Capítulo 5: Problemas en el paraíso

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Ahora que los Winchester saben de la guarida de los Hombres de Letras estoy un poco más tranquila, al menos aquí están a salvo. Me han dejado de niñera del profeta mientras ellos investigan otro caso y me muero de aburrimiento, por lo que llevo horas investigando la que algún día fue mi casa.

- ¿Necesitas ayuda? - me ofrezco cuando ya no se qué hacer.

- ¿Sabes leer la palabra de Dios? - pregunta.

- Me da que no - admito.

- Entonces poco puedes hacer - sonríe -. ¿De qué conoces a Sam y a Dean?

- Una larga historia.

- Yo necesito un descanso y tú hacer algo antes de que te mueras de aburrimiento.

-Cuando “nací” me dejaron con los Hombres de Letras - accedo -, ellos me trajeron aquí y Henry Winchester se hizo cargo de mí hasta que Abaddon los mató a todos. La esposa de Henry me cuidó durante toda su vida y después de su muerte el padre de Sam y Dean me llevó con él.

- Has dicho que era larga - apunta.

- En resumen.

- Hemos vuelto - anuncia Dean desde la entrada.

- Genial - suspiro irónicamente.

Sam deja la bolsa sobre la mesa y se une a nosotros en la cocina, apenas unos minutos más tarde entra Dean hablando con un hombre joven vestido con una gabardina marrón que enmudece nada más verme.

- Joder Cass no te calles de repente - se queja Dean sin entender.

- Yo te recuerdo - susurra.

- ¿Nos conocemos? - le pregunto. Ciertamente nos hemos visto antes.

- Tú a mí no lo creo.

- Pero tú a mí sí - adivino.

- Cojonudo. Sammy, vivimos con la Paris Hilton del cielo.

- Yo te saqué de allí.

El miedo y la curiosidad recorren mi cuerpo a partes iguales. Después de tantos años estoy frente a frente con la persona que salvó mi vida. Tengo tantas preguntas que hacerle que ni siquiera puedo pensar en una.

- Rivqah - me presento -, aunque eso tú ya lo sabes. Puedes llamarme Rebecca.

- Castiel.

- Espera - interrumpe Dean -, ¿tú sacaste a Miss Cielo e Infierno del allí? ¿Por qué?

- Tenía que vivir para poder librar la guerra - deduzco atando cabos.

- ¿Tú los oyes? - pregunta curioso.

- Por desgracia, pero no entiendo lo que dicen la mayor parte del tiempo.

- Fascinante - susurra -. Eso es porque tu alma está más conectada al Infierno que al Cielo. Un ángel tuvo que pecar para que fuera posible.

- Cojonudo, tú también sintonizas radioángel.

- Saben que estoy con ellos - me adelanto -. Están en peligro si me quedo.

- Sí.

Castiel no parece muy espabilado para ser la persona que traicionó al cielo. Se que no puedo quedarme pero tampoco quiero volver a la soledad de la cueva. Los ángeles se están movilizando y no creo que tarden mucho en rebelarse. Si hay que luchar, luchare, junto  a los Winchester. ¿Egoísta? Puedo permitírmelo, mi padre era un demonio.

- No me voy a ir a ningún lado - sentencio -. Puede que me estén persiguiendo a mí, pero ¿crees que si me voy los van a dejar? Están más seguros si me quedo.

- Creo que no es el mejor momento para tratar ese tema - interviene Sam - tenemos problemas aquí en la Tierra.

- ¿Kevin? - lo anima Dean

- Tengo la tercera prueba, pero no lo entiendo, es algo así como salvar a un demonio.

- ¿Qué cojones significa eso?

- Lo he oído antes - interrumpo -. Los Hombres de Letras descubrieron cómo devolver la humanidad a un demonio.

- Te escuchamos

- Sam, no solo hace más de 4 décadas, es que tenía apenas 3 años, ¿tú crees que lo recuerdo?

Pasamos varios días investigando en los archivos hasta que finalmente damos con un nombre. Los hermanos van a hablar con el cura que aparece en los documentos como el autor de los intentos de salvación demoníaca y yo decido hacer una visita a mi madre. Si quiere una guerra, la tendrá.

- No deberías estar aquí - me advierte Naomi en cuanto me cuelo en su despacho.

- No puedes detenerme - me río -, de ser así ya lo habrías hecho.

- ¿Qué quieres Rivqah?

- Que detengas a tus soldaditos. Sabes perfectamente que no te servirá de nada empezar esta guerra.

- ¿Algo más cariño? - se burla anotando algo en un folio.

- Si no paras esto solo tendrás a un montón de ángeles muertos en tu puerta recordándote que no tenéis nada que hacer contra mí.

- Mándale recuerdos a tu padre, he oído que ahora os lleváis de maravilla.

- Muérete mami - le deseo antes de salir de allí.

De vuelta en la Tierra me encuentro con un curioso panorama. Castiel colaborando con ¿Metatrón? Creía que ese tipo estaba muerto. Tres estados más al sur los Winchester intentan pasar la última prueba para cerrar el infierno. Sin ganas ninguna de presenciar un drama me dirijo a la guarida para descansar mientras los tipos duros hacen su trabajo pero mi paz se ve interrumpida por las molestas voces de los ángeles.

- Ha estado aquí.

- Castiel y Metatrón están conspirando contra el cielo.

- Naomi no ha hecho nada por detenerla.

- Es hora de atacar.

- Bartholomew tiene la posición de los Winchester.

- No podemos desobedecer las órdenes.

- Si seguimos esperando tendrá más probabilidades de vencer.

Me coloco unos auriculares y subo el volumen de la música hasta que ya no puedo escuchar sus quejas y un extraño pensamiento empieza a rondar por mi mente. Quizá la propuesta de mi padre no sea tan mala al fin y al cabo.

Dean entra en mi habitación y se sienta a los pies de mi cama.

- ¿Podemos hablar?

- ¿Me vas a invitar a cenar? - le devuelvo la pregunta.

- He traído alitas de pollo - ríe -, están en la cocina.

- Bien, soy toda oídos - acepto sentándome más cerca de él.

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He visto que a pesar de que tarda esta vida y la otra en subir capítulos las lecturas de Rivqah han llegado a 1K, puede parecer poco pero son más de las que esperaba y lo aprecio mucho, como agradecimiento aquí tenéis un nuevo capítulo. Muchas gracias corazones.

-Elena

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