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El fin de semana siguiente a la fiesta de cumpleaños, decidieron hacer un pequeño viaje a la playa, ya que Nate nunca había ido y estaba muy emocionado últimamente con el tema del mar. Decía que quería ver una estrella de mar, y que quería que su pecesito visitara a su familia en el océano, como nemo.

Mateo y Manuel los iban a acompañar junto con su hijo, Sebastian. Alquilaron una cabaña a la orilla, y ya se estaban acomodando en sus respectivas habitación. Nate y Sebas compartirían el cuarto, se habían llevado muy bien en la fiesta del menor y ahora se la pasaban todo el tiempo juntos.

Almorzaron algo rápido por la insistencia de los dos menores en ir a la playa, y al terminar todos fueron a cambiarse para ponerse los trajes de baño. Las toallas y esas cosas las dejaron en la casa ya que quedaba justo al frente de la orilla.

Luego de aplicarle proyector solar a ambos niños, a pesar de que estos se quejaron, salieron disparados a la orilla para jugar y hacer castillos de arena.

Los mayores se quedaron cerca vigilando a los nenes y conversando entre ellos bajo la sobra de unas palmas.

—Y que tal va todo con Sebas? Para tener apenas un mes con ustedes lo veo bastante cómodo —habló Dani con una sonrisa, alegre por eso.

—Si, a mi Nate no me quería al principio —dijo Valentín para hacer un puchero, Dani soltó una risita y besó el puchero de Valentín haciendo que este sonría también.

—No seas tonto, obvio que te quería, sólo no estaba acostumbrado y era tímido.

—Eso dices tú porque a ti te amaba, lo recuerdo bien —hablo ahora Mateo burlón, provocando una risita en Manuel y que Valentín volviera a hacer puchero.

—Pero lo importante es que ahora soy su favorito —dijo Valentín cambiando su puchero por una sonrisa de suficiencia, causando que los otros tres rieran.

—Bueno, volviendo al tema importante, Sebas ha entendido todo muy bien por ser más grande, recuerden que cuando adoptaron a Nate era más pequeño —habló Manuel volviendo su mirada a donde estaban los niños, notando que estaban cavando un gran agujero en la arena.

—Y nos alegra mucho que esté tan cómodo, es un niño hermoso, muy tierno y alegre, es todo lo que siempre quisimos —dijo Mateo sonriendo mientras entrelazaba su mano con la de Manu.

—Si, se nota —dijo Dani y quedaron en silencio por unos minutos, apreciando divertidos como Sebas era enterrado por Nate en la arena.

Después de un buen rato jugando los niños alegaron que querían entrar al agua, así que Mateo fue a la casa a buscar los flotadores.

—Inflalos tú, ya yo los busqué —Mateo le tiró los flotadores en la cabeza a Valentín, que lo miro mal mientras este se sentaba en la toalla de nuevo.

Luego de ponérselos en los brazos, Manu los acompañó al agua para que no se alejaran mucho, y por seguridad.

Luego de estar un buen rato jugando en el agua, se les unieron Dani y Valentín, Mateo se quedó dormido ya que al parecer no había dormido bien la noche anterior.

Los niños entraban y salían del agua corriendo y jugando de vez en cuando, y los mayores vigilaban. En una de esas Nate se acercó a Manu y se le guindó del cuello.

—Tío Nuel, si los flotadores hacen que mis bracitos no se hundan, si me los pongo en los tobillos voy a poder caminar sobre el agua?

Manuel volteó la mirada rápidamente hacia Daniel y Valentín viendo como aguantaban la risa, se la aguantó el también y se apresuró en contestar.

—No corazón, los flotadores sólo funcionan si te los pones en los brazos, así que no intentes entrar al agua sin ellos puestos ok? —Manuel dejo salir una pequeña risita que acompañó el nene.

—Está bien, pero yo quería caminar sobre el agua, sería genial ¿verdad Sebas? —Eso último lo dijo más alto para que el niño lo escuchara, ya que estaba haciendo un castillo de arena en la orilla.

—¡Sí, sería súper genial! —devolvió el grito, haciendo que Mateo se moviera por el ruido —ups, perdón papi.

Continuaron su tarde amena, cuando Mateo despertó rato después buscaron algo para merendar, secaron y cambiaron a los nenes que siguieron jugando y correteando. De verdad que se llevaban bien.

A las cinco menos cuarto de la tarde, hora de la siesta, los niños volvieron a la casa agotados, y se quedaron dormidos de inmediato al tocar la cama, abrazados uno con el otro.

Los mayores por supuesto aprovecharon para sacar muchas fotos.

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Uno largo <3

Puede que a esta historia le queden unos 10 caps o un poco más, para que sepan, pero después voy a subir otra wosani asi que keep calm. Se vienen varios caps en la playaaa

Lxs amoo!

«Curioso» WosaniWhere stories live. Discover now