Siete

766 111 131
                                    

Emma con 28 años

Arrullé al pequeño entre mis brazos mientras él cerraba sus ojitos, estaba a punto de quedarse dormido. Sus ojitos se cerraban tiernamente y cuando volvía a abrirlos me miraba con cansancio.

Sonreí y acaricié su pequeña frente.


—Duerme, mi bebé —susurré con voz melosa.

—Cántame, mami —pidió mi hijo con voz tierna.

—¿Qué querés que te cante? —me senté en el balancín y lo recosté en mi pecho.


Mi bebé se acomodó en mi pecho, colocando su cabecita sobre mi corazón y llevando su pulgar a su boquita para chupar.


Ninanita —balbuceó chupando su pulgar.

—Siempre querés que te cante esa —dije con una sonrisa.

Ninanita, mami —repitió—. Ninanita.


Empecé a tatarear la melodía con voz melosa y me balanceé suavemente para que Dani se duerma más fácil. Sostuve al pequeño con un brazo y usé mi mano libre para dejar pequeñas caricias sobre su rostro, sabía que aquello le calmaba.

Le puse a mi hijo el nombre de mi padre Daniel, él estaba muy orgulloso de ello y todavía a veces se le llenaban los ojos de lágrimas de saber que su primer nieto tenía su nombre.


—Me gusta todo lo que sos y un poco más —canté suave y una pequeña sonrisa inconsciente se dibujó en su pequeño rostro—. El barrió queda sin luz cuando no estás. Las caras cambian todas cuando vos llegas, la noche te sigue mientras vos giras —tarareé la siguiente parte, porque a pesar de que "Alma Dinamita" era una canción hermosa que mi padre le escribió a su esposo, "Acá todos mueren por verte fumar" no me parecía una parte apropiada para cantarle a mi hijo de dos años—. Tu magia está cerca y protege el lugar —la puerta se abrió lentamente y Benjamín apareció.


Le dediqué una sonrisa y puse mi dedo índice sobre mis labios para indicarle que no haga ruido porque Dani estaba a punto de quedarse dormido. Asintió y entró sigilosamente, cerrando la puerta detrás de él. Se acercó a nosotros y se recostó sobre el balancín.


—Ahí voy a querer estar, donde tu risa me saca a bailar —el pequeño Dani estaba casi dormido, pero de todos modos sonrió en esa parte—. Cada vez que yo no me encuentro en mí, voy a vos para revivir. Yo voy a estar ahí, siempre podes venir... —acaricié su cabello.


Benjamín y yo nos quedamos en silencio durante varios minutos viendo a nuestro pequeño dormir. Verlo dormir me traía paz, era algo hermoso y puro. Ahora entendía a mis viejos cuando me decían que amaban verme dormir cuando era chiquita.


—Siempre pide esa canción —murmuró mi esposo a mi lado y yo sonreí mirando al bebé dormir tranquilo—. Se enoja conmigo porque no la sé.

—Después de dos años oyéndome a mí y a mi viejo cantársela, vos deberías saberla.

—Sí, pero yo no canto tan lindo como tu viejo o como vos —dejó un beso sobre mi cabeza.


Me paré despacio para no despertar al bebé y lo coloqué en su cunita. Lo cubrí con una pequeña sábana para que no pase ni tanto frío ni tanto calor y después Benjamín y yo salimos de vuelta al salón donde se encontraban mis padres.

          


—¿Ya se durmió? —preguntó mamá y yo asentí.

—Después que Emma le cante "Alma Dinamita" —dijo Benjamín—. Ama esa canción.


Mi padre sonrió con orgullo. ¿Cómo no iba a estarlo? La canción favorita de mi hijo era una composición suya.


—Siempre me la pide —respondió papá y besó la mano de Dani.

—Por favor, decime que también omitís la parte en la que confiesas que amas ver fumar a Daniel.

—Obvio —se hizo el ofendido—, ¿qué clase de abuelo crees que soy?

—La clase de abuelo que le pone jugo de limón en los dedos al nene para que deje de chupárselos —lo retó su esposo.

—Ay no, pa —resoplé con cansancio—. Mil veces te dije que no hagas eso, no es tan malo si Dani se chupa los dedos para dormir.

—Enano careta —fulminó con la mirada a su esposo—, me vendiste como siempre.

—Valentín deja de ponerle limón al nene, es el último aviso que te doy —lo regañó mamá también.

—Es una costumbre muy fea que se chupe los dedos para dormir, le van a salir mal los dientes —se defendió mi viejo.

—Eso es solo una leyenda urbana, amor —Dani le dijo a papá.

—Es que no entiendo, Emma jamás se chupó los dedos para dormir ni necesitó chupete tampoco.

—Pero Dani no es Emma —dijo mamá—, cada bebé es distinto.

—¿Y vos Benjamín, qué pensas? —mi padre lo miró.

—La posta es que no soporto que Dani se chupe los dedos para dormir —concordó con mi viejo y yo puse los ojos en blanco.


Solo faltaba que mi esposo le de la razón a mi viejo y este se piense que hace bien. 


—¿¡Viste!? —exclamó— El padre me da la razón.

—No me gusta que se chupe los dedos, pero tampoco estoy de acuerdo con el "método jugo de limón", suegro —rectificó mi esposo y yo asentí.

—¿Viste? —imité a mi padre.

—¿Ustedes están diciendo que no cuido bien de mi nieto? —se hizo el ofendido nuevamente.

—Nadie dijo eso Valen, no seas dramático —respondió mamá.

—Déjalo, es una reina del drama —papá Dani se rió y mi viejo lo miró feo.

—Deja de decirme así —siseó entre dientes.

—Entonces deja de comportarte como una —se acercó para dejar un beso en sus labios.


Sonreí ante la muestra de afecto. Mis padres estaban medio viejitos ya, papá hacía rato cumplió los cincuenta y Dani rondaba los cuarenta y nueve, y de todos modos ellos todavía se miraban como dos adolescentes lo harían.

Dani conservaba ese espíritu joven que recuerdo de cuando yo era chiquita, todavía le gustaba molestar a papá y lo besaba todo el tiempo. Todavía le decía "mi rey", crecí viendo cómo le decía así.

Valentín, por otro lado, se estaba volviendo un viejo testarudo, pero se derretía cada vez que Dani usaba ese apodo, cada vez que le besaba o le acariciaba el cabello.

Emma fue criada por 4 maravillosos seres🩵✨

1y ago

okupa la leí hace un año, y dejé Emma pendiente, la leo ahora y recuerdo porque amo tanto Okupa, simplemente arte

3y ago

Emma ↠ WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora