Las reglas de un corazón roto. #4

23• No puedes hacer esto solo.

Especial Park Jinyoung 2/2.

Paseo la palma de mi mano por mi cabello, frustrado, luego reviso mi reloj de muñeca y dedico, otra vez, una mirada al auto. No puedo ver a Jaebeom a través del vidrio polarizado, pero estoy seguro que se encuentra con el mismo ceño fruncido que yo. Como último intento, me giro hacia el portero y vuelvo a presionar el timbre del departamento de Jihyun.

Nada.

Y solo porque me encuentro en un una situación algo caprichosa y desesperada, clavo mi dedo al pequeño timbre durante unos cuántos segundos, pero nadie atiende. Suspiro con bronca y desentendimiento camino al auto y cierro la puerta al tiempo que le indico a Jaebeom que arranque el motor.

—¿Qué pasó? —pregunta.

—No lo sé, dijo que estaría esperándonos —respondo, buscando su número en mi teléfono.

Me llevo el aparato a la oreja y espero haciendo mi mejor esfuerzo por mantener la calma, sin embargo, Jihyun aparece de repente por la puerta principal de su edificio, con una sonrisa culpable en los labios y la señalo a mi compañero para que no pise el acelerador todavía.

Ella camina hasta el vehículo y abre la puerta para ubicarse al lado de Oliver. Yo la observo fijo, deseoso de escuchar la justificación que tenga para habernos hecho perder tiempo.

—Lo siento —pronuncia, pero luce temerosa.

—¿Está todo bien? —cuestiono.

—Sí, solo he recibido una llamada de mi hermano, un problema familiar.

—¿Qué ocurrió?

—Nada, mi madre. No es algo que se pueda solucionar ahora, estará bien.

—¿Podemos ayudarte con algo?

—No, no te preocupes. Cuéntenme el plan.

—Bien —estiro con algo de recelo que no acabo por exteriorizar—, esperarán afuera, Jaebeom y yo entraremos, eso es todo lo que hay que saber —hablo como si también dirigiera a Oliver.

—Pero, ¿qué es lo que harán adentro? ¿Para qué debería prepararme en caso de que algo salga mal?

—Nada, solo tendremos una charla. Esto es solo por información, nada más.

—¿Entonces no planean atacar ni nada parecido?

Veo a Jaebeom fruncir el ceño con toda su atención en el camino. Mi cuerpo se direcciona hacia el asiento trasero para mirarla un poco más de frente.

—No atacaremos a no ser que ellos lo hagan primero, para eso es que están aquí, si a nosotros nos pasa algo allí dentro, será su momento de analizar si vale la pena contraatacar o simplemente irse. Ustedes —los señalo a ambos— están más que nada aquí para verificar si Jaebeom y yo salimos vivos de allí. Ya sabes todo lo que debes saber, Jihyun —espeto, rozando la impaciencia.

—Está bien. —Asiente bajando la mirada, ya le ha quedado claro.

Me reacomodo hacia adelante, acomodando el nudo de mi corbata, hoy no es de las mejores noches que tengo para responder tantas preguntas, menos de alguien que sabe que supo desde un principio que debía mantenerse al márgen de todo lo que Jaebeom y yo estamos haciendo. Observo por el espejo retrovisor izquierdo, encontrando a Oliver manteniendo una charla silenciosa que se base en disimuladas gesticulaciones con Jihyun, en seguida me concentro en el reflejo del espejo dentro del auto, pero para ese entonces ambos se han reacomodado de forma derecha, como si nada hubiese pasado.