Sombra del pasado.

Diosa de la Luna.

Renuncia de derechos, los personajes que aparezcan aquí les pertenecen a sus respectivos dueños y autores.

Artemisa, diosa griega de los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y aliviaba las dolencias de las mujeres, es hija de Zeus y Leto, hermana melliza de Apolo, el dios del Sol, y junto a ellos integra el panteón de los doce dioses olímpicos.

Sus símbolos incluían el arco y las flechas de plata, el perro de caza, el ciervo y la Luna.

Zeus transformó a Leto en una codorniz (ortux) para evitar que su esposa Hera descubriera su infidelidad. Sin embargo Hera acabó dándose cuenta y como era de esperar, se enfadó.

Hera, encolerizada por la infidelidad de Zeus con Leto y por el posterior embarazo de la divinidad, prohibió que Leto pudiera dar a luz tanto en terra firme como en una isla, así como también Hera prohibió que diera a luz en cualquier lugar donde iluminara Helios, la personificación del Sol.

Además, envió a la temible serpiente Pitón para que asesinara a Leto en el trance del parto.

Pero Zeus envió al viento Bóreas para que recogiera a Leto y la llevara junto a Poseidón.

El dios del mar llevó a su vez a la isla Ortigia y cubrió el lugar con una bóveda formada por sus olas. Allí, sin contravenir la prohibición de Hera, Leto alumbró a Apolo y a Artemisa aferrándose a un olivo sosteniéndose a al árbol como pudo.

Más tarde, la isla de Ortigia fue llamada Delos y Apolo mató a la serpiente Pitón, enviada por Hera, para vengar los sufrimientos de su madre.

Artemisa nació antes que su hermano y ayudó a su madre Leto a dar a luz a Apolo, por lo tanto es minutos mayor que el dios del sol.

A los tres años, Artemisa pidió a su padre Zeus, mientras estaba sentada en sus rodillas, que le concediese nueve deseos, cuales son:

Permanecer siempre virgen, aunque hizo un juramento frente al río Estigia para reforzar el hecho de permanecer siempre virgen.

También pidió tener multitud de nombres para diferenciarse de Apolo; ser una Phaesporia o "Dadora de Luz"; tener un arco y flechas, y una túnica hasta las rodillas para poder cazar; tener sesenta "hijas de Océano", todas de nueve años, para su coro; y veinte ninfas amnisíades como doncellas para cuidar de sus canes y su arco cuando descansase de sus labores de caza.

No pidió que se le dedicase ciudad alguna sino gobernar sobre las montañas, y también el poder de ayudar a las mujeres en los dolores del parto.

Artemisa creía que había sido elegida por las Moiras para ser comadrona, más que nada por el simple hecho de que había ayudado a su madre Leto en el nacimiento de su hermano.

Artemisa pasó su niñez buscando lo necesario para ser una cazadora, pues ese era su objetivo. Obtuvo su arco y flechas en la isla de Lipara, donde trabajaban Hefesto y los Cíclopes.

Las hijas de Océano estaban llenas de miedo ante la visión de los monstruosos herreros, pero la joven diosa Artemisa se acercó valientemente y solicitó las armas fabricadas por ellos.

Artemisa visitó a Pan, el dios de los bosques, en Menalia, y éste le dio siete perras y seis perros.

A continuación ella capturó seis ciervos de cornamenta plateada para tirar de su carro, y comenzó a practicar con su arco disparando primero a los árboles y después a las bestias salvajes. Con el paso de los siglos finalmente Artemisa se convirtió en una cazadora.

Todas sus acompañantes debían permanecer vírgenes bajo pena de implacables castigos, y la propia Artemisa guardó con celo su castidad.

Sin embargo, en varias ocasiones la virginidad de Artemisa fue puesta en peligro. La mayoría de veces porque alguno que otro hombre pensó en violarla o la miró bañándose en un río, pero Artemisa los mismo degollaba al instante o los transformaba en objetos o en animales.