parado la respiración —la encontraron esta mañana colgada en la azotea de su casa, según nos han informado los agentes, se trata de un suicidio —el Sr. Arturo iba a seguir hablando pero entonces Dante interrumpió.
—No puede haber sido un suicidio —Dante chilló —ella nunca haría eso.
—Señorito Dante baje la voz —dijo el Sr. Arturo de forma imponente, después suspiró y siguió hablando —hemos decidido daros libre lo que queda de semana por este accidente, así que sin nada más que decir, podéis iros —todos comenzaron a recoger, pero entonces se oyó algo más —Señorito Dante y Señorito Marcus, ustedes quédense.
Después de esperar a que el último integrante de la sala se fuera, el Sr. Arturo se colocó delante de los jóvenes.
—Debemos hablar de algo importante —les miro seriamente —no creo que la señorita Anne se suicidase... no por mano propia...
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The Hidden Man
Mystery / ThrillerDiferenciar entre los sueños y la realidad es crucial, de eso se dieron cuenta después de la muerte de Anne. ¿Quien mato a Anne?